Sánchez: Cada mujer asesinada por violencia de género es una «derrota democrática»
El jefe del Ejecutivo ha urgido a renovar el Pacto de Estado contra la Violencia de Género con el apoyo mayoritario del Parlamento
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha subrayado que cada asesinato por violencia de género y cada mujer maltratada constituyen una “derrota democrática” y ha reconocido que es necesario “poner más recursos encima de la mesa” para mejorar la protección de las víctimas.
En el acto institucional de conmemoración del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, el jefe del Ejecutivo ha urgido a renovar el Pacto de Estado contra la Violencia de Género con el apoyo mayoritario del Parlamento, dejando “las diferencias políticas de lado”, para poder, entre otras cosas, incluir medidas para combatir nuevas formas de violencia como la digital, la económica o la vicaria.
41 mujeres asesinadas en 2024
El presidente ha señalado que es “evidente” que hay que poner más recursos sobre la mesa para la prevención de la violencia, la protección de las víctimas y la persecución y el castigo de los maltratadores.
Ante las mujeres que ya no están o sufren esa violencia cada día, Sánchez ha pedido que tanto este 25N como todos los días del año se trabaje para que su dolor no resulte nunca más indiferente.
Tras recordar que son 41 las mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas en lo que va de año, Sánchez ha afirmado que esta cifra recuerda que se debe luchar con todas las fuerzas “contra esta infamia”, una lucha que constituye “la causa más noble de la humanidad”.
Sánchez ha defendido que España dispone de una de las legislaciones más avanzadas para combatir las violencias machistas y ha denunciado el negacionismo que cuestiona la lucha por la igualdad para revertir los derechos de las mujeres y que está generando una “brecha preocupante entre los más jóvenes”, que sufren “los bulos y la desinformación que corren como la pólvora en las redes sociales”.
Que la vergüenza y el dolor cambien de bando
El acto institucional por el 25N, en el que se ha reconocido la labor de entidades y personas contra las violencias machistas, ha comenzado con un minuto de silencio como homenaje y recuerdo a las 41 mujeres y los 8 menores asesinados por violencia de género este año.
La ministra de Igualdad, Ana Redondo, ha destacado que “la vergüenza, el dolor, la rabia y la culpa tienen que cambiar de bando” y que en esta batalla “la política tiene que estar en primera línea”, una política de “grandes consensos” imprescindibles para avanzar.
Redondo ha reconocido que hay que dar respuesta a “nuevas formas de violencia mucho más sofisticadas”, incluidas la vicaria, la digital o la económica, pero también a la institucional y la política.
“El machismo está ahí, un machismo estructural, radical, cultural que sigue entre nosotros”, ha lamentado para expresar su deseo de que en el futuro el 25N sea un día de celebración por haber conseguido erradicar las violencias contra las mujeres.
Romper el silencio
El primer reconocimiento del Ministerio de Igualdad lo ha recogido la jueza Isabel Giménez por su protección de la infancia afectada por la violencia vicaria, quien ha dedicado su distinción a las víctimas menores de edad y a “sus madres rotas de dolor”.
El nombre de Ana Orantes ha sonado en numerosas ocasiones durante la jornada, como también el de Nagore Laffage, Nevenka Fernández o la de la víctima de la violación grupal de sanfermines.
La presentadora de televisión Sandra Sabatés ha ensalzado que se está rompiendo el “pacto social del silencio” que encubría las violencias y ha pedido que no se cuestione a las víctimas, ni se las responsabilice ni se las revictimice.
También reconocido ha sido el trabajo de la Asociación de Hombres por la Igualdad de Género (AHIGE), desde la que se ha exigido que los varones alcen su voz contra las violencias patriarcales.
“Hacemos un llamamiento a los hombres que nos decimos normalizados, aliados, que creemos que con nosotros no va. ¿Por qué si con nosotros no va nos callamos, no nos indignamos, no damos una mirada adelante y decimos ‘señores, no’? Esa es la responsabilidad que nos tocan”, han dicho.
La voz de las supervivientes migrantes se ha alzado a través de la Asociación de Investigación y Especialización sobre temas Iberoamericanos (AIETI) y la Red de Mujeres Latinoamericanas y del Caribe: “Es imperativo que sigamos trabajando juntas para desmantelar esta estructura de opresión y construir un futuro en el que todas las mujeres, sin importar su origen, puedan vivir libres de violencias”.
También se ha escuchado el grito de las mujeres afganas, a través de la magistrada Gloria Poyatos de la Asociación Internacional de Mujeres Juezas: “Es importante no olvidar que en Afganistán se está librando una guerra silenciosa contra las mujeres y las niñas que debiera escandalizarnos. (...) No podemos permanecer impasibles, no podemos bajar los brazos, por favor”, ha reiterado.
Ya casi al final del acto, las palabras de la educadora y superviviente de violencia Marina Marroquí, han silenciado por completo al auditorio después de narrar cómo su expareja la atacó brutalmente en un polígono, donde la dejó inconsciente.
“Durante años pensé que nunca me quitaría ese miedo, que cada noche tendría pesadillas, que nunca iba a volver a sonreír y eso no es real. No solo tenemos que lograr que las mujeres sobrevivan a las violencias, lo que tenemos que conseguir es que vuelvan a ser felices, libres y asegurarnos de reparar el daño de las víctimas”, ha exigido.