«Tendré un edificio a 3 metros de mi balcón y no puedo evitarlo»

Un silencio administrativo imposibilita presentar alegaciones al proyecto. El Ayuntamiento mediará entre los vecinos y el constructor

Polémica en Altafulla por la construcción de un edifico de 11 viviendas en la plaza Nova, justo en el límite urbanístico con la Vila Closa. El proyecto previsto afecta a un grupo de vecinos tanto de la plaza como de la calle Barceloneta, que verán mermada su calidad de vida al levantarse una pared lateral del nuevo edificio a solo tres metros de sus balcones.

Cambiar o revertir esta situación es, a día de hoy, administrativamente muy difícil, puesto que en 2011, el silencio administrativo por parte del entonces Ayuntamiento de Altafulla dio como respuesta un acatamiento al proyecto que presentaba el promotor, y así quedó dictaminado por sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC). Entonces, los vecinos afectados se vieron, hasta hoy, sin la opción de presentar alegaciones o enmiendas para modificar ese documento.

Ahora, a la espera de que la Comissió Territorial d’Urbanisme que se celebrará en octubre apruebe el proyecto, los vecinos afectados han alzado la voz para intentar, por todos los medios, evitar un futuro inicio de obras. Desde el Ayuntamiento de Altafulla, la coalcaldesa, Alba Muntadas, reconoce que «administrativamente ya no podemos hacer nada», pero admite que «nos hemos ofrecido a mediar entre los vecinos y el promotor para intentar encontrar una solución que sea beneficiosa para todos».

Los vecinos, por su parte, son conscientes de la situación y saben que allí se va a terminar alzando un edificio. «No estamos en contra de que se construya nada», aseguran, «pero se tendría que respetar el entorno en el que está», apuntan. Por ello, explican, «hemos contratado a un arquitecto especialista en patrimonio, cuyo informe presentaremos al promotor para intentar que modifique el proyecto inicial».

Este informe, aclara Alba Muntadas, «será una contrapropuesta que se entregará a los vecinos y que mirará por todos, por un lado, para que el promotor no pierda en su proyecto y, por otro, procurará que éste sea más atractivo para los vecinos». Con él, los afectados mantienen la esperanza de que la Comissió Territorial d’Urbanisme frene el proyecto e inste al promotor a incluir las modificaciones necesarias.

En el límite con el casco antiguo

El solar en el que se debe edificar está situado justo en el margen urbanístico con la Vila Closa. Por tanto, la fachada, aclara Muntadas, «queda fuera del casco antiguo y podría construirse tal y como está previsto». Finalmente, la coalcaldesa aclara que «la afectación estética afecta más a los vecinos que a la propia Vila Closa».