Dos fondos de inversión negocian la compra del Golf Bonmont
La operación, que se situaría entre los 20 y 25 millones de euros, incluye el campo de golf, la casa club y el restaurante, además del hotel cinco estrellas superior y terrenos sin urbanizar de este complejo residencial de Mont-roig del Camp
El Club de Golf Bonmont Terres Noves, ubicado en Mont-roig del Camp, podría cambiar de manos en breve. Dos fondos de inversión, según ha podido saber el Diari de Tarragona, negocian ahora mismo su adquisición con las distintas sociedades que integran la propiedad. Entre ellas figuran los descendientes del empresario suizo Henri-Ferdinand Lavanchy, quien fuera el impulsor del campo en 1990, su urbanización y anexos.
La operación, que se situaría entre los 20 y los 25 millones de euros, incluiría el campo de golf e instalaciones anexas; el hotel de cinco estrellas superior, aún sin estrenar y que se sitúa a pie de green, y también una gran extensión de terrenos sin urbanizar.
La compra venta no está sin embargo cerrada, según confirmaron miembros de la propia familia Lavanchy a los empleados de Bonmont en una reunión reciente. El personal que trabaja en el complejo había mostrado su intranquilidad al trascender esta posible transacción sin conocer sus condiciones.
Despachos de abogados sí están analizando la documentación. La transacción es compleja por cuanto hay hasta tres sociedades propietarias involucradas, con distintos socios, porcentajes accionariales e inmuebles en cada caso.
El campo de golf, por ejemplo, sobre el que pivota desde sus inicios todo este complejo residencial de lujo, es propiedad de la familia Lavanchy y otra empresa suiza con la que tiene varios negocios.
Diseñado por el reputado Robert Trent Jones Jr. el recorrido cuenta con desniveles naturales, seis pequeños lagos, más de 90 búnkers y una estratégica colocación de los tees que marcan este campo de 18 hoyos, y par 72, en el que los jardines de la comunidad residencial armonizan con el paisaje verde.
Con una extensión de 48 hectáreas a día de hoy es aún uno de los mejores golfs de España y desde su estreno ha recibido elogios de jugadores de renombre mundial por su singularidad.
La sociedad titular del campo de Bonmont cuenta también con la casa club, el restaurante donde se celebran banquetes, y la zona deportiva del complejo, que incluye entre otras instalaciones pistas de pádel, tenis y campo de fútbol.
Esos mismos socios figuran también entre las empresas propietarias del hotel de lujo que representa el principal activo de la segunda de las sociedades implicadas en las negociaciones con los fondos de inversión.
El complejo, un cinco estrellas superior orientado a la salud y el bienestar, está completamente acabado desde hace dos años y medio y lo tenía todo a punto para inaugurar en noviembre de 2019 con el sello Westin de Marriot. Pero problemas surgidos en una de las últimas auditorías de calidad provocaron su retirada y, con ello, la paralización de la apertura.
Cuenta con 135 habitaciones y suites, así como vistas panorámicas al campo de golf, montañas y al mar Mediterráneo.
Construido en una parcela de 17.720 metros cuadrados el resort dispone de 1.000 metros de spa y fitness club, jardines y piscinas. Entre las más llamativas figura una exterior, de 150 metros cuadrados y estilo de baño romano. El hotel tiene también una zona de congresos con grandes salones de distintas capacidades.
A pesar de que el hotel está acabado hay inversiones pendientes de realizar aún para su puesta en funcionamiento, como las canalizaciones para conectar el complejo a una depuradora de agua.
Algunas informaciones surgidas en Madrid apuntan además que dos acreedores del hotel habrían solicitado su embargo y salida a subasta, en un juzgado de la capital. Uno de los acreedores sería el contratista que dirigió las obras, a quien se le adeudarían cerca de 300.000 euros.
La tercera de las sociedades involucradas en Bonmont, de la que en este caso es titular la familia Lavanchy al 100% del capital, cuenta con 50 hectáreas de terrenos sin urbanizar compradas en su día para proyectar un segundo campo de golf. Luego fueron recalificadas y ahora son de uso residencial.