Josep M. Cruset, las 48 horas del diputado de Tarragona clave en la investidura de Pedro Sánchez
Él ha sido estos dos días uno de los nombres y cara más buscadas, ya que forma parte de los siete políticos de JxCat claves en la reelección del líder socialista. Tras el sí de este jueves, el diputado vuelve a casa con el objetivo de recargar pilas y continuar trabajando
Josep Maria Cruset (Riudoms, 1975) madrugó el pasado martes, 14 de noviembre. El despertador sonó a las 5 de la mañana, una hora prudente para salir de su casa, situada en Riudoms y, a media mañana, coger a tiempo el AVE en la estación del Camp de Tarragona (La Secuita) rumbo a Madrid. En la maleta llevaba una batería extra para el móvil, mudas adicionales por lo que pudiera pasar, ordenador de trabajo y poco más.
Viajó en martes, un día antes de la primera de las dos sesiones plenarias de la investidura. Lo hizo «como medida de seguridad ante la situación de crispación en las calles y para evitar cualquier retraso», explica el riudomense ahormás tranquilo una vez ha terminado la votación de este jueves. Su voto afirmativo y el de sus seis compañeros de JxCat en el Congreso han permitido al líder socialista Pedro Sánchez revalidar la presidencia del Gobierno de España. Él es el único diputado electo de la formación en Tarragona. El resto de políticos escogidos en la demarcación son del PSC, ERC, PP y Sumar.
El viaje de ida a Madrid el martes fue un paréntesis mental para este político con carrera meteórica: alcalde de Riudoms, vicepresidente de la Diputació de Tarragona, presidente del Port de Tarragona y ahora diputado en el Congreso de los Diputados, concretamente portavoz adjunto de la formación.
Su posición estratégica en el escaño está razonada: JxCat ha optado por poner a los cuatro jefes de lista territoriales juntos y Cruset, como portavoz adjunto, se sienta al lado de Míriam Nogueras para poder coordinarse en el hemiciclo.
‘Vaya pedazo de negociación os habéis marcado’
El viaje hacia la capital el pasado martes duró cerca de tres horas y una vez llegó el tren a Madrid, en la parada en la estación de Atocha, empezó para Cruset la etapa política más trascendental de este descendiente de payés que todavía coge el tractor cuando puede y echa una mano a sus padres en la finca familiar.
Fue poner el pie en Madrid y el político de 48 años de Riudoms cambiar el chip. No había tiempo que perder: coger un taxi y acudir al edificio administrativo del Congreso de los Diputados, donde se encontraría con el resto de la delegación de Junts.
Y fue en el taxi donde Cruset intentó pasar desapercibido sin conseguirlo. Al anunciar su destino al conductor, el taxista le preguntó si era diputado y a qué formación pertenecía. Al contestar a la segunda, el político tarraconense se esperaba cualquier comentario del profesional del volante, aunque el temido insulto o falta de respeto se tornó en un alegato de admiración: «Vaya pedazo de negociación os habéis marcado. Los tenéis donde queríais». Sonrisa diplomática y labios cerrados, no era cuestión de darle cuerda al informado taxista.
Así, la jornada del martes terminó en el edificio administrativo del Congreso, justo enfrente del edificio del hemiciclo, en la Carrera de San Jerónimo. Los siete diputados catalanes y el equipo técnico estaban todos preparados para empezar las 48 horas claves para las sesiones de investidura.
Escolta para evitar sobresaltos
La vida de estos dos días en la capital y fuera del hemiciclo ha sido tremendamente rutinaria y posiblemente monótona: nada de paseos, nada de turismo y mucha responsabilidad en cualquier acto fuera de las sesiones de debate ante el clima de tensión que se respira en Madrid. Toda precaución es poca, admite.
Los diputados de JxCat se han alojado en un modesto hotel cercano al Congreso, lo que facilita el desplazamiento de un lugar a otro. Los siete políticos catalanes se han movido en grupo: comidas, desplazamientos, entradas y salidas del hotel. La precaución en un ambiente tan crispado no era una cosa baladí para esta ‘familia’.
Un grupo de escoltas han acompañado a los diputados nacionalistas en estos días claves de la investidura para evitar cualquier incidente en un Madrid muy crispado. Por suerte, no ha habido ningún incidente, aunque Cruset reconoce que su grupo recibe amenazas desde hace un tiempo.
El miércoles fue la primera de las dos sesiones del debate. Nada que ver lo del hemiciclo del Congreso con su experiencia política anterior. Solo acceder a El Patio, el espacio entre el hemiciclo y el edificio administrativo donde está la prensa ávida de titulares, ya fue toda una odisea superarlo sin tropezarse. No ha sido una investidura cualquiera y el nombre de periodistas y medios gráficos ha sido descomunal.
La intención del grupo era atender brevemente en su entrada a El Patio, pero la ‘avalancha’ casi derriba a los siete políticos catalanes nada más acercarse a la prensa. Este ha sido el recibimiento de Cruset y por extensión de Junts en el Congreso: expectación y mucha carga mediática en el ambiente. Empezaba la investidura.
Las primeras ocho horas son las más crispadas del debate. El cara a cara Sánchez-Feijóo refleja la polarización de izquierdas y derechas, el comportamiento, incluso irrespetuoso en algunas fases, sorprenden al diputado de Riudoms que desde el primer minuto sigue con atención cada discurso: «Me gusta escuchar todos los discursos y no levantarme del escaño», apunta.
La intervención de Nogueras logra acallar voces. Se produce el silencio. Feijóo coge el auricular para entender el discurso en catalán de la nacionalista. Sus palabras dejan entrever reproche y alguna incertidumbre sobre el voto definitivo del partido. Así lo han reflejado hoy algunos diputados que se han acercado a las butacas de JxCat para preguntar directamente si el voto era afirmativo para Sánchez o había algún cambio de guión. No había sorpresa. El guión se ha seguido al pie de la letra.
«Cruset Domènech, Josep Maria», se ha escuchado poco después de la una de la tarde de este jueves. «Me he levantado, no me noto diferente, ni tengo el pulso acelerado. Empieza a mimetizar con este entorno», admite. Su «sí» suena a neutro o eso quiere el político que quede registrado y añade que «este voto no es fruto ni de la confianza ni de ningún idilio con el PSOE», concluye.
Los votos concluyen: 179 a 171. Pedro Sánchez es presidente. La atención mediática de JxCat termina... de momento. Ahora las cámaras enfocan al escaño del reelegido presidente. Es hora de marcharse. Es hora de volver a casa.
Recogida de bolsas, de las maletas y de vuelta en tren a Catalunya. Tres horas de viaje en AVE para intentar descansar y recuperar fuerzas. La agenda de este viernes vuelve a estar cargada para el diputado de Riudoms, que en los próximos días conocerá las comisiones en las que participará en esta legislatura.