Esas ‘extrañas’ piedras de la iglesia de Cunit

Las hay en la fachadfa exterior y en el interior

La iglesia románica de Cunit tiene poco de original en el sentido temporal de la palabra. El edificio ha sido completamente transformado desde sus orígenes. De hecho los historiadores consideran que sólo su cabecera podría ser la primigenia.

Pero, además al observar la construcción hay unos detalles que pasan desapercibidos a primera vista. Están tanto en el interior como en el exterior del templo y han dado pie a diferentes teorías.

En el exterior de la iglesia hay un friso con algunas de sus piedras con relieves. Los historiadores explican que las técnicas empleadas para esos grabados son diversas. Algunos sillares están cincelados. Otros el grabado es visible tras rebajarse el fondo y destacando las formas.

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Algunos de los sillares de la fachada.

Pero son sólo unos pocos sillares los que presentan esos dibujos y símbolos esculpidos. La mayor parte presentan una deficiente conservación. Se cree que tenían una función puramente ornamental con elementos muy esquemáticos.

Historiadores y arqueólogos reflexionan sobre su origen. El grupo de estudios locales Delmacio de Conito considera que esos sillares podrían haber pertenecido a una construcción anterior, de entre los siglos IX y XI y que el constructor del templo los aprovechó como elementos decorativos.

En el exterior de la iglesia son visibles media docena de sillares grabados mientras que en interior hay dos visibles. El estudio de un arquitecto municipal hace unos años destacó que son perceptibles las letras V y A, sin que se le pudiese dar explicación.

Jaume Casañas, de Delmacio de Conito atribuye así una mayor antigüedad a la iglesia de Cunit. Incluso explica que en el interior del templo es visible una columna romana. «Queda un fragmento de esa columna junto a la rectoría. A pie de suelo».

Las piedras labradas pasan desapercibidas en la torre.

El miembro de la entidad considera que también fue aprovechada «quizá de una construcción anterior en la zona o que proviniese de un asentamiento cercano.

La puerta

Señalan incluso un posible origen visigodo de los sillares ya que sus trazos son muy similares a los que hay en el castillo de Olérdola.

Desde Delmacio de Conito señalan que pese a los estudios realizados en ese templo «todavía quedan muchas preguntas por responder.

Un equipo de la Escola Tècnica Superior d’Arquitectura de la Universitat Rovira i Virgili (ETSA-URV) y el Institut Català d’Arqueologia Clàssica (ICAC)se han trabajado para localizar la puerta original de la iglesia que se abrió en el XII y que quedó tapada por un grueso muro de piedra.

El georradar ha emitido anomalías en una de las paredes. Revela que bajo la actual pared de piedra puede haber otra anterior. La nueva iglesia se hizo al haber quedado pequeña la originaria románica. Al construir el nuevo templo se aprovechó la histórica pared de mediodía y se dobló su anchura para soportar la mayor carga. En ese momento se cree que la puerta primitiva quedó tapiada tras otro muro.