Hallan en Tarragona a una desaparecida en Francia
Desapareció llevando solo lo puesto, sin dinero. Los Mossos la encontraron a 700 kilómetros de donde se le perdió de vista, cerca de la rotonda de La Móra
No llevaba teléfono móvil, ni bolso, ni dinero. Y aún así, una mujer que se encontraba ingresada en una residencia cercana a Grenoble (Francia) se desplazó hasta una carretera en Altafulla, donde fue encontrada por una patrulla de los Mossos d’Esquadra.
Los investigadores todavía tratan de determinar cómo hizo el trayecto, 700 kilómetro. Pero lo que en un principio podía tener un tráfico final –sus allegados pensaban ya en lo peor–, todo ha terminado con la mujer reencontrándose con su hijo y el resto de familia. Esta ha agradecido el trabajo realizado por la Policía catalana, que ha contado con el apoyo de la Gendarmerie francesa.
El inicio
La rocambolesca historia comienza el pasado 29 de marzo en un centro sanitario situado en la localidad de Saint-Laurent-du-Pont, en el departamento francés de Isère, cerca de Grenoble. En esta residencia estaba ingresada esta mujer, de 55 años. Es dependiente y no tiene autonomía para vivir sola. Un grupo de residentes hizo una pequeña salida por los alrededores del centro, acompañados por personal. Pero por alguna razón la mujer se separó del grupo y desapareció.
A partir de este momento comienza un calvario para la familia, originaria de Vietnam, aunque muchos de los miembros son nacidos ya en Francia. La hipótesis principal era que no podía haber ido muy lejos ya que solo llevaba lo puesto.
La búsqueda
Los familiares, después de denunciar la desaparición, comenzaron a buscarla por la demarcación de Grenoble. También acudieron a los medios de comunicación escritos de la zona, que publicaron la fotografía de la desaparecida. Confiaban en que la encontrarían en las horas siguientes. Pero no fue así.
A medida que pasaban las horas –y después los días– las esperanzas de encontrarla con vida –teniendo en cuenta, además, que necesitaba medicación– se iban desvaneciendo.
Mientras la familia seguía con la búsqueda, el pasado día 1 de marzo, una patrulla de Seguretat Ciutadana de la comisaría de Tarragona se encontraba de servicio. Cuando circulaba por la rotonda de La Móra observó en la carretera, dentro del término de Altafulla, a una mujer que hacía gestos con los brazos a los coches que pasaban.
Incoherente
Los agentes ya vieron que no estaba bien y se acercaron a ella. Comprobaron que tenía algún problema con la mirada y por la gesticulación que hacía. Solo hablaba francés pero de forma incoherente. No sabía explicar qué hacía allá. Ante ello, se solicitó la presencia de una ambulancia, que trasladó a la paciente al Hospital de Santa Tecla, donde quedó ingresada.
Los agentes de la Unitat d’Investigació se hicieron cargo del caso. Miraron en la base de datos si habían denuncias de desaparición. Normalmente ello da resultado positivo, pero en esta ocasión no encontraron ningún elemento de coincidencia.
Primera pista
Los policías inspeccionaron la ropa que llevaba. Y aquí encontraron una primera pista. En la parte interior del pliego de la sudadera llevaba lo que parecía un código número, unas siglas y una identificación QR. Este último «nos aportó una referencia médica, sin ubicarnos el centro hospitalario», comenta al Diari Marc Bayon, subinspector responsable de la Unitat d’Investigació. Pero como mínimo tenían los facultativos la medicación que se le tenía que suministrar.
Gracias a las siglas se supo que era un centro francés, por lo que los investigadores se pusieron en contacto con la Gendarmerie de aquel país. Y efectivamente, tenía la denuncia de la desaparición de una persona con dichas características. Y enviaron a los Mossos lo que había salido en los periódicos franceses: la foto correspondía con la mujer ingresada en el Hospital de Santa Tecla.
A partir de este momento, y después de las gestiones realizadas por la Gendarmerie, los Mossos se pusieron en contacto con la familia, a la que se informó que la mujer se encontraba en buen estado y que estaba ingresada en un centro hospitalario. Y se coordinó el retorno de la mujer a Francia.
El reencuentro
El pasado miércoles, el hijo de la desaparecida y otros familiares se desplazaron a Tarragona. Primero acudieron a la comisaría de Campclar, «donde les explicamos las circunstancias de cómo se encontró a la mujer», comenta el responsable policial. «Nos reconocieron que no tenían muchas esperanzas de encontrarla con vida. Se imaginaban lo peor, por lo que se mostraron muy agradecidos».
El reencuentro entre la mujer y su hijo –junto con otros familiares– se realizó en el Hospital de Santa Tecla. Después de que los facultativos le dieran el alta, regresó a Francia. A su llegada al domicilio, se remitió a los Mossos una foto familiar, acompañada de un texto: «Queremos agradecerles a todos por su excepcional trabajo y amabilidad. Muchas gracias».
Los agentes de la Unitat d’Investigació desconocen cómo la mujer pudo llegar a Tarragona. No se descarta que se hubiera colado en algún autobús, porque no tenía dinero para pagar el billete. O que algún coche la trasladara. Se han estado mirando las cámaras de la AP-7 y comprobado los vehículos con matrícula francesa, reconoce Marc Bayon. Esa es la incógnita que están tratando de desvelar ahora.
449 desaparecidos en la demarcación
Hoy sábado se conmemora el Día de las Personas Desaparecidas sin Causa Aparente. Los Mossos d’Esquadra tuvieron conocimiento el año pasado de un total de 3.748 desapariciones –un 3,5% más que en 2022–, lo que representa una media de diez al día. De ellas, 344 fueron en el Camp de Tarragona y 105, en las Terres de l’Ebre.
La Unitat Central de Persones Desaparegudes de la Divisió d’Investigació Criminal (DIC), como servicio central especializado en las investigaciones por desaparición de ámbito criminal, ha trabajado durante el año 2023 en un total de cuatro investigaciones de personas desaparecidas en el ámbito criminal, dos de ellas en Tarragona.
Una es la de un hombre de 39 años que desapareció en mayo de 2021 en el barrio de Torreforta y cuyo cadáver fue encontrado el 14 de marzo en un pozo –de 21 metros de profundidad– de El Perelló con signos de violencia. Tres personas ingresaron en prisión y otras –encubridores– quedaron en libertad.
El segundo caso , que también está bajo secreto de sumario, corresponde al ámbito de la violencia de género por la desaparición de una mujer en julio en La Morera de Montsant.