Altafulla ya sabe cómo se llamarán sus nuevas calles
En enero se llevará a cabo la última fase para decidir los nombres de las calles de Safranars entre las cinco opciones que se han propuesto
Próximamente, el Ayuntamiento de Altafulla tiene que poner nombre a las tres nuevas calles de la urbanización de Safranars. Por eso ha abierto un proceso participativo, que empezó el mes de noviembre con una primera fase en la que se recogieron propuestas a través de la aplicación eAgora.
Entre el 12 y el 21 de diciembre se llevó a cabo la segunda fase del proceso participativo. Entre la treintena de propuestas recogidas, cada persona ha podido votar tres. Las cinco propuestas que han obtenido más votos pasan a la tercera y última fase, que se llevará a cabo el próximo mes de enero.
Los nombres finalistas y los porcentajes que recibieron son: Carrer dels Diables d’Altafulla, con un 15,2%; Carrer de Sant Simplici, con un 6,8%; Carrer de la Sardana, con un 6,8%; Via dels Països Catalans, con un 6,8%, y Carrer de Joana Badia, con un 6,3%.
Los nombres propuestos debían tener relación con la historia y la diversidad cultural del municipio. Las cinco propuestas finalistas representan elementos culturales, una montaña cercana y el nombre de una actriz y directora de teatro.
Actualmente, los viales se conocen como calle A, calle B y calle C. La calle A debe reconvertirse en una zona verde junto al río Gaià. En esta zona verde se preservarán los muros de piedra seca que son testigos de los cultivos de nuestros antepasados, además de objetos que son patrimonio cultural del municipio, como ánforas y otros elementos datados del siglo II d.C.
42 viviendas públicas
Durante el anterior mandato, el Ayuntamiento de Altafulla modificó el POUM con la finalidad de reorganizar la zona dels Safranars para que allí pudieran edificarse 42 viviendas públicas.
Esta zona, cercana al Camí de Ferran, tenía tres sectores, de los cuales dos dificultaban su urbanización. Con la modificación del plan urbanístico ambos sectores quedaron unidos y se resolvió el problema existente.
El POUM se adaptó para que la nueva urbanización pudiera acoger estas 42 viviendas públicas de aproximadamente 110 m2 cada una. El cambio se produjo porque se pasó de prever 5.000 m2 de viviendas de protección oficial, a unos 200 m2, una diferencia que el consistorio argumentó por haber quedado desfasada la demanda de este tipo de habitáculos en el municipio.
El cambio del POUM también previó la construcción de casas unifamiliares con espacios libres, como terrazas, por delante de la construcción de chalets.