‘Adiós’ al Alfa i Omega de Torredembarra

El Ayuntamiento considera otros asuntos más urgentes y aplaza la instalación de la escultura hasta, al menos, 2025

Torredembarra ya puede decir ‘adiós’ a recuperar el Alfa i Omega, al menos, durante el 2024. El Ayuntamiento ha descartado incluir el coste de la instalación en los presupuestos del año que viene, por considerar que hay otros aspectos «prioritarios» que deben pasar por delante.

El que el Alfa i Omega vuelva a presidir el litoral torrense estaba prácticamente cerrado. A principios de verano solo faltaba por determinar de qué material debía construirse la réplica de la escultura para que ésta volviera a instalarse sobre El Bloc. Una vez acordado, era cuestión de semanas que se pudiera instalar. Según explica el concejal de Vía Pública y Playas, y futuro alcalde de Torredembarra por pacto gubernamental, Vale Pino, en cuánto al material, éste ya se había determinado y se optó por el acero cortén, un elemento altamente resistente al oleaje, que está recubierto con pintura de protección.

El problema ha venido ahora determinado por el coste de la instalación que, según Pino, «rondaría los 155.000 euros», un importe «orientativo que depende de varios factores», entre ellos el momento de trasporte de la escultura, el estado del mar o el tiempo que se necesitaría para enclavarla de nuevo en El Bloc. Entonces, según avanzó en primavera al Diari la empresa encargada de redactar el proyecto de instalación CEDIPSA S.L, a nivel topográfico se trataba de un trabajo muy complejo porque la escultura debía alzarse en aguas pequeñas, lo que hacía que estuviera expuesta a condiciones climatológicas muy duras.

Finalmente, ahora el incluir esta partida en los presupuestos del 2024 «ya está descartado», y ahora «a propuesta del concejal de Servicios, hay que debatir si se pospone o no de cara al 2025».

Por último, recordar que el presupuesto de los 155.000 euros que requería volver a tener el Alfa i Omega incluían, por un lado 85.000 euros para el material de construcción en sí, otros 1.500 para la carga y descarga de la propia escultura, 2.000 más de transporte especial, 40.000 euros para su instalación, 10.000 para el refuerzo de anclaje, y otros 15.000 euros que se tenían que destinar al proyecto de instalación.

Los torrenses sí la querían

En junio se cumplieron nada más y nada menos que cinco años de la retirada del Alfa i Omega, que se alzó durante 20 sobre el Bloc de Torredembarra. El salitre y la humedad erosionaron la figura, obra del artista Rafael Bartolozzi, que tuvo que retirarse forzosamente por el peligro de derrumbe que había. A partir de entonces, se abrió el debate para decidir qué debía instalarse en el Bloc de hormigón.

No fue sin embargo, hasta el 2022 cuando el Ayuntamiento puso en marcha una consulta popular a los vecinos para que decidieran entre dos opciones: o volver a instalar la escultura (una réplica de la que había), o bien optar por la Pirámide (una estructura que servía para varar las embarcaciones de pesca del municipio).

En el proceso participaron 2.270 personas, un 15% del censo total (entonces, 15.402). El recuperar el Alfa i Omega ganó con diferencia: un 60,48% de los torrenses la quisieron. Ahora, esta decisión popular se echa atrás. Torredembarra deberá esperar, por ahora sine die, a volver a tener el icónico emblema en su playa.

Reurbanizar, primero

La decisión de aparcar, a largo plazo, la recolocación del Alfa i Omega en la playa de Torredembarra, se ha tomado porque, según mantiene el concejal de Vía Pública y Playas, y futuro alcalde «con el encarecimiento de las energías, ahora hay asuntos que ahora mismo van por encima de recuperar la escultura. Queremos apostar por temas relacionados con el mobiliario urbano y la ejecución de obras en las calles». En este sentido, Vale Pino hace referencia al proyecto de peatonalización de las calles Lleida y Girona –que complementará a la remodelación de la plaza Catalunya–, esta última con intención de que las obras estén listas antes de finalice el año, además del proyecto de reconversión de la carretera de la Riera para poder acoger el nuevo CAP.