Los sanitarios durante la DANA: curar heridas, atender a los enfermos crónicos y la gestión emocional
Médicos, enfermeras y técnicos voluntarios recorren las calles de los pueblos arrasados para ofrecer sus servicios a quienes lo necesiten
En medio de la devastación causada por la DANA en la Comunidad Valenciana, el paso de los días ha puesto en evidencia varias necesidades sanitarias. Médicos, enfermeras y técnicos voluntarios recorren las calles de los pueblos arrasados para ofrecer sus servicios a quienes lo necesiten. La acumulación de barro y suciedad hace casi imposible la movilidad, lo que dificulta la obtención de medicamentos, especialmente para pacientes con enfermedades crónicas. Los sanitarios voluntarios intentan cubrir estas carencias, mientras curan numerosas heridas provocadas durante la retirada de escombros. Les preocupa, sin embargo, la falta de vacunas antitetánicas. Al mismo tiempo, reciben muchas consultas de vecinos “colapsados” psicológicamente “porque no asumen la situación”.
Estela Hidalgo vive en Torrent y se ofreció como doctora en las calles de Picanya en cuanto reabrieron las carreteras. Trabaja en el ambulatorio de este pueblo, y ahora se ha volcado a ofrecerse como voluntaria para atender a los vecinos que lo necesiten en todo momento. “Principalmente estamos atendiendo heridos por cortes y golpes, mientras gestionamos la medicación de pacientes crónicos”, relata a la ACN sobre la labor que realiza, junto con la mitad del personal que habitualmente trabaja en el CAP de Picanya.
Esta doctora recuerda que el pueblo estuvo tres días sin agua potable, lo cual ha dificultado la higiene y pudo haber causado infecciones. A esto se suma que el ambulatorio quedó arrasado por la riada, de modo que se ha habilitado un espacio provisional en la residencia de ancianos, aunque sin salas esterilizadas ni condiciones higiénicas adecuadas. Esta situación les impide disponer de vacunas antitetánicas para atender a personas con heridas comprometidas y también les preocupa la atención de pacientes en tratamiento de quimioterapia. Los sanitarios califican la situación de “nefasta”.
Relata que los medicamentos y el material sanitario que tienen “son muy básicos”, y añade que procuran actuar como intermediarios con las farmacias de municipios vecinos, ya que las de Picanya quedaron destrozadas por la DANA. Si alguien necesita atención médica especial, los derivan al hospital o a centros de salud de otros pueblos.
Además del riesgo de infecciones, otra preocupación está en la atención de pacientes dependientes, la posibilidad de accidentes cardiovasculares por el estrés y los problemas derivados de la falta de movilidad, así como las crisis hipertensivas, según destaca el enfermero Giuliano Castellano, de Jaén.
No es la primera vez que actúa como voluntario para atender necesidades tras grandes catástrofes, por lo que asegura que “sabía cuál sería el escenario”. Las calles de Picanya le recuerdan la devastación en L’Aquila, en Italia, tras el terremoto de 2009, “donde todo quedó en cenizas y nada más”. “Da la misma sensación, agravada porque aquí ha habido inundaciones, y el barro y los desechos conllevan infecciones”, añade. También admite que ha quedado “muy impactado” al ver los efectos de la catástrofe a pocos kilómetros de casa.
Además de la atención estrictamente sanitaria, Estela y Giuliano también reciben muchas consultas relacionadas con la gestión psicológica estos días. “Hacemos lo que podemos, porque no tenemos psicólogos y hay mucha gente con estrés postraumático, muy colapsada”, explica, recordando que prácticamente todas las familias del pueblo se han visto afectadas, directa o indirectamente, en lo material, mientras continúa la búsqueda de desaparecidos y el recuento de víctimas mortales.
Giuliano lamenta que “la gente pide ayuda muy agobiada” fruto de “haberlo perdido todo”. Si bien intentan brindarles una primera ayuda inicial, los pacientes que más necesitan apoyo emocional son derivados a un teléfono de atención gestionado por psicólogos voluntarios especializados.
Recomendaciones sanitarias
Ante la gran cantidad de personas que estos días están trabajando en la limpieza de las calles, la Generalitat Valenciana ha emitido este sábado una serie de recomendaciones oficiales para evitar problemas de salud pública.
En este sentido, solicita que ni niños, ni embarazadas, ni personas asmáticas o inmunodeprimidas participen en las tareas de limpieza, a la vez que insta a todos los que colaboren en la recuperación de las calles a usar mascarilla y gafas. En caso de encontrar animales muertos, ordena no manipularlos y avisar a las autoridades municipales.
Respecto al uso de generadores eléctricos, el gobierno advierte de los riesgos de usarlos con gasolina o diésel en espacios interiores, y recuerda que las máquinas de limpieza a presión deben manipularse con el motor ubicado en el exterior.
Finalmente, señala que todos los objetos que estuvieron sumergidos bajo el agua deben desecharse si no se han podido secar después de varios días desde la riada y pide no consumir alimentos que pudieran haber estado en contacto con el agua.