Drones aéreos y marinos contra los furtivos y una amenazante alga invasora
Los clandestinos intentar pescar en la reserva de Masia Blanca de Coma-ruga con fusil. Otras personas fondean, pese a que está prohibido para evitar que se extienda la Cylindracea
Por mar y aire. La vigilancia de la reserva marina de Masia Blanca en aguas de Coma-ruga incorpora todos los medios para intentar evitar las principales amenazas para el ecosistema. Unas evidentes como la de los furtivos y otras que son un riesgo a prevenir como la llegada de especies invasoras.
La reserva sigue siendo objeto de deseo de furtivos que intentan capturas y de embarcaciones que fondean, lo que también está prohibido para proteger ese ecosistema marino.
Para custodiar la reserva, Vigilancia Mediambiental L’Escurçó, encargada de guardar esa zona rocosa sumergida, ha incorporado drones para una observación aérea y añadirá otros náuticos que navegarán por el ecosistema.
El pasado año L’Escurçó interpuso una treinta de denuncias principalmente por fondeo en la zona prohibida, además de detectar a algunos furtivos.
Una de las amenazas que más preocupa por numerosa es el fondeo ya las anclas pueden llevar adheridos restos de un alga invasora de gran propagación
El fondeo tiene el riesgo de dañar con las anclas el ecosistema sumergido donde hay praderas de posidonia y además una posible contaminación de Caulerpa cylindracea que llegue en los cascos de las barcas o en las anclas.
Es un alga invasora de origen australiano de gran propagación que impide que el oxígeno se disperse en el sedimento afectando a las algas autóctonas y a comunidades de la zona.
Está muy extendida y es agresiva en el Mediterráneo. En las zonas donde se asienta causa un grave impacto sobre las comunidades vegetales autóctonas pudiendo llegar a sustituirlas casi por completo. Está considerada una de las 100 peores especies invasoras del Mediterráneo.
La Generalitat realiza un seguimiento de la zona para comprobar si ha llegado. De momento no se han encontrado brotes sumergidos ni tampoco en la playa arrancados tras un temporal.
L’Escurçó defiende que realiza una vigilancia constante con el dron aéreo, para lo que tiene autorización desde 2017 siendo la primera del Estado, y que incorporará el marino. Es un aparato tipo hovercraft que navega en superficie captando imágenes que permiten identificar matrículas de embarcaciones.
Otra amenaza es la de los furtivos que acceden a la reserva desde la playa con fusiles de pesca. Detectar a estos es más complicado. Llegan a la zona en coche, entran en el mar y salen con las capturas para dejar el lugar de manera rápida.
Los drones deben ayudar a la vigilancia desde la costa ya que L’Escurçó no puede emplear ahora sus embarcaciones ya que están retenidas en el puerto de Coma-ruga por un litigio que mantienen con el Club Nàutico.
En el caso de detectar una incursión irregular llama a los servicios costeros de la Guardia Civil para que acudan con su embarcación.