Liberada una niña española que iba a ser casada a la fuerza en Pakistán
La Policía Nacional logra que la víctima regrese a Barcelona, donde la aloja una ONG, y detiene a su padre y a su madrastra
Vivía en Barcelona e iba al colegio. Vestía como su padre lo ordenaba, según la tradición de su país de origen, Pakistán. Vivía bajo el «control férreo de sus movimientos y vestimenta», describe la Policía Nacional sobre esta niña a la que logró liberar en una operación internacional, bautizada Nora. «Tenía prohibido cualquier contacto con sus amistades».
En 2022 comenzó a empeorar su situación, según relató luego. Su padre decidió que tenía que contraer matrimonio y comenzó a controlarla más aún. Para cerrar e círculo de la incomunicación, su madrastra le quitó la documentación.
En junio de este año la llevaron de viaje a Pakistán, donde el padre ya había concertado un matrimonio forzado con alguien a quien ella no había visto nunca. Una boda que el padre había negociado sólo un mes después de llegar a su país de origen. La niña se negó. Entonces, como castigo y para doblegar su voluntad, le impidieron volver a España. Sin documentos y ni forma alguna de ingresos económicos para huir y comprar un billete de avión de regreso.
En ese periodo, tanto el padre como la madrastra volvieron a España y ella estuvo bajo la vigilancia de su madre. Permaneció «contra su voluntad», con solo una salida diaria de una hora máximo, «siempre acompañada por su madre», confirma la policía española, que pidió ayuda a la diplomacia pakistaní para liberar y repatriar a la chica secuestrada. Gracias a una denuncia del entorno español de la chica, la policía logró localizarla en Pakistán, contactarla y organizar una declaración por videoconferencia. «La joven manifestó que vivía en España junto a padre y madrastra», que no le permitían tomar ni siquiera «decisiones básicas», resumen los agentes en un comunicado.
«Tras conseguir que le permitieran estudiar, no se le permitía relacionarse con nadie, debía ir de casa al colegio y viceversa. Además era obligada a vestir de cierta manera, no podía elegir siquiera su propia ropa, y su madrastra le tenía retenida la documentación».
Con la colaboración de las instituciones de Pakistán, las autoridades españolas lograron «liberar a la víctima» y retornarla al país. Pero no podía volver a su antiguo hogar, y una ONG la acogió. El siguiente paso se resolvió con la detención del padre y la madrastra, acusados de trata de seres humanos con fines de matrimonio forzado. Están a disposición judicial y se dictaron órdenes de protección para que no se acerquen ni contacten con la víctima.
Según recoge el protocolo para la prevención y el abordaje del matrimonio forzoso de la Secretaria d’Igualtat de Catalunya, la violencia contra las mujeres es el resultado más grave de unas relaciones sociales basadas en la desigualdad y en la discriminación por razón de sexo, y se convierte en un fenómeno universal que afecta a casi todas las culturas, grupos sociales y edades de todo el mundo. A escala mundial, el matrimonio forzado es una expresión más de violencia contra las mujeres, que afecta sobre todo a niñas y jóvenes, es una práctica muy extendida en África, en Oriente Próximo, en Asia Meridional, América Latina y en Europa entre colectivos de etnia gitana de diversa procedencia.