Altafulla puede ver sus playas a vista de pájaro

Gestión de ecosistemas. Un dron con tecnología de alta precisión sobrevolará el litoral para analizarlo

Las playas son un ecosistema dinámico que de la noche al día puede cambiar completamente de escenario, siendo, en ocasiones, difícil de gestionar, por lo que suponen estas variaciones. De ahora en adelante, las playas de Altafulla tendrán un aparato que las sobrevuele para captar imágenes aéreas que permitan realizar un seguimiento constante y conocer los cambios del litoral en función de los fenómenos meteorológicos.

Ayer, en el paseo Botigues de Mar, se presentó el nuevo servicio contratado por el Ayuntamiento, un dron dotado con tecnología de alta precisión que, con sus resultados, permitirá una mejor gestión y un mejor análisis de las playas, para saber qué actuaciones llevar a cabo para mantener el espacio en las mejores condiciones posibles.

A lo largo del año se realizarán unos 7 vuelos, en función de las necesidades, con la idea de «tener imágenes a lo largo del tiempo de cómo varía la playa. Para tomar buenas decisiones no nos tenemos que fijar en el estado en un momento determinado, sino que tenemos que ver la evolución a medio-largo plazo», expuso la coalcaldesa, Alba Muntadas, en la presentación de este nuevo método. Hasta ahora, se realizaba una gestión diaria ‘a pie’ de playa, con la incorporación del servicio de dron, el Ayuntamiento dispondrá de una nueva herramienta que ofrecerá una visión más ampliada de todo el sistema playa, que abarca aproximadamente 1 kilómetro y medio.

Los trabajos del dron

El dron permite obtener datos actualizados y trazar un mapa de los volúmenes de arena acumulados, los efectos de los temporales y en qué puntos están funcionando mejor las medidas aplicadas.

Tal y como detalló Albert Hidalgo, responsable de ingeniería de la empresa contratada para el servicio, Inspectia & Control Services, el dron cuenta con tecnología RTK, que permite geolocalizar las imágenes con una alta precisión, teniendo un margen de error de máximo 20 centímetros (el GPS de un teléfono móvil tiene un error de entre 3 y 10 metros).

Los trabajos que realiza el dron son de fotogrametría, que consiste en, como explicó Hidalgo, «sobreponer diferentes fotografías para conseguir puntos de coincidencia que permiten comparar cómo están las playas en los diferentes momentos de actuación». En cada intervención, el dron capturará unas 600 imágenes para poder extraer los modelos de superficie y de elevación. «Con estos datos, los técnicos municipales podrán valorar dónde están las altas concentraciones de arena, si se han movido o desaparecido y tomar las decisiones más adecuadas».

La inversión en el servicio ha sido de 8.167 euros. Esta acción se enmarca en el plan de gestión de la playa, liderado por el geólogo Xisco Roig y el ingeniero David Vendrell, con la finalidad de analizar el espacio natural ante el cambio climático y sus efectos sobre el litoral.

Altafulla aplica desde hace años medidas para intentar retener arena en las playas con sistemas naturales. El uso del dron permitirá precisar en la manera de colocar la arena para que acabe asentándose en la playa. Las medidas son consensuadas con el Ministerio de Transición Ecológica.

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