El arte escultórico se asienta en Altafulla

El concurso de Castells de Sorra reúne a medio centenar de participantes, que demuestran su capacidad creativa

Construcciones y creaciones escultóricas se extendieron ayer por la mañana en la playa de Altafulla, concretamente en el tramo situado frente al Parque de Voramar, próximo al Recó del Fortí, donde precisamente la arena se acumula de forma más generosa (recordar que en 2022 tuvo que suspenderse la actividad por la escasez de arena). Dato importante, ya que precisamente se trata de utilizar esa arena, junto con el agua, como única materia prima para crear arte efímero y recrear toda clase de construcciones, inspiradas en figuras reales, o bien fruto del imaginario de los participantes, en el tradicional concurso veraniego de Castells de Sorra.

Se trata de todo un clásico, año tras año, entre las actividades playeras que se programan en Altafulla, «muy atractivo para el turismo familiar», comenta Tomàs Serra, concejal de Turisme del Ayuntamiento de la localidad, que organiza el evento. Lo demuestra que ayer tomaron parte 17 grupos, con casi medio centenar de «artistas».

Tres categorías

Los concursantes se dividieron en tres categorías: infantil, hasta los 12 años; juvenil, de 12 a 18 años; y adulto, a partir de los 18 años, para competir de forma individual o bien formando equipo, con un máximo de tres personas por grupo.

Castillos, fortalezas y animales

Puesto que mencionamos la proximidad con el Fortí, algunas de las construcciones emulaban castillos y fortalezas.

Este es el caso de la pareja ilerdense, Carlos y Sandra que con su hija Greta construyeron un tramo de la gran muralla china y un dragón chino, en éste su tercer año de participación en el concurso, afirmando que «es una actividad que nos encanta, puesto que permite que participemos en familia y proporciona un fin de semana diferente».

Como viene siendo habitual, otros optan por moldear animales terrestres y marinos, tales como estrellas de mar, delfines, o pulpos como el que diseñaron sobre la Atlántida, tres amigas que veranean en Altafulla: Mireia, de Cardedeu, Marina, de Constantí i Ariadna, de Barcelona, trabajando sin tregua para dejar lista la escultura en el limitado tiempo de hora y media, y poder ser valorada por el jurado calificador.

Se otorgaron primeros y segundos premios para cada una de las categorías.

Núria Barba, técnica municipal de Turisme, explicó que para la categoría infantil y juvenil los premios consisten «en vales para poder disfrutar en los parques acuáticos, temáticos y atracciones de la zona, mientras que para los adultos hay bonos regalo para comer o cenar en restaurantes, para baños termales o entradas para el Festival Internacional de Música de Altafulla».

Hubo obsequio de recuerdo y un refresco para tos los participantes, en un certamen que cuenta con muchos adeptos «repetidores» y de otros que lo experimentan por primera vez. Eso sí: convencidos de volver en la próxima edición.

l La actividad tuvo a los bañistas como espectadores de excepción, quienes entre chapuzón y chapuzón, por aquello que combatir el intenso calor que ayer señaló el termómetro, se acercaban hasta los “talleres” en la arena para ver como evolucionaba el proceso constructivo de las creaciones.

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