Turquía retira el veto a la adhesión de Finlandia y Suecia a la OTAN
El presidente Erdogan ha sido clave para la entrada de nuevos aliados
Era uno de los objetivos clave de la cumbre de la OTAN en Madrid y terminó por cerrarse a última hora de la tarde de este martes, en la sesión previa al inicio de la agenda oficial de la cita. Tras más de una hora de reunión entre los presidentes de Turquía, Recep Tayyip Erdogan; Finlandia, Sauli Niinistö; la primera ministra sueca, Magdalena Andersson; y el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenber; el mandatario turco aceptó levantar el veto que había impuesto a la adhesión de ambos países nórdicos a la organización.
El apoyo de Erdogan era más que necesario ya que la decisión de entrada de nuevos miembros debe tomarse por unanimidad entre los aliados. Hasta ahora, el principal obstáculo era la acusación por parte turca de una supuesta connivencia entre Finlandia y Suecia con miembros del Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK), considerada una organización terrorista por Ankara. Sin embargo, acabó por aceptar la firma de un memorando que, si bien no supone la incorporación inmediata de ambos países a la OTAN, allana mucho el camino, ya que la Alianza se comprometen a brindarse pleno apoyo mutuo contra las amenazas a la seguridad de los demás. Todo, mientras continúa el camino hacia la adhesión. Desde la presidencia finlandesa y sueca se felicitaron por el acuerdo. Ambas naciones presentaron hace ya más de un mes sus solicitudes formales de entrada a la Alianza Atlántica y esperaban volver de Madrid con, al menos, un borrador que asegurase este tipo de respaldo. «Espero con ansias fructíferos debates sobre el papel de Finlandia en la OTAN con nuestros futuros aliados aquí, en Madrid», zanjó Niinistö en rueda de prensa.
Paralelamente, estas negociaciones provocaron que se suspendiera el encuentro bilateral que Stoltenberg había cerrado en el Palacio Real con Felipe VI. Esto también impidió que el secretario general de la OTAN pudiera acudir a la recepción que el monarca brindó a los invitados a al cena de gala que ofreció anoche, en la que tampoco estuvieron los mandatarios de Turquía, Finlandia y Suecia.
Cumbre «histórica» Con este acuerdo, la cumbre de Madrid, que estaba llamada a estar centrada en los desafíos del cambio climático y la guerra híbrida, empieza a dar sus frutos. Además, la invasión rusa de Ucrania y los augurios de Vladímir Putin sobre el fin de la «visión unipolar» del mundo han convertido a la cita en «crucial» e «histórica». En esos términos se refirieron este martes a la cita el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el secretario general de la OTAN durante la visita que ambos realizaron a IFEMA y en la que el mandatario español entregó las llaves del recinto de forma simbólica y como viene siendo tradición al jefe de la Alianza Atlántica.
La idea de que el mundo está cambiando de era a pasos agigantados ha dejado de ser un concepto vacío y ya se ha instalado en el vocabulario de todos los aliados. Tras la pandemia, las evidencias del cambio climático, la pujanza de China o la amenaza de Rusia, el Concepto Estratégico de Madrid, que marcará la hoja de ruta de la OTAN durante la próxima década como segundo documento de mayor importancia tras el acta fundacional de la organización, está llamado a dar respuestas globales a estos retos. En el texto se tratará de ofrecer, en primer lugar, una respuesta a la «amenaza de la Rusia de Vladimir Putin», ante una «brutalidad nunca vista en Europa desde la Segunda Guerra Mundial», como definió Stoltenberg la situación en Ucrania, un día después de que un misil ruso impactara en un centro comercial en el centro del país y en el que murieron, al menos, una veintena de civiles. «Tenemos que estar unidos en un mundo que es más peligroso», añadió.
Stoltenberg tampoco dejó pasar por alto la «necesidad» de los aliados de aumentar el gasto militar. Un compromiso al que se adhirió Sánchez hace un mes, cuando, en el acto de celebración del aniversario de la entrada de España en la organización, se comprometió a elevar el presupuesto en Defensa hasta el 2% del PIB antes de 2030.
Sánchez, por su parte, insistió con la demanda española de involucrar a la OTAN en la defensa del flanco sur, con especial atención a la expansión del terrorismo yihadista en el Sahel, de la que el Gobierno espera, al menos, sacar una declaración oficial.