«Si llegara una Dana aquí, las consecuencias serían catastróficas»

Los vecinos de la Part Baixa de Tarragona está muy preocupados por la suciedad que hay en el río Francolí y piden que alguien se haga cargo de la limpieza

«Si llegara una Dana como la de Valencia aquí, las consecuencias serían catastróficas». Así de contundentes se muestran los vecinos de la Part Baixa de Tarragona. Llevan años denunciando el mal estado del entorno del río Francolí. Está sucio y dejado de la mano de dios. «Hay hierbajos, cañas invasoras y troncos que hacen una especie de tapón. Si el río bajase con fuerza, tendríamos problemas», explica Mar Tules, vecina de Torres Jordi, quien lleva días observando el caudal del río, con el corazón en un puño.

La zona más problemática la encontramos cerca del Serrallo, en el tramo del puente por donde pasan los trenes. Allí se juntan montones de hierbas y de cañas, una especie invasora que hace más daño del que nos imaginamos. «La suciedad está a punto de superar la altura del puente. Si ahora mismo bajase el agua que hay en Vinarós, estaríamos vendidos», comenta Tules, quien añade que «hace años que nadie viene a limpiar».

Quienes viven de cerca la dejadez del entorno del río son los miembros de la sección de remo del Reial Club Nàutic de Tarragona. «Las cañas han ido invadiendo el río. Hay muchos árboles, troncos y hierbajos abandonados. Hace treinta años se construyeron unos muros de piedra para mantener el caudal del río. Ahora, ya ni se ven debido a la cantidad de suciedad que hay», explica Josep Maria Martorell, miembro de la junta directiva del Club Nàutic de Tarragona.

Desde hace treinta años, cuando llueve, los vecinos de Residencial Palau-Torres Jordi no pueden evitar salir al balcón y comprobar cómo baja el río Francolí. El recuerdo de la riada de ese 10 de octubre de 1994 todavía sigue bien vivo. «Lo pasamos muy mal. Tuvimos que evacuar a los niños del colegio, y hubo gente que lo perdió todo. Pasamos unas horas terribles, que no queremos volver a vivir», dice Cinta, otra vecina.

Los vecinos denuncian que, treinta años después, las administraciones competentes no se han puesto de acuerdo para establecer un plan para la limpieza del río. «Se pasan la pelota unos a otros. Se nota que los gobernantes no sufrieron lo que sufrimos nosotros. Si no hubieran hecho alguna cosa», dice Tere, otra vecina, quien añade que el tapón que hay en el puente «es muy preocupante».

La responsabilidad de limpiar el entorno del río Francolí es compartida, entre el Ayuntamiento y l’Agència Catalana d’Aigua (ACA). Algunos vecinos aseguran haberse reunido en más de una ocasión con representantes del gobierno municipal para trasladar la preocupación e inquietud. «¿A qué hay que esperar? ¿A qué haya una riada con pérdidas millonarias y con desgracias personales?», se pregunta Tere.

Las cañas, nuestro enemigo

Los expertos comparten esta preocupación vecinal. El Diari ha hablado con Irene Marta, bióloga ambiental y divulgadora científica, quien asegura que el principal problema de esta zona son las especies invasoras, como por ejemplo las cañas americanas o asiáticas –se puede decir de las dos maneras–. «Que los ríos tengan vegetación es normal. El problema es que hay algunas especies que no son bienvenidas», asegura Marta.

Estas cañas tienen un tallo muy duro y rígido que queda en el subsuelo. Esto provoca que el agua no se filtre como es necesario y que acabe circulando por la superficie. Además, el tallo de la superficie acaba siendo arrastrado. «Lo que hace verdaderamente daño en una riada no es el agua, es la suciedad, las piedras y la vegetación que se arrastra», explica la experta.

Desde el Ayuntamiento y otras administraciones se está trabajando para renaturalizar el bosque de la ribera del río Francolí. «La idea es devolver la vegetación autóctona del lugar para que de esta manera se filtre bien el agua», comenta Marta.

Las cañas americanas o asiáticas son una especie muy extensa e invasora que tienen grabes efectos para el río. «Estamos tan acostumbrados a verlas que las hemos integrado como parte de nuestro paisaje», añade la experta.

Limpiar y sanear el entorno del Francolí sería una manera de anticiparnos a cualquier fenómeno metereológico adverso, como el que se ha vivido estos días en Valencia y que ha dejado casi un centenar de fallecidos.

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