Escápate unas horas a la Costa Daurada. Escoge tu opción y ¡vívela al máximo!

La Costa Daurada es un cofre con un auténtico tesoro por descubrir. Ábrelo y decide cómo disfrutarlo. Aquí te proponemos planes para poder vivir experiencias únicas ya sea durante 24, 48 o 72 horas. ¡Planifícate los días y no lo dudes: exprime el tiempo y Carpe Diem!

¿Estás esperando tus vacaciones pero todavía te faltan unas cuantas semanas para que lleguen? ¡No te preocupes, los fines de semana también se pueden aprovechar! Y qué mejor que hacerlo que en la Costa Daurada, un lugar idóneo que te ofrece la opción de exprimirlo 24, 48 o 72 horas enteras. Lo importante es ¡desconectar y disfrutar!

- PLANES PARA 24h

El Racó de Miró

El estudio de Joan Miró, en la Masia Miró, en Mont-roig del Camp. Foto: Diputació de Tarragona

Si algo tiene la Costa Daurada es encanto, encanto en toda su globalidad. Por esto a lo largo de la historia, muchos artistas se han enamorado de nuestro territorio. Prueba de ello ha sido el legado que nos han dejado a su paso, un legado cargado de riqueza como el que nos ‘regaló’ Joan Miró y que hoy en día puede revivirse en Mont-roig del Camp. Se dice que el artista se instaló allí para recuperarse de una enfermedad, y lo hizo en el Mas d’En Ferratges, una casa de indianos que construyeron los marqueses de Mont-roig del Camp y que pasó a manos de la familia Miró.

La huella del artista se puede visitar en su propia vivienda, donde Miró tenía su taller y estudio de creación. Además, en esas 24 horas hay tiempo de sobras para maravillarse con el paisaje que más le enamoró: el entorno de la ermita de la Mare de Déu de la Roca, enclavada en una roca de piedra arenosa de color rojizo situada a casi 300 metros de altitud.

Arquitecturas mediterráneas

El estilo arquitectónico mudéjar, románico y gótico, prevalece en las construcciones del Roc de Sant Gaietà. Foto: Diputació de Tarragona

El legado arquitectónico del Mediterráneo es de una riqueza histórica incalculable. Prueba de ello lo vemos recorriendo la franja de las playas de la Costa Daurada, especialmente la zona norte. Esta vez, pero, propondremos nuestro plan comenzando por el final, el momento de la cena, al anochecer, cuando el sol se despide en el horizonte del mar. ¿Te imaginas ver este espectáculo en un pequeño pueblo de pescadores que parece sacado expresamente de un cuento? Ese pueblo existe y es el Roc de Sant Gaietà, en Roda de Berà, un pequeño núcleo creado entre 1964 y 1972, en el que te perderás entre un mestizaje arquitectónico con elementos alegóricos del románico, el gótico y también el mudéjar.

Pero antes de que el sol se esconda hay muchas horas por delante, y nuestra arquitectura te espera ansiosa para darse a conocer, especialmente la romana. ¿Sabes que Tarragona fue la capital de la de la provincia romana Hispania Citerior o Hispania Tarraconensis? Como imaginarás, el patrimonio histórico que este hecho nos ha dejado es de un valor incalculable. Tanto que, sin irnos muy lejos, en el Baix Penedès, podemos ver el paso de la antigua Vía Augusta, el principal eje viario de la época romana que conectaba los Pirineos hasta Cádiz. Hoy, algunos tramos de la carretera N-340 circulan por encima la Vía Augusta, donde se conserva perfectamente alzado, en Roda de Berà, el arco que se erigió a finales del siglo I a. C. para homenajear a Augusto y para conservar el recuerdo de Lucio Licinio Sura, que lo hizo construir.

También en la Vía Augusta, pero ya acercándonos a Tarragona, verás la Torre dels Escipions, el monumento funerario mejor conservado de la Tarragona romana. Antes, en Altafulla, párate un buen rato para visitar la villa romana dels Munts, una villa aristocrática construida muy cerca de la playa donde sus habitantes disfrutaban de la tranquilidad de la vida rural y de la belleza del entorno, sin dejar de lado el lujo y el refinamiento. Estos y muchísimos elementos más (el Anfiteatro, el Pont del Diable, el Circo Romano...) conforman el conjunto arquitectónico de la Tárraco romana.

Tradición y contemporaneidad

Los orígenes del castell de Vila-seca se documentan en el siglo XII. Foto: Diputació de Tarragona

Nuestra última propuesta para que pases 24 horas en la Costa Daurada gira entorno a conocer de primera mano las tradiciones del territorio. Para ello, desplázate hasta Vila-seca, donde los payeses encargaron a Pere Domènech i Roura su proyecto más ambicioso: la construcción de una bodega para vinificar las uvas, el Celler de Vila-seca. Las obras se iniciaron en 1917 y tres años después entraba la primera cosecha. Hoy en día, gracias a la realidad virtual, puedes visitar el equipamiento como si fueras un auténtico payés de la época. ¿Te animas?

Una vez termines la visita virtual, acércate hasta el castillo de Vila-seca, cuyos orígenes están documentados des del siglo XII. Te fascinará sumergirte en una joya del pasado que guarda con orgullo algunas de las obras de arte contemporáneo de la Fundació Vila Casas.

Y ahora, termina la jornada buscando tu paz interior. Para ello, déjate llevar por la calma de las aguas termales del Aquum Spa & Wellness de l’Estival Park i l’Spalas Spa & Wellness del Gran Hotel Palas. ¡Cierra los ojos, respira y deconecta!

- PLANES PARA 48h

Ave César

El Pont de Diable forma parte del legado arquitectónico de la Tarraco romana. Foto: Diputació de Tarragona

Sumérgete durante dos días en un hábito romano y descubre, siente y vive como si fueras uno de ellos. Desde luego, el entorno de nuestro territorio es idóneo para que te metas de lleno en el papel. Sin ir más lejos, Tarragona está declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO gracias a su enorme riqueza romana. ¿Empezamos? ¡Ave, César!

Desde el acueducto de les Ferreres, conocido popularmente como Pont del Diabe, descubrirás una perspectiva singular de la inmensidad del Imperio romano. La infraestructura, con 25 arcos, permitía que el agua llegara hasta Tarraco. Una vez allí, te fascinará todo el legado romano de la capital. Traspasa la muralla des del Portal del Roser, y entra en esa ciudad cargada de historia. Verás una maqueta de cómo era la ciudad en época romana y podrás descubrir su origen y evolución gracias a un espectacular mapping. A partir de aquí, prepárate para recorrer a pie todos los monumentos y rincones de la Colonia Iulia Urbs Triumphalis Tarraco.

Caminos que hablan de vinos

Los vinos y las rutas vinícolas, un plan que no puedes perderte en la Costa Daurada interior. Foto: Diputació de Tarragona

El interior de la Costa Daurada es un auténtico tesoro vinícola por descubrir. Ahora te proponemos situarte en el Priorat, donde muchos de sus caminos huelen a vino. Recórrelos y envuélvete del entorno de sus viñedos, déjate llevar por las montañas que rodean unas cepas que luchan para mantenerse de pie para producir racimos de alta graduación y de unas características únicas. Gratallops, Bellmunt del Priorat, Escaladei, el Lloar, la Morera de Montsant, Poboleda, Porrera, Torroja del Priorat, las Vilelles Baixa i Alta, los Masos de Falset o las Solanes del Molar son las villas del vino de la DOQ Priorat, con bodegas abiertas donde podrás probar negros intensos y blancos espectaculares.

Ora et labora y la Ruta del Cister

Uno de los monasterios que forman parte de la Ruta del Cister, el monasterio de Poblet. Foto: Diputació de Tarragona

Seguimos haciendo rutas y en esta ocasión lo hacemos hablando de la Ruta del Cister, un itinerario que sigue el trazado del GR175 y que transcurre por las comarcas del Alt Camp, la Conca de Barberà y el Urgell, enlazando los monasterios de Santes Creus, Poblet y Vallbona de les Monges.

De los tres, el monasterio de Santes Creus se fundó hace más de 850 años. Su claustro fue el primero de estilo gótico de la corona de Aragón y durante siglos fue habitado por los monjes del Cister. Con la desamortización, en 1835, el monasterio se deshabitó y ahora, las casas de la plaza Bernat Calbó, donde históricamente había la hostería y la residencia de monjes, son habitadas por vecinos de Santes Creus. Además, la iglesia del monasterio es de visita obligada, pues en ella descansan los restos de monarcas como Pere el Gran, Jaume II o Blanca d’Anjou.

Y si quieres seguir las huellas de los monjes del Cister, también puedes bajar a la alameda, que durante siglos fue un espacio de reposo y meditación. Ahora es un espacio natural único y protegido, con árboles como por ejemplo olmos, álamos, castaños, almeces o plataneros, ¡algunos de ellos de hasta treinta metros de altura!

- PLANES PARA 72h

Vive en PortAventura World, Aquopolis y Aqualeón

PortAventura World es uno de los parques temáticos más importantes de Europa. Foto: PortAventura World

¿Eres de emociones fuertes? Si la respuesta es ‘sí’, tu sitio es PortAventura World, el resort familiar más grande de todo el Mediterráneo y uno de los parques temáticos más importantes y valorados de toda Europa. Súbete en el Dragon Kahn y experimenta la sensación de hacer hasta ocho loopings encima de un vagón que corre nada más y nada menos que a 110 km/. Y si vienes con niños, piérdete en la magia de Sésamo Aventura donde, entre otros, los pequeños disfrutarán a lo grande en las sillas voladoras de la Waikiki.

Y si te apasiona la velocidad y el corazón se te acelera cuando sientes rugir un motor, en Ferrari Land encontrarás tu hábitat natural y podrás disfrutar al máximo tu entusiasmo por los cilindros de un motor. Y no te olvides de visitar la Red Force, que te propulsa a 180 kilómetros por hora en... ¡cinco segundos!

Por último, si después de tanta adrenalina si os quedan más ganas de remojarnos con el calor, acercaros hasta Aquopolis Costa Daurada, el parque acuático más emblemático del territorio, situado en la Vila-seca - La Pineda Platja. Aunque, si os gustan los parques acuáticos, Aqualeon os espera con miles de aventuras en un entorno natural magnífico, a los pies del macizo de Bonastre, en el Baix Penedès. Allí podréis deslizaros por el Toboloko o subir a los speed boats, o bien relajaros en familia en las cuatro piscinas pensadas para que los más pequeños estén en contacto con el agua con total seguridad.

Mar a la vista

En Salou descubrirás fantásticas playas como la playa Larga. Foto: Diputació de Tarragona

No podemos hablar de Costa Daurada sin mirar al mar. Para hacerlo, recomendamos ir hasta Salou y pasear por toda su fachada marítima, en la que encontrarás hasta veinte escenarios distintos que te fascinarán. Se puede comenzar desde el Mirador de la Bocana, cerca del Espigó del Moll y, desde allí, llegar hasta el monumento a Pilons, justo en el centro del mirador donde encontrarás nidos históricos de metralladoras, testigos de la Guerra Civil y donde, si llegas al anochecer, vivirás una de las mejores puestas de sol que jamás hayas visto. Y para terminar la ruta, acércate hasta el faro, uno de los más abruptos de la Costa Daurada, que se alza en las rocas desde 1858.

Hasta ahora hemos hablado de mar, pero no nos hemos metido en el agua. ¿Qué te parece si te decimos que puedes bañarte en una piscina infinita con el horizonte del Mediterráneo a la vista? Esto es precisamente lo que te ofrece Infinitum, un complejo situado a primera línea de mar y que también dispone de un campo de golf único con 45 agujeros rodeados de lagos y de restos arquitectónicos romanos.

La huella de la prehistoria

Sorpréndete con el castell d’Escornalbou, una imponente fortificación que impulsó Alfonso I. Foto: Diputació de Tarragona

Retomamos ahora nuestra historia, pero retrocedemos miles de años atrás y nos vamos mucho más allá del paso de los romanos por el territorio, hasta nada más y nada menos que la prehistoria. En Rojals, el pueblo más alto de la Costa Daurada, las cuevas y abrigos esconden joyas rupestres de esta época. Son animales y representaciones humanas pintadas ahora hace unos 10.000 años y solo llegar es todo un descubrimiento.

Por otra parte, des de la Oficina de Turismo de Montblanc te ofrecen rutas guiadas por las maravillas de las montañas de Prades, municipio que preserva un vallado de murallas único fruto de su pasado medieval. No te olvides de pasar por Riudecanyes, donde encontrarás el Castell d’Escornalbou, una fortificación que impulsó Alfonso I entre los siglos XII y XIII y que a lo largo de su historia ha sido habitado por monjes agustinianos y franciscanos, y que también ha estado en manos privadas.

Finalmente, acércate hasta l’Espluga de Francolí y descubre cómo vivían sus habitantes hace más de un siglo, haciendo una visita al Museu Terra, una puerta abierta al campo que, si la abres, te dará la oportunidad de ver qué herramientas usaban los payeses o de qué color vestían las novias en esa época.

Estas son sólo unas cuantas propuestas de las miles de opciones que ofrece la Costa Daurada para pasar unas horas ya sea en familia, con la pareja, solo o con amigos. ¿A qué esperas para sacar la agenda y comenzar a planificar tu escapada?