El secreto romano que guardan Les Madrigueres de El Vendrell

Los historiadores creen que podría haber habido un asentamiento

Es el último frente costero por urbanizar en el Baix Penedès y de los pocos indultados (a la fuerza) por el cemento y los ladrillos.

La playa de Les Madrigueres y su extensión hasta la vía del tren es un ecosistema costero que durante décadas fue objeto de reivindicaciones y protestas para evitar su urbanización.

‘Salvem les Madrigueres’ fue un lema, casi un mantra, grabado en la mente de varias generaciones en la década de los 90 en el Baix Penedès. Ese espacio costero debía preservarse. Y se logró.

Una de las lagunas de Les Madrigueres.

Hoy El Vendrell acoge un paseo entre las especies de flora típicas de la costa que mantienen un pulso con las invasoras como la caña americana y que deberán ganar. También unas lagunas y un mirador para observar las aves que cada vez más hacen parada.

Es un agradable paseo natural integrado en el que muchos corren y pasean.

Pero Les Madrigueres todavía pueden encerrar un secreto histórico. Una hipótesis sustentada en los restos que el tiempo y las mareas han mostrado para quien sepa ver. Y entienda.

El historiador Joan Santacana explica que son muchas las aparentemente piedras que aparecen en la zona muy rodadas por la erosión y que son restos de ladrillos romanos. Incluso fragmentos de ánforas.

El cambio de era

Ese material indicaría que en Les Madrigueres pudo haber un asentamiento romano que estaría activo en el cambio de era y que habría estado precedido por estancias íberas entre finales del IV antes de Cristo y la primera mitad del III adC. De la época imperial.

El camino de Les Madrigueres.

Las piezas rodadas que ha sacado el mar muestran un claro origen romano. El barniz negro es característico de esa civilización y está muy detallado.

Pero podría proceder de un naufragio? Joan Santacana lo descarta. «Lo que aparece son restos de rejas y ello indica que había un asentamiento.

En la costa ya había varios asentamientos romanos como la villa de época imperial de Els Munts en Altafulla, en Berà, o la villa romana del Vilarenc en Calafell.

Ese tipo de emplazamientos suelen ser casas grandes. Con el tiempo y su desintegración, cuando los terrenos son trabajados siglos después por la agricultura el material se extiende en un gran área para limpiar tierras para el cultivo.

Hay mucho material, pero no es fácil de identificar. Atención: no tiene ningún valor económico. No hay que lanzarse a la zona como pretendidos Indianas Jones. Ese material sólo es un indicador histórico que señala que allí pudo haber algo. Tampoco se sabe exactamente dónde.

La importancia de la riera

La zona de Les Madrigueres limita con la riera de La Bisbal y es en esa zona donde han aparecido más restos. Esa ubicación junto a la riera es probable ya que durante siglos fue la principal vía de penetración de la costa a las planas interiores del Penedès.

La desembocadura de la riera tras unas jornadas de lluvia intensa. A la izquierda, la zona de Les Madrigueres.

¿Habría que excavar para encontrar ese posible asentamiento? Joan Santacana explica que «primero habría que localizarlo, lo que podría hacerse con un georradar y después valorar si se excava a o no».

El historiador pregunta ¿qué aportará? «Si es un asentamiento más no vale la pena. Si es desconocido debe valorarse. Peo si no aporta nada puede esperar otros miles de años».

Son tejas romana, ánfora itálica, cantos de ánfora Tarraconense y fragmentos de púnico-ebusitana, además de fragmentos informes de cerámica ibérica clásica. Lo que confirmaría un asentamiento entre el final del siglo IV y la primera mitad del III adC.

Y reitera. No tienen valor económico. Sólo son indicadores. No hay que destrozar Les Madrigueres para buscar un trozo de ladrillo que podría sólo tener unas décadas porque son similares a los históricos.