C-32 en Segur de Calafell, la autopista que no va al sur
La situación muestra un desapego que no se soluciona entre la comarca y Tarragona
La autopista C-32 en el Baix Penedès mira a Barcelona y olvida que también hay muchos vecinos que deben desplazarse a Tarragona.
La política de rebaja de peajes que ha anunciado la Generalitat ya demuestra una visión barcelonesa que no ayuda a fortalecer la comunicación de la comarca con Tarragona.
Es una situación por la que se clama desde hace años. Que no olvide Tarragona que el Baix Penedès forma parte de la provincia y que si no se favorece la comunicación la comarca dejará de sentir esa pertenencia.
Tampoco trenes
Desde una falta de comunicación directa con tren de estaciones como Calafell, Segur o Cunit, El Vendrell y L’Arboç (debe hacerse transbordo en Sant Vicenç de Calders) a esa política de peajes que no ayuda a la comunicación.
Incluso con unas infraestructuras para las que el Ayuntamiento de Calafell ha presentado alegaciones al anteproyecto del Pla Territorial del Penedès.
La autopista C-32 en Segur de Calafell tiene entrada y salida en dirección a Barcelona, pero no la hay a Tarragona.
El Ayuntamiento ha presentado alegaciones para reclamar que en Segur haya una entrada y salida de la autopista en dirección a Tarragona.
Falta de conexión
La obra por su calado sería a largo plazo, pero el consistorio señala que por su importancia y para favorecer la conectividad del territorio debe quedar recogida en las previsiones del Pla Territorial.
La salida 10 de la autopista, en Segur sólo está diseñada de cara a las comunicaciones con Barcelona. Desde Barcelona se puede entrar en Segur y para ir a la capital y se puede salir desde el núcleo. Pero no hay ni entrada ni salida hacia el sur.
Es un agravio a corregir, señala el alcalde Ramon Ferré. «Perjudica a miles de vecinos residentes en Segur y sus urbanizaciones».
Esa situación evidencia que el Baix Penedès ha recordado muchas veces que se ha sentido a la cola de Tarragona. El que fue alcalde de El Vendrell, Benet Jané, ya señaló hace más de una década que el olvido de Tarragona hacia el Baix Penedès hace que los ciudadanos de la comarca tengan más tirada hacia Barcelona.
El ex alcalde pronosticaba que «si el Camp de Tarragona no hace esfuerzos y pone los medios para que cambiemos la inercia, lamentablemente iremos a Barcelona».