El turista del golf gasta una media de 500 euros al día en la Costa Daurada
Tras la pandemia, el sector ya notó el año pasado la recuperación. Pero también otros negocios se benefician de ello
El turismo del golf se ha hecho un hueco definitivamente en la Costa Daurada, desestacionalizando la habitual temporada estival y siendo además una buena fuente de recursos para otros sectores de la economía local.
De hecho, según estimaciones de los campos de golf de la zona, el turista de golf suele gastar una media al día que alcanza los 500 euros por persona. Eso no significa que esos 500 euros se gasten única y exclusivamente en los campos de golf, «sino también en otros muchos negocios, como el hotelero, la oferta lúdica, la cultural o la gastronómica», señala Jordi Hernández, director de la Associació Costa Daurada Destinació de Golf i Pitch & Putt.
A ello hay que sumar otro fenómeno que empezó a darse ya hace unos años, el de los turistas extranjeros que vienen a jugar a golf y que terminan por quedarse a vivir en lugares próximos a estos campos. Evidentemente, acostumbran a ser personas y familias con altos ingresos y potencial económico.
Las cifras señalan que el 23,9% de los turistas extranjeros que vienen a España para practicar el golf se aloja en su segunda residencia, según un estudio realizado por IE Business School con la colaboración de la Asociación Española de Campos de Golf (AECG) y la Real Federación Española de Golf (RFEG).
El mismo informe, citado por Hosteltur, indica que España es el primer destino europeo del golf con más de 1,2 millones de turistas al año y añade que «esta industria es un catalizador de la inversión inmobiliaria, ya que un total de 283.000 viviendas pertenecen a extranjeros que practican este deporte en nuestro país. Además, esta inversión va directamente asociada a un gasto recurrente anual en España dado que la mayoría viene como mínimo una vez al año y el 21,49%, cada trimestre».
Nuevos abonados
Las cifras reflejan claramente que el golf recobra fuerza en el territorio. Sin ir más lejos, el año pasado el Club de Golf Costa Daurada registró 3.000 visitas más que el año anterior. «Son algo más que años anteriores», detalla Marcos Meury, director del CG Costa Daurada, quien también recuerda los momentos más complicados de la pandemia, cuando se vieron obligados a cerrar las instalaciones. Este año «parece haber un ligero freno», incide. Sin embargo, las perspectivas señalan a un repunte para los próximos meses.
También es optimista Joaquín Mora, director de Golf de Infinitum de Salou. Prueba de ello es que «en vistas al interés de golfistas locales y amigos de residentes, hemos decidido abrir nuestras puertas a nuevos abonados, brindándoles la oportunidad de unirse a nuestra exclusiva comunidad. Nuestro objetivo no es aumentar drásticamente el número de abonados, sino que queremos concentrarnos en la exclusividad, la sostenibilidad, el bienestar y la tranquilidad. Valoramos la experiencia y el ambiente selecto que ofrecemos». En el CG Costa Daurada también llevan a cabo campañas de captación de abonados, contando ya con una base de 350. El sector prevé un nuevo momento de auge.
Según Claudia Hernández, presidenta de la Asociación Española de Campos de Golf (AECG), «el estudio de IE Business School confirma que la práctica de golf, que tiene un fuerte arraigo en España, ha sido una tradicional fuente de riqueza para nuestro país y que los que vienen a España a practicar este deporte lo hacen como apuesta a largo plazo, mostrando compromiso y fidelidad hacia este destino». Es el caso de la Costa Daurada.
Genera puestos de trabajo fijos
España es el destino preferido por los jugadores de golf europeos, generando casi 13.000 millones de euros anuales y más de 120.000 empleos de forma directa e indirecta. A este respecto, el golf genera puestos de trabajo, como asegura Jordi Hernández: «El 90% de los contratos que tenemos son fijos todo el año». Y en esa defensa del sector, el director de la Associació Costa Daurada Destinació de Golf i Pitch & Putt (que engloba a Infinitum, Costa Daurada y Gaudí de Reus, antes Reus Aigüesverds) remarca que «no solo vendemos golf, también productos de la tierra, ayudamos a desestacionalizar el turismo para todo el año. El turismo del golf gasta 500 euros al día por persona». Ese dispendio no solo en los campos e instalaciones golf. Es también un turismo mucho más desestacionalizado y potenciador de destinos más allá de las vacaciones tradicionales.
Este segmento turístico tiene un impacto directo en la economía española de alrededor de 5.418 millones de euros anuales (777 millones de facturación de los campos de golf y 4.640 millones del gasto adicional de los turistas que practican este deporte).
Así lo entienden también entidades como la Diputació de Tarragona o los diferentes patronatos de turismo. Es normal ver la apuesta de promoción del golf en ferias tanto nacionales como internacionales de la Costa Daurada, siendo un atractivo elemento más para ayudar a captar el interés de los turistas.
Desestacionalización
Los golfistas más aficionados a la Costa Daurada son los franceses, nórdicos, británicos, alemanes e irlandeses, estos últimos son los de mayor gasto medio diario. En el caso de Infinitum, las nacionalidades más representadas son Reino Unido, Francia y Finlandia. Entre los visitantes nacionales, el CG Costa Daurada resalta a jugadores «procedentes de Zaragoza, Lleida... Hay mucha gente que viene de vacaciones por el golf». Mientras, en el campo de Salou el 39% son jugadores españoles.
El presidente de la Asociación de Campos de Golf de España, Luis Nigorra, explica que 2018 y 2019 fueron los mejores años del sector. En 2020 experimentó una fortísima caída de los visitantes extranjeros y comenzó a recuperarse en 2021, sobre todo en el segundo semestre, igual que ocurrió con el conjunto del turismo internacional en todo el país. Sin embargo, contrariamente a lo que pudiera parecer, no son los meses de verano los que concentran la atención de los golfistas en la Costa Daurada. «Entre las ventajas con que contamos en nuestra zona es la climatología, lo que permite jugar al golf en cualquier época del año», afirma Hernández, quien destaca que «no vienen tantos turistas del golf en temporada alta». Por contra, «septiembre, octubre, noviembre o abril y mayo son las mejores épocas». También estancias más prolongadas hacen que la temporada resulte más provechosa.
José Ramón, un bilbaíno que es socio del Infinitum, asegura que pasa «buena parte del año viviendo en Salou. Salgo al campo casi a diario». Lo que comenzó siendo una visita eventual, ahora ha acabado siendo ya una práctica que ha dejado como consecuencia que haya comprado un piso en Salou. En otras casos, algunos jugadores han optado por comprar una vivienda incluso dentro del propio complejo residencial de las instalaciones.