Aquopolis y PortAventura compiten por el parque acuático de La Pineda
Cuatro empresas optan a la nueva concesión del espacio. El Ayuntamiento espera ingresar 250.000 euros al año
Cuatro compañías se han apuntado al concurso público para la explotación de Aquopolis Costa Daurada, en La Pineda. El parque acuático cerró puertas en septiembre a su última temporada tras 35 años de concesión y, ahora, el Ayuntamiento de Vila-seca busca una nueva empresa para que continúe con la actividad hasta que defina el futuro para esos terrenos, que son de propiedad municipal. Entre los aspirantes, se encuentran los actuales gestores, Leisure Parks, y también PortAventura, que busca ampliar su oferta sumando un nuevo parque acuático al que ya tiene dentro de sus instalaciones.
Otra de las aspirantes, la alemana Wonder Wibit, es una de las marcas líderes a nivel mundial en parques de agua flotantes. El año pasado, ya se hizo con la explotación del Aquopolis de Sevilla en un concurso similar al de Vila-seca. La cuarta empresa en discordia, Aunar Group, con sede en Reus, ha sido descartada del proceso al no poder acreditar haber gestionado un parque acuático similar en los últimos cinco años.
La nueva concesión es para dos años, con posibilidad de prorrogar otros dos, a la espera de que el Ayuntamiento decida qué hacer con este espacio de titularidad municipal frente a la playa de La Pineda. De momento, la nueva empresa que se encargue del parque deberá asumir un canon de explotación anual superior a 241.000 euros.
El parque acuático abrió puertas en 1987 y es todavía hoy uno de los más extensos de Catalunya. Se encuentra en unos terrenos públicos con una superficie de 10,5 hectáreas, que incluyen el aparcamiento, con capacidad para 450 vehículos, así como amplias zonas verdes y de pícnic. Las instalaciones disponen de una veintena de atracciones, cinco piscinas diferentes de grandes dimensiones, además de áreas de recreo tematizadas e infantiles. El recinto cuenta también con varios espacios de restauración, una tienda de souvenirs, vestuarios, así como el espacio de oficinas y las taquillas de acceso, que se encuentran en el paseo Pau Casals. El aforo máximo es de 6.000 personas.
El pliego de cláusulas para la nueva concesión establece que la empresa que se encargue del parque tendrá que subrogar a todo el personal con contrato, cerca de un centenar de empleados, y mantenerles las condiciones laborales. Además, el nuevo adjudicatario podrá ampliar el período de apertura –normalmente de mediados de mayo a finales de septiembre– o los horarios si el consistorio así lo autoriza.
Descuentos a residentes
Entre los criterios de valoración para escoger a la empresa que explotará el parque acuático los próximos años, la memoria técnica y la oferta económica que presenten serán los que tendrán mayor peso. Sin embargo, el Ayuntamiento también tendrá en cuenta otros aspectos como la implantación de medidas ambientales en la gestión del parque o el compromiso de ofrecer entradas para los usuarios del casal de verano de Vila-seca, así como descuentos para aquellos vecinos que dispongan de la VilaCard. En este apartado, el consistorio ofrecerá la mayor puntuación a la compañía que se comprometa a descontar un 80% el precio de las entradas.
Asimismo, el nuevo contrato prohibe de manera explícita los usos de delfinario o cualquier otro espectáculo con animales vivos. El espacio que ocupaba el delfinario, abierto en 2001 y clausurado definitivamente antes del inicio de la última temporada, se podrá aprovechar para otros usos.
Un concurso de ideas internacional para definir el futuro
El Ayuntamiento de Vila-seca quiere darle una nueva vida a las 14 hectáreas de su propiedad que se encuentran frente a la playa de La Pineda y que han acogido durante las últimas décadas la discoteca Pacha y el parque acuático Aquopolis. Es por ello que en los próximos meses convocará un concurso internacional que servirá para adjudicar el derecho de superficie de este espacio para las próximas décadas. Desde el consistorio apuntan que se trata de encontrar «un nuevo proyecto que sea referente de la calidad turística de las próximas décadas en la Costa Daurada», lo que no descarta que se puedan mantener los usos como parque acuático.