Alfredo García, divulgador nuclear: «Las energías nuclear y eólica son igual de sostenibles»
Ciencia, rigor y datos. García dice que el futuro de las nucleares pasa por la instalación de pequeños reactores más versátiles mientras que, en las renovables, será poder almacenar sus excedentes.
Los municipios de Ascó y Vandellòs se preparan para la etapa postnuclear
Primero Ascó y después Vandellòs vivirán cambios importantes si finalmente las nucleares cierran y los municipios no aprovechan estos años que aún tienen de transición para diversificar su economía y ampliar su tejido empresarial. Aún así, creo que durante todos estos años tampoco han sabido utilizar de forma eficiente los recursos que las nucleares les han proporcionado.
Con los Fondos de Transición Nuclear, ¿qué cree que tienen que hacer municipios como Ascó y Vandellòs?
Aprovechar al máximo sus polígonos industriales para que lleguen nuevas empresas. Si no lo consiguen, van a sufrir una gran despoblación, especialmente en la Ribera d’Ebre.
¿Cómo hemos pasado de querer cerrar todas las nucleares a entender que, a día de hoy, es energía sostenible?
La energía nuclear es igual de sostenible o ecológica que la eólica o la solar. No es mi opinión, múltiples estudios científicos y la Unión Europea así lo reconocen. De hecho, no existe ninguna energía sin residuos ni impacto en el medio ambiente, pero tanto las renovables como la nuclear tienen un impacto muy bajo comparado con los combustibles fósiles.
Otro gran mito, ¿las nucleares son seguras?
Un lema del sector nuclear es que sin seguridad no hay negocio. A los propietarios de las centrales nucleares les interesa que su negocio siga siendo rentable y por eso no escatiman en seguridad.
En un momento donde cada vez hay más demanda de energía, ¿podemos vivir sin la que generan las nucleares?
Con total seguridad, a día de hoy, no. Las energías eólica y solar tienen el gran reto de su variabilidad. La energía nuclear es capaz de proporcionar toda su potencia durante el 90% de las horas del año. Es lo que llamamos factor de carga. En la energía eólica está en torno al 35% y en la solar 20%. El motivo es muy sencillo, no siempre disponemos de viento ni de luz solar y no siempre son adecuados.
Y entonces, ¿por qué hay que plantearse su cierre?
Motivos políticos y económicos, principalmente. El problema es que a pesar que hay el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) habla de una instalación masiva de renovables y de un gigantesco almacenamiento en forma de centrales de bombeo y de enormes baterías. Nada de ello se está cumpliendo. En su lugar, se está manteniendo toda la capacidad instalada de ciclos combinados de gas natural, equivalente a 26 reactores nucleares y cada vez compramos más gas natural, tanto de Argelia como de Rusia. El rival tecnológico y económico de la energía nuclear no son las renovables, sino el gas natural.
¿Qué retos que tienen las sostenibles en su futuro más cercano para llegar a ser tan eficaces como las nucleares?
El primero es que haya excedentes suficientes para almacenarlos durante momentos en los que no diponemos de sol y viento. Y todavía estamos lejos de tener esa capacidad. Y en segundo lugar, poder almacenarlos con la construcción de centrales hidráulicas de bombeo o con baterías industriales a gran escala. Las primeras están limitadas por la sequía, por su impacto ambiental y por el largo plazo de instalación. Las segundas todavía no han alcanzado las capacidades requeridas para prescindir de nucleares o de centrales de gas.
¿Cuál es el futuro de los profesionales de las centrales nucleares?
Hay un sentimiento de desánimo porque los más jóvenes llevan muchos años de preparación y a pesar que aún hay años por delante, su futuro es incierto.
Y las mismas centrales, ¿se pueden reinventar?
El futuro de las nucleares pasa por la operación a largo plazo, hasta 60 o incluso 80 años, manteniendo todos los estándares de seguridad. Otra opciónn es instalar pequeños reactores modulares, de menos potencia y fabricados en serie, con mejoras en seguridad y una enorme versatilidad como desalinización, calor industrial o producción de hidrógeno. Existen unos 83 diseños en todo el mundo, dos de ellos ya están operando comercialmente en Rusia y China.