Las mascarillas del hermano de Ayuso eran de menor calidad que las prometidas por contrato
La empresa del amigo de Tomás Díaz Ayuso fue contratada para entregar tapabocas FFP2 y FFP3 y, en cambio, se hizo con mascarillas KN95 con un certificado de seguridad no reconocido fuera de China
Priviet Sportive SL, la empresa con la que colaboró el hermano de Isabel Díaz Ayuso para conseguir las famosas 250.000 mascarillas, no entregó a la Comunidad de Madrid los tapabocas prometidos, según revela la propia documentación facilitada por el Gobierno regional.
El contrato por el que la empresa del amigo de Tomás Díaz Ayuso se embolsó más de 1,5 millones de euros recogía expresamente que se debían entregar "mascarillas FFP2 y FFP3", unas siglas que corresponden a protecciones bocales certificadas por estándares homologados por la Unión Europea. La FFP3 es la de mayor precio porque es la que tiene más protección con un 98% de filtrado.
La FFP2 tiene un 92% de eficacia. Pero en la operación por la que el hermano de la presidenta cobró 55.850 euros no llegaron ni de un tipo ni de otra. Los albaranes de la transacción revelan que lo que envió Priviet a Madrid en abril de 2020 fueron mascarillas KN95, un certificado de calidad solo reconocido por China, que en teoría debería tener unas prestaciones parecidas a las mascarillas FFP2, pero que en los países occidentales no se 'convalida' porque esas mascarillas no pasan por los controles que exigen los estándares europeos.
Las grandes diferencias entre las FFP2 prometidas y las KN95 que llegaron son dos. La primera es que las mascarillas con el sello chino son "autocertificadas", o sea que es el propio fabricante es el que declara que alcanzan el listón exigido. La segunda es que las KN95, al no tener que pasar por esos controles tan exhaustivos, son mucho más baratas.
Y también lo fueron, con respecto a las FFP2 y FFP3, durante los momentos de mayor demanda de la crisis sanitaria. La desconfianza del Ministerio de Sanidad ante la "autocertificación" china es tal que España solo dio luz verde a la comercialización de las KN95 entre el 20 de marzo y 31 de diciembre de 2020, ante la situación de extrema carestía de mascarillas de cualquier caso.
Al acabar el año, las volvió a prohibir. "A falta de comprobación" En los albaranes (en los que se recoge la llegada de las mascarillas al "hospital de Ifema" con el sello de "recepción provisional a falta de comprobación") se da el contrasentido que se describe el contenido como "mascarillas FFP2/KN95",una denominación mixta-confirman en el sector- que nunca se dio ni siquiera en los momentos de mayor confusión de la pandemia, lo que no impide que en algunos casos la calidad de una KN95 (por el rigor del fabricante) fuera homologable a una FFP2. En cualquier caso, nada cercano a las FFP3, que también prometió Priviet.
La voz de alarma de que las mascarillas que el hermano de Ayuso ayudó a traer a Madrid eran de calidad inferior y más baratas la había dado ya hace meses Diario.es, al detectar que el Ayuntamiento de Sotillo de la Adrada, al que Priviet Sportive SL regaló varios centenares de las llegadas en la misma partida de la Comunidad de Madrid, publicó una foto en su página de Facebook en la que se apreciaba que los tapabocas eran KN95.