Nedal, palestino con lazos en Tarragona: «El Estado de Israel no es sostenible en un mundo civilizado»
«Resistir». Los nueve meses de guerra en Gaza pesan en la cabeza y el corazón de Nedal y se suman a las experiencias de una vida «bajo el ‘apartheid’ israelí». Vencen aún la decisión de resistir y la esperanza
El entrevistado adopta el nombre ficticio de Nedal por miedo a represalias, pues visita Palestina cada año. Nació en Cisjordania en 1974. Estuvo en una prisión israelí tres veces, la primera durante la Primera Intifada (1987-1991). Con la Segunda Intifada (2000-2005), ya con los estudios universitarios terminados, volvió a entrar en prisión dos veces. Se marchó de su país en 2008, debido a la situación difícil que se creó para él a nivel político por los enfrentamientos entre Hamás y Al Fatah. Todas las ayudas internacionales se pararon y la situación económica empeoró. Llegó a España. Estudió un máster en la URV mientras vivía en el Alt Camp. Ahora trabaja y vive en otra zona de Catalunya con su esposa, y tienen tres hijos.
¿Cómo te sientes tras nueve meses de una guerra en Gaza que suma ya casi 40.000 muertos, y ante la inseguridad creciente en Cisjordania?
No quiero decir que estemos acostumbrados, pero vivimos esto de primera mano desde hace mucho tiempo. Yo estoy las 24 horas del día mirando noticias, siguiendo cuentas de Telegram que hablan de Gaza, de Palestina. Al empezar la guerra estuve a punto de pedir una baja médica por cómo estaba anímicamente. Pero a la vez, el trabajo es un escape.
¿Cómo está tu familia allí?
Cada vez mi pueblo es más pequeño. Cada vez hay más zonas a las que no puedes llegar. Son tierras nuestras. Nosotros tenemos dos asentamientos israelíes, uno al sur del pueblo y otro en el norte. Y nosotros estamos en el medio. Hay tierras a las que antes llegabas aun con dificultad, pero ahora ya no. De repente vienen colonos, o una patrulla, y te dicen que esa zona es una zona de seguridad y te echan. Ocurre mucho en la recogida de la aceituna, y lo hacen para que no puedas cosechar.
¿Y tu madre?
A veces tengo miedo de llamar a casa. La llamo cuando todo está bien, pero cuando ha pasado algo grave tengo miedo de hacerla llorar más. Vivo con un peso dentro de mí que no puedo expresar. Me dicen que no esté tan enganchado a las noticias, pero no quiero. La gente allí lo están aguantando todo en su piel. A veces no puedo soportar según qué vídeo de Gaza, y me siento culpable.
¿Qué pensaste cuando Hamás cometió los ataques?
Nadie esperaba los ataques de Hamás. Podíamos pensar en una acción puntual y rápida para atacar un puesto israelí y secuestrar a uno, dos o tres soldados. Nunca pensé que fuera posible el ataque que hizo Hamás. Hay algo que no se entiende en todo esto. Israel estaba advertido por EEUU y por Egipto.
¿Piensas que Israel de alguna manera facilitó que pudiera producirse el ataque?
Sí, aunque nadie tiene pruebas. Existe un vídeo de Netanyahu en el que afirma: ‘Si Hamás hace cualquier cosa, va a ser nuestra oportunidad de atacar Gaza, vaciar Gaza, y después ir por Cisjordania’. Este es su plan.
Algunas personas hablan de una segunda Nakba. ¿Crees que es comparable?
El objetivo de esta guerra es la limpieza étnica. Está diseñada para que Gaza sea inhabitable. Israel usa el hambre y la sed como arma. Y a quien les pide que dejen de matar a civiles, le acusan de ser antisemita. Es un genocidio.
¿Cómo te hacen sentir las masivas manifestaciones a favor de la causa palestina?
Hay gente que piensa que ir a una manifestación no sirve para nada, o que boicotear productos israelíes no sirve para nada, y yo les digo que nos ayudan y mucho. A los gazatíes les dan mucho ánimo para seguir resistiendo. Tenemos que salir a la calle no solo por Palestina, sino porque esta guerra está afectando a los derechos humanos y a los valores de los que Europa siempre se ha sentido tan orgullosa.
¿Qué te dice la gente de tu entorno que saben que eres palestino?
La verdad es que la gente de aquí me dan un apoyo muy grande. Siempre me preguntan por mi familia. Estoy muy orgulloso de la gente que conozco por cómo se interesan por la situación. Me vienen a buscar para tomar un café, para hablar, para animarme.
Muchas personas dan la culpa de la guerra actual a Hamás, por los ataques del 7 de octubre, pero la ocupación ilegal suma 57 años (desde 1967). ¿Crees que la gente es consciente de lo que significa esto?
La mayoría de la gente conoce bien la historia de Palestina y apoyan la causa palestina. A veces encuentras a alguien que te dice alguna tontería, como que por qué nosotros no paramos la guerra, pero cuando lo explicas, lo entiende. Desde los ataques de Hamás, Israel ha matado a casi 40.000 personas.
¿Qué opinas de la solución de los dos Estados?
Vete a Cisjordania. Haz tan solo un viaje en coche por Cisjordania, que junto con Gaza es el 22% de la Palestina histórica, y verás todas las carreteras para los colonos y todos los asentamientos, y lo verás claro. ¿Cómo se va a implantar allí un Estado? Israel está haciendo lo que está haciendo para imposibilitar un Estado palestino. Y el Estado israelí no es sostenible.
¿Israel no es sostenible?
El Estado israelí no es sostenible. No se puede sostener en un mundo civilizado. Es un Estado que necesita guerra todo el rato. Hay resoluciones de la ONU que exigen el retorno de los refugiados. Hay más de 6 millones de refugiados palestinos con derecho a retornar. Israel no puede cumplir el derecho internacional. Van a seguir haciendo lo que están haciendo. No han dejado de levantar asentamientos ni de aplicar el apartheid, tanto en época de paz como en época de guerra. Creo que llegará un momento en que el mundo no podrá seguir apoyando esto.
¿Qué opinas del papel de los demás países árabes?
Nosotros los palestinos sabemos que todos los gobiernos del mundo árabe son títeres y no representan a sus pueblos. Los palestinos les decimos que si no quieren ayudar a los palestinos, no pasa nada, que no nos ayuden. Pero por favor que no ayuden a Israel, que no ayuden al Estado genocida. Estamos abandonados por los gobiernos árabes, pero de hecho todos los pueblos árabes están abandonados por sus respectivos gobiernos, y esta es una situación que un día podría volver a estallar.
¿Cuándo fue la última vez que estuviste en Palestina?
El año pasado pasamos las vacaciones de agosto allí. Yo digo que voy a Palestina, pero no voy a Palestina directamente. Tenemos que ir primero a Jordania. De Jordania, entrar a la frontera con Israel, y después entrar a Cisjordania. Los europeos o estadounidenses van al aeropuerto Ben Gurion en Israel y después entran a Palestina. Nosotros no podemos, porque mis hijos están registrados como palestinos y tenemos que hacerlo así. Cada año ves que la cosa va a peor.
¿En qué sentido va cada año a peor?
Debido a la pandemia estuvimos casi tres años sin ir a Palestina. El año pasado vimos un gran cambio desde la última vez. Hacemos un trayecto en taxi desde Jericó, porque entramos a Jericó y después cogemos el taxi. El trayecto es de una hora y ves cómo están creciendo los asentamientos. Y cada vez, más check points y más carteles grandes en hebreo. Los asentamientos y las zonas de seguridad nos ahogan.
¿Cómo se levantan los asentamientos?
Al principio llegan dos caravanas y se instalan en medio de la montaña. Empiezan así. Después envían patrullas a proteger a esas caravanas “por si los palestinos”. Las caravanas pasan a ser tres, y después cuatro. Después construyen una casa. Y después crecen hasta ser un asentamiento. Un asentamiento que necesita carreteras. Y la carretera es tu tierra. Y tú no puedes pasar por esa carretera. Y cuando te digo carretera, es una autopista. Después quieren conectar un asentamiento con otro. Y luego hay gente que me pregunta que por qué los palestinos no hacemos una resistencia pacífica. No están informados. Hay gente que se ha puesto delante de las excavadoras para que no les tiren la casa. Y los han aplastado, como hicieron con la activista estadounidense Rachel Corrie.
¿Este año vais a ir a Palestina?
No lo tenemos decidido. Yo no quiero llegar allí y que les pase algo a mis hijos, aunque sea un episodio que les marque para toda la vida. Puede ser que te paren en un check point, peguen al niño delante de ti y tú no puedas hacer nada. O que te apunten con un fusil a ti y a toda la familia. A veces pegan al padre para que el hijo vea que con su padre, que él piensa que es tan grande e importante, pues mira qué hacemos nosotros con él, mira lo que podemos hacer nosotros con tu padre. Es para provocar el pánico y para humillar. Esto es algo sistemático, no un caso aislado. Te dejan claro que estás en sus manos y te hacen la vida imposible.
¿Cómo más te hace la vida imposible Israel?
Si estás casada con un palestino, te marcan. Ellos deciden si te dan un visado, y para cuánto tiempo. Y a veces no te dejan entrar. Un amigo mío es médico y había estudiado en la URSS. Estaba casado con una mujer rusa y tenían dos hijos. Ella tenía que vivir en Jordania y esperar a que la dejaran entrar otra vez a Palestina para otros tres meses. Cuando a ella no la dejaban entrar, era él el que se iba a Jordania y se quedaba allí unos meses con ella. Siempre pendientes de los permisos de Israel. Aprietan todo lo que pueden con esto. El presidente palestino Mahmud Abás también vive pendiente de los permisos de Israel.
¿Cómo?
El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, cuando se quiere mover necesita el permiso de Israel. Si quiere ir de Ramala hasta Nablus, por ejemplo, va a cruzar tres check points. Lo van a parar, y un soldadito israelí de 20 años va a mirar en su coche y decidirá si le deja seguir o no. Yo no puedo aguantar esta humillación.
¿Qué opinas del Gobierno de la ANP?
¿Qué gobierno? ¿Pero qué van a gobernar? No hay nada más que la gestión de unas ayudas.
¿Veremos a Netanyahu ante un tribunal?
No lo creo. La denuncia de Sudáfrica ante la Corte Penal Internacional y que apoya también España es un paso adelante, pero recordemos cuántas resoluciones de la ONU contra Israel no han servido para nada. El mundo sigue tratando con Israel como si no pasara nada, como si no incumpliera el derecho internacional. Habría que cortar relaciones de todo tipo con Israel.
Es el Gobierno israelí más ultra de la historia.
Para los palestinos, todos los gobiernos israelíes son la misma moneda. Los laboristas en su época levantaron más asentamientos que nunca. Eran de izquierdas pero participaban del proyecto sionista. Hacían ver que negociaban y a la vez construían asentamientos. Esto lo he vivido yo toda mi vida. Como con Biden o Trump. Para nosotros es lo mismo.
¿Qué tendría que pasar para que la paz fuera posible?
En cualquier conflicto, para que llegue la paz hay que reconocer los derechos del otro. Los derechos del pueblo palestino no están reconocidos en la práctica. Si tu vienes a mi casa, me robas mi casa y dices que quieres paz conmigo... al menos admite que es mi casa, para empezar a hablar. Estamos igual que bajo un régimen colonial y nos deshumanizan. Si la gente está con Hamás no es porque sea un partido islamista, como se le presenta aquí. Es porque Hamás lucha contra la ocupación. Las otras opciones claramente no hacen nada.
¿Me estás diciendo que la única opción es Hamás?
La única opción es la resistencia.