La guerra santa se ceba en la calles pero se prepara en el ciberespacio
La violencia contra la población civil propia es lo que preocupa a los estados occidentales, pero el principal quebradero de cabeza está en la sofisticada maquinaria de propaganda del ISIS
Videojuegos de última generación, APP’s para bajarse al móvil a coste cero, perfiles en Twitter y Facebook en constante movimiento, redes sociales propias, vídeos espectaculares o revistas con diseños y calidad de papel sin nada que envidiar a National Geographic. Son solo algunas de las principales herramientas con las que cuenta el autodenominado Estado Islámico –ISIS en sus siglas en inglés y ‘Daesh’ para sus enemigos- para hacer llegar su propaganda a jóvenes y adolescentes de todo el mundo que, en el peor de los casos, acaban masacrando a población civil en el mundo real, en la calle, como pasó el 13-N en París y sólo un día antes en Beirut.
No es una anécdota ni un caso circunstancial: el ISIS capta a militantes y prepara atentados haciendo uso de las últimas tecnologías y asesorado por auténticos cerebros del marketing y las estrategias de comunicación de masas. De hecho, actualmente, el ISIS usa internet y los foros en la red, también, como una importante fuente de financiación y recaudación de fondos.
«Debemos aparcar ese clixé de un hombre con barba y turbante, en el fondo de una cueva, grabando con una video-cámara familiar», advierte Andrés Ortiz, autor del libro Yihad: Cómo el Estado Islámico ha conquistado Internet y los medios de comunicación (Editorial UOC). Aparte de estudiar los medios de masas del ISIS, Ortiz se ha infiltrado en sus redes de contacto en el ciberespacio y ésta es su conclusión: «El ejército del Estado Islámico trabaja con un nivel de sofisticación y con unos presupuestos dedicados a desarrollo tecnológico que eran inimaginables para cualquier organización clandestina hace unos años». Ello les permite salir no ya de sus propias fronteras, sino de las del conjunto del mundo árabe -al cual se dirige, principalmente- para hacer llegar su mensaje hasta miles de jóvenes occidentales con los que creen que podrán tener afinidad ideológica o religiosa.
De Dora la Exploradora a PS4
«Disponen de una estrategia de comunicación bestial y trabajan muy bien la gamificación: a través del ocio hacen llegar mensajes y consiguen la participación de los usuarios», explica el autor del libro sobre la propaganda de la yihad. Ortiz lo ejemplifica con uno de los productos estrella de la industria culturaldel Daesh: unos dibujos animados e interactivos cuya protagonista es una niña como ‘Dora la Exploradora’, casi un calco de la misma, pero que enseña los valores del Estado Islámico y adoctrina con sus lecciones.
Otro de los casos más llamativos es el de la mítica y popular saga de videojuegos para consolas Grand Theft Auto (GTA), que los yihadistas emularon casi a la perfección en su versión online, pero con un protagonista ataviado como los combatientes del ISIS y que comete atentados contra intereses occidentales.
«En el nombre de Allah el clemente y misericordioso. Vuestros juegos que vosotros producís, nosotros hacemos las mismas acciones en los campos de batalla», escribieron los promotores del GTA yihadista al colgar el producto en la red. Y efectivamente, contenía escenas casi idénticas a algunos de sus actos bélicos más salvajes en la vida real.
Este juego -en su versión occidental- es todo un emblema de la PlayStation (PS), una marca de consolas cuyo nombre sonó en todos los medios de comunicación hace una semana, cuando la policía belga infundió la sospecha de que los terroristas de París se comunicaron mediante la PS Network. Esto es , una plataforma que se puede usar con una consola PS4 cualquiera y que sirve para chatear, enviar mensajes de voz y jugar en línea. Y lo más importante: usa protocolos de encriptación muy difíciles de rastrear, recomendados en manuales del ISIS y que pueden dificultar mucho una investigación. Mucho más, por ejemplo, que la privacidad que ofrece un mensaje de WhatsApp.
No parece que, realmente, los atentados de París se prepararan con esta tecnología de PS4, pero es una muestra de hasta qué punto los nuevos protagonistas de la ‘guerra santa’ en nombre de Allah conocen bien todo tipo de herramientas que desarrollan grandes empresas del mundo occidental y que les pueden servir.
Guerra en las redes sociales
Es el caso, por ejemplo, de Facebook y Twitter. Los dos gigantes de las redes sociales han sido un nido de captación para el ISIS. Sobre todo hasta septiembre de 2014, cuando ambas empresas declararon la guerra al terrorismo de corte islamista.
Actualmente, los captadores del yihadismo en las redes sociales utilizan perfiles blancos, que aparecen y desaparecen, tienen una actividad moderada y no cuentan con más de 100 seguidores. Pero antes de que Facebook y Twitter se tomaran en serio la cuestión, este tipo de perfiles acumulaban deceneas de miles de seguidores, enviaban mensajes a todas horas e interactuaban con sus potenciales ‘fieles’ con total impunidad.
¿Significa eso que ahora ya no debe de preocupar la actividad del Estado Islámico en estas redes? Todo lo contrario. Según el informe publicado a principos de marzo por los analistas estadounidenses J. M. Berger y Jonathon Morgan para la Brookings Institution, el censo de tuiteros del EI estaba formado por al menos 46.000 perfiles en diciembre. Y contaban con unos 1.000 seguidores por cuenta. Además, los estrategas en este ámbito desarrollan herramientas propias muy potentes. Fue el caso, por ejemplo, de una de las APP estrella con las que contó el Estado Islámico, Dawn (El Amanecer de las Buenas Noticias), que se podía bajar en la tienda de Google Play y que permite replicar el mismo mensaje desde miles de cuentas distintas que se han bajadola aplicación. «Así consiguieron extender el pánico entre los ciudadanos de Bagdad, que al entrar en las redes sociales se encontraron con miles de mensaje invadiendo la red asegurando que el ISIS estaba a punto de ganar, cuando la batalla estaba casi perdida», recuerda Ortiz.
‘Dabiq’ y la era audiovisual
Y en la era de la hegemonía audiovisual, claro, el ISIS trabaja también en Youtube y decenas de plataformas de vídeo on-line. Pero lo más importante es que cuenta con diversas productoras que trabajan para la causa, como Al Furqan o al-Hayat Media Center. Sus productos pueden llegar a ser auténticas delicias audiovisuales, con efectos especiales y trabajos de post-producción que nada tienen que envidiar a la industria de Hollywood. Con la diferencia de que las masacres, la violencia, la crueldad y el ensañamiento que se muestran son tan reales como la vida misma.
En la misma línea, otra de las joyas de la corona del ISIS es la revista Dabiq, desde la que dan cuenta de todas sus hazañas. La maquetación, la calidad fotógrafica, el material con el que se imprime o el cuidado de los textos -también en inglés-, podrían ser envidiados por el editor de cualquiera de las revistas que se encuentran en nuestros quioscos. Cuentan, sin duda, con algunos de los mejores profesionales del mercado. Pero es que además, tienen una efectividad y capacidad de respuesta que sorprende a cualquiera: ya está en la calle el último número con la portada de homenaje a los kamikazes que acabaron con más de 120 almas inocentes en París.