Mare de Déu de Montserrat, una ermita modernista que luce en Montferri

El camarín es idéntico al de Montserrat, con escaleras a derecha e izquierda para bajar y subir a saludar a la Moreneta

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Los orígenes del Santuari de la Mare de Déu de Montserrat de Montferri se remontan a aquellos maravillosos años 20, de la mano de Daniel Maria Vives, miembro de la Companyia de Jesús (popularmente conocidos como jesuitas). Dicha persona, que vivía en la Cova de Sant Ignasi de Manresa, escribió que un día, mientras rezaba en el santuario la Moreneta de Montserrat, le vino a la cabeza la idea de la construir un santuario dedicado a ella en tierras tarraconenses.

El lugar escogido fue Montferri, a unos 380 metros del pueblo, en una colina de unos 50 metros de elevación. Esta pendiente fue utilizada para acelerar la construcción del camarín de la Mare de Déu, que se unía con el terreno a través de arcos parabólicos. Las tierras fueron cedidas a Daniel Maria Vives por su propia familia, ya que era la propietaria de esta.

Su diseño fue encargado al arquitecto tarraconense Josep Maria Jujol, discípulo del mismísimo Antonio Gaudí. La construcción del edificio se inició en noviembre de 1925 y se prolongóhasta 1930, momento en el que se pararon las obras y no se reanudaron debido al estallido de la Guerra Civil. Cuando el conflicto acabó, Jujol volvió para ver cómo estaba su obra, pero se desanimó nada más ver el penoso estado en que se encontraba. Fue en 1990 cuando se produjo una restauración del santuario, a manos del arquitecto (e historiador) Joan Bassegoda i Nonell, en colaboración con el constructor Josep Cendrós.

Las piezas para su construcción fueron fabricadas en su totalidad por los habitantes de la localidad de Montferri, quienes utilizaron grava del río Gaià mezclada con cemento.

La primera pieza fue un bloque, la segunda un tocho, y la tercera un azulejo compuesto por una mezcla de arena, restos del carbón quemado por las máquinas del tren y, por último, cemento.

Esta última pieza fue utilizada para hacer la vueltas debido a su ligereza y su diminuto tamaño.

La cuarta pieza es una celosía diseñada por el mismo Josep Maria Jujol y que consiste en seis corazones triangulares que constituyen un rosetón en el cerrado de los ventanales de forma parabólica que forman el perímetro, produciendose así un juego de luz y color muy interesante.

La quinta y última pieza es un bloque curvado de 50x15x10cm, utilizado para conseguir las formas tan redondeadas de la aguja central, que está dedicada a Cristo y culmina en una cruz de hierro que pesa alrededor de media tonelada. Dicha cruz es giratoria y posee un veleta que señala siempre la dirección del viento. Como curiosidades tenemos que la cruz está situada a 33 metros de la base del santuario, número que se corresponde con la edad de Jesucristo; y que la planta tiene forma de barco en dirección a Montserrat.

Es interesante saber que toda la estructura está formada por arcos parabólicos (nombrados cadenarios por los expertos en modernismo), sin el uso de paredes. También encontramos dos ejes de asimetría: uno que va de una puerta lateral a otra, y otro que va desde el medio de la puerta principal hasta el centro de lo que sería la proa del barco.

El camarín está construido a imagen y semejanza del de Montserrat, con escalera a derecha e izquierda para subir y bajar a saludar a la Moreneta. Su planta es un polígono octogonal. El techo del cameril se sostiene gracias al cruce de arcos que forman una estrella de ocho puntas. Hay que decir que la imagen recuerda mucho a la arquitectura mozárabe.

Las tres puertas de acceso al edificio son de acero forjado, de la misma manera que lo son las barandillas, las cuales son una copia auténtica de un diseño anterior de Jujol.

La construcción también ha sido el lienzo de artistas actuales, como el medallón de rotura de cerámica, donde está representado el cordero degollado del Apocalipsis.

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