El Ayuntamiento de Salou acota el espacio a las terrazas en el Nucli Antic
Algunos negocios lamentan que la medida se produzca en pleno verano. Hay un local que ya ha echado el cierre
El Ayuntamiento de Salou ha delimitado el espacio destinado a las terrazas de los bares en la calle Valencia y el resto de vías peatonales del Nucli Antic. Una medida que algunos establecimientos han recibido con sorpresa, en plena campaña estival, mientras denuncian que en muchos casos ha provocado la reducción de metros cuadrados de ocupación. Según el consistorio, lo que se ha hecho es dar cumplimiento a lo que fijan las licencias que dio en su día el ayuntamiento tras años de cierto descontrol.
A diferencia de lo que pasa en otras localidades, en Salou el Ayuntamiento otorga las licencias de ocupación por metros cuadrados, sin establecer el número de mesas o sillas que se pueden sacar a la calle. Así, hay negocios que han tenido que retirar algunas mesas para poder entrar en el espacio que ha acotado el Ayuntamiento para cada local con marcas en el pavimento. Otros han tenido que juntar más todo el mobiliario, pero cuentan con el mismo número de mesas. En algún caso, además, había alguna terraza sin regularizar que se ha retirado.
El que ha salido peor parado con la nueva delimitación es el bar restaurante El Jamón, que echó el cierre la semana pasada ante la pérdida de más de la mitad del espacio exterior que tenía. Según explican sus propietarios, hasta ahora, el local contaba con licencia y pagaba la tasa para ocupar 42 metros cuadrados. Con los nuevos límites, perdía hasta 30 metros y le quedaba espacio para apenas cuatro mesas. «Pagando un alquiler, tal y como están los costes y sin tener terraza, es imposible sacar adelante el bar», lamentan los propietarios, que tomaron la decisión de abandonar el negocio después de dos décadas en la calle Valencia. «El día 31 dimos de baja el local y tuvimos que despedir a las cuatro personas que teníamos contratadas», apuntan.
A finales de agosto, la Policía Local y los servicios técnicos del Ayuntamiento acudieron a cada establecimiento para medir el espacio y acotar los metros cuadrados autorizados por licencia. Posteriormente se hizo llegar a cada local un decreto para que en un plazo de 24 horas ocuparan únicamente lo que tenían otorgado.
Según el concejal de Serveis Generals, Jesús Barragán, lo que ha hecho el Ayuntamiento de Salou ahora es poner orden a una situación que se había desmadrado. «Los límites ya estaban fijados de antes. Fuimos flexibles con la pandemia y lo que ahora hemos ordenado a los locales es que ocupen la superficie correspondiente a la licencia que tenían concedida», afirma el concejal.
Espacio para emergencias
Asimismo, Barragán asegura que con estos límites se da respuesta a un informe de seguridad de la Policía Local, donde se indicaba la necesidad de liberar unos 4 metros de anchura en la calle para el paso de vehículos de emergencias en caso de que fuera necesario. Para establecer los criterios de ocupación de las terrazas, desde el consistorio indican que «lo que se tiene en cuenta son los metros de fachada por los metros de profundidad».
«En caso de emergencias siempre se pueden apartar las mesas y las sillas. Ningún local tiene elementos fijos y no creo que hubiera sido un problema realmente», cuenta la propietaria de otro negocio de la calle Valencia. En su caso, solo abre en temporada, con lo que la terraza es un espacio imprescindible. «He perdido algún metro, pero he podido juntar todas las sillas y mesas y dejar un paso al interior más estrecho», expone.
Entre los vecinos hay disparidad de opiniones. El Ayuntamiento recibió un escrito por parte de algunos residentes y comerciantes donde reclamaban estas medidas. Ahora, hay quien se alegra de que se haya limitado el espacio exterior a los bares y restaurantes y quien considera que, con esta medida, la zona pierde algo de vida. «En ocasiones, sobre todo en verano, sí que era un problema pasear cómodamente. Ahora se nota mucho que hay más espacio de paso», comenta al Diari una vecina. Otro, sin embargo, señala que «lo que da vida al barrio son precisamente las terrazas, al final tendremos una calle fantasma para pasear sin pararse».