Marta Rovira y el resto de exiliados por el Tsunami ya están en Catalunya
Han cruzado la frontera a las 8:25 horas
Marta Rovira ya está en Catalunya. La secretaria general de ERC, el diputado republicano Ruben Wagensberg; el periodista de La Directa, Jesús Rodríguez; el activista Josep Campmajó; y el vicepresidente de Òmnium, Oleguer Serra, cruzaron la frontera a las 8:25 horas de este viernes.
Rovira y el resto de exiliados por el Tsunami empezaron a regresar de Ginebra ayer al mediodía, y llegaron cerca de Salses por la noche. Después de descansar unas horas, reanudaron el regreso, descendieron desde la Puerta de los Países Catalanes a las 7:20 horas, y ya cruzaron la frontera. La próxima parada será Cantallops, donde se celebrará el acto unitario de recibimiento, a partir de las 9:00 horas.
Los cinco retornados hicieron una parada muy simbólica antes de cruzar la frontera administrativa y se desplazaron hasta la Porta de los Països Catalans, en Salses. Allí les esperaban destacados nombres de la política catalana como Jordi Turull y Josep Rius (Junts); Teresa Jordà, David Mascort y Laia Cañigueral (ERC); Montserrat Vinyets, David Fernández, Anna Gabriel y Carles Riera (CUP); el presidente de Òmnium Xavier Antich; el abogado Benet Salellas; el también aún exiliado y diputado de Junts, Lluís Puig; y miembros del grupo de apoyo a Jesús Rodríguez y al resto de exiliados. Además, una treintena de amigos, compañeros y conocidos acudieron también a este simbólico encuentro de la mañana, previo a entrar al Principado.
Estaba prevista su llegada a la Porta dels Països Catalans a las 7:00 horas pero no aparecieron hasta 20 minutos después. Al llegar, los asistentes les recibieron con aplausos y abrazos, y gritos de «independencia» que Rovira respondió agitando la estelada que llevaba en la mano. Especialmente destacado fue el abrazo entre Rovira y Puig. «Te vendremos a buscar», le dijo la dirigente de ERC al diputado exiliado de Junts. Posteriormente, los cinco retornados se hicieron una foto e invitaron a todos los asistentes a unirse para hacer otra de grupo.
Una vez terminado este pequeño acto simbólico, subieron a sus coches y los cinco se dirigieron a cruzar la frontera administrativa hacia Cataluña.