El sector turístico de la Costa Daurada, preocupado ante la ralentización de las reservas
Tras un buen inicio de temporada, mayo se cerró con peores datos que el año pasado y junio tampoco está mejorando. El contexto inflacionista y la falta del mercado ruso, factores claves
Los empresarios turísticos de la Costa Daurada están viendo cómo las buenas perspectivas fijadas al inicio de temporada se están torciendo ante un inesperado descenso en el ritmo de reservas. Tras una buena Semana Santa, los alojamientos han vivido un mes de mayo más flojo de lo habitual y este junio tampoco parece que vaya a mejorar. El contexto inflacionista, la falta del mercado ruso o, incluso, el buen tiempo que está haciendo en otros países está provocando que la reservas anticipadas caigan y que el sector dependa cada vez más de las compras a última hora. Algo que ya ha despertado cierta preocupación entre las empresas de alojamiento.
«Esto es como un Dragon Khan. Empezamos el año con mucha actividad. Parecía que cogíamos el ritmo de reservas de 2019 e incluso con cierta euforia porque era más acelerado», explica la presidenta de la Federació Empresarial d’Hostaleria i Turisme de Tarragona (FEHT), Berta Cabré. Sin embargo, después de Semana Santa «hubo una caída importante de la actividad» y, en los últimos diez días, han detectado «un frenazo significativo de los mercados internacionales, que son los que hemos tenido que recuperar desde cero tras el Covid». Ante esta situación, dice, «existe cierta inestabilidad y prudencia sobre la recuperación que se está produciendo».
«Estamos preocupados por el inicio de temporada, está costanto arrancar más de lo esperado», coincide Albert Savé, presidente de la Associació Hotelera Costa Daurada i Terres de l’Ebre, que, no obstante, confía que el pico de la temporada –la segunda quincena de julio y agosto–, vaya bien. «Nos tenemos que sacar de la cabeza la idea de hacer récord de pernoctaciones cada año. El año pasado fue atípico después de dos años de pandemia. Hemos ido recuperando mercados internacionales que se habían parado del todo, pero ahora estamos viendo la realidad», apunta. Una realidad en la que se echa de menos un mercado como el ruso, que se ha perdido por completo, así como estancias más largas. «El presupuesto de las familias es el que es y, al final, la subida de los precios puede que también haya frenado la venta de vacaciones», detalla Savé.
Márgenes más ajustados
El presidente de los hoteleros añade que la dificultad para llenar plazas en un destino como la Costa Daurada, con una gran oferta de camas, está provocando que «haya muchas ofertas y se alarguen los descuentos de inicio de temporada para poder compensar». Una situación que, sumada a la reducción de márgenes de beneficio por la subida de costes, también preocupa al sector. «Si esta situación de la reservas dura demasiado y genera mucho nerviosismo, puede ser que ajustemos demasiado los precios y se reduzca todavía más el margen. Esto podría ser crítico si perdura en el tiempo, porque acabará repercutiendo en el nivel de inversiones y mejoras en los establecimientos de la zona. Debemos evitar llegar a eso», sostiene la presidenta de la FEHT.
Joan Calvet, presidente de la Associació d’Apartaments Turístics Costa Daurada i Terres de l’Ebre, declara que «la percepción que teníamos era que podía ser un verano muy bueno. La temporada empezó muy bien, pero está costando». Asimismo, argumenta que «la gente ya no suele hacer reservas con mucha antelación y se espera a última hora. Esta es una tendencia desde hace tiempo que es cada vez más acentuada», lo que complica hacer previsiones de ocupación.
Algo más optimistas son los empresarios de campings, que a estas alturas ya auguran una campaña similar al año antes de la pandemia. «Hasta ahora los campings de la costa están satisfechos y las previsiones se van cumpliendo», afirma la presidenta de la Associació de Càmpings de la Costa Daurada i Terres de l’Ebre, Mireia Sans. Aun así, apunta que «la sensación es positiva, pero contenida, porque sabemos que cualquier pequeña variación lo cambia todo». Para Sans, una de las claves para que en los campings no se acuse tanto este frenazo en las reservas es el alto índice de fidelización. «Nuestro cliente acostumbra a repetir, sobre todo las familias con hijos», afirma.