Illa, el corredor de fondo del socialismo catalán que consigue batir al independentismo
El PSC ha encontrado en él el líder que hacía tiempo que buscaba
Conocido aficionado a los maratones, Salvador Illa es un corredor de fondo tanto en lo deportivo como en la política catalana, donde tras una legislatura construyendo una alternativa al Govern desde la oposición ha conseguido batir al independentismo y afianzar al PSC como el primer partido de Catalunya.
Salvador Illa Roca (La Roca del Vallès, Barcelona, 1966), desembarcó en 2021 en la primera línea de la política catalana bajo el denominado «efecto Illa» -por su impacto mediático como ministro de Sanidad durante la pandemia- y, tres años después, ya como líder del PSC y jefe de la oposición en Cataluña, ha imprimido un «estilo Illa», basado en el diálogo y el pacto.
Tras heredar un PSC que salía de la travesía del desierto que sufrió durante los primeros años del procés, Illa ha conseguido consolidarlo como el primer partido catalán en las últimas cuatro elecciones, con victorias en las generales, municipales y en las dos últimas autonómicas.
Sin embargo, el triunfo agridulce de las pasadas elecciones autonómicas, en las que el PSC fue el partido más votado pero empató en escaños con ERC y el independentismo se alió para gobernar, mandó a Illa a la oposición.
Su condición de corredor de fondo la ha aplicado en su acción como jefe de la oposición en Cataluña, que ha centrado en construir una alternativa al Govern de Pere Aragonès, tendiendo la mano para aprobar leyes de calado como la del catalán en la escuela o los últimos presupuestos, y logrando así romper la política de bloques instaurada con el 'procés'.
La suerte de Illa corre en paralelo con la del presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez, puesto que una victoria amplia que acerca a los socialistas a la Generalitat es un balón de oxígeno para el socialismo español y justifica la apuesta por la ley de amnistía.
Extremadamente madrugador, su despertador suena mucho antes que el cacareo de los gallos: a las 5:20 horas, siempre que puede, sale a correr para despejar la mente; a las 6:45h lo recogen en casa y antes de las 8 ya está en el despacho con un té verde en la mano. Un ritmo que él aguanta aparentemente sin problemas y al que sus colaboradores se han tenido que acostumbrar.
De creencias religiosas, afronta la carrera hacia la presidencia de la Generalitat «bendecido» por el Papa Francisco, al que visitó justo una semana antes de que se convocaran las elecciones catalanas, en una cita en el Vaticano que alteró sus característicos nervios de acero.
Conocedores de su fe, militantes católicos del PSC le mandaron una imagen de San Pancracio, puesto que la fecha de las elecciones, el 12 de mayo, coincide con ese santoral.
«Es el santo que se invoca cuando se quiere reclamar prosperidad, es un buen augurio. Será un buen día para Catalunya y para España», señaló al día siguiente del adelanto electoral Illa, que ha colocado la imagen del santo en su despacho.
El PSC ha encontrado en Illa el líder que hacía tiempo que buscaba, admiten fuentes del partido, que, con todas las encuestas a su favor, ha conseguido por primera vez ganar en votos y en escaños las elecciones catalanas.
Nacido en el seno de una familia trabajadora de La Roca del Vallès (Barcelona), Illa destaca por ser una persona tranquila, organizada y de trato cortés.
Sus colaboradores subrayan su energía incombustible. Como si temiera aburrirse, busca siempre tener su agenda ocupada y llenar los huecos con visitas, reuniones o llamadas, que a menudo tienen lugar mientras viaja en coche.
Licenciado en Filosofía por la UB y MBA por el IESE, tiene una larga experiencia de gestión como concejal y alcalde de La Roca del Vallès, ciudad que gobernó durante diez años y donde dio sus primeros pasos en política de la mano de Romà Planas, delegado especial del expresident Josep Tarradellas y exalcalde del municipio.