Guía rápida sobre el congreso de ERC, que Junqueras aspira volver a presidir

Las votaciones del próximo sábado, 30 de noviembre, serán definitivas si una de las tres candidaturas en liza logra más del 50 % de los apoyos

ERC afronta en una semana un decisivo congreso en el que sus más de 8.200 militantes están llamados a decidir si quieren que Oriol Junqueras vuelva a presidir la organización -que ya ha encabezado durante trece años- o si es hora de dar paso a nuevos liderazgos.

Las votaciones del próximo sábado, 30 de noviembre, serán definitivas si una de las tres candidaturas en liza logra más del 50 % de los apoyos. En caso de que no sea así, el 14 de diciembre tendrá lugar una segunda vuelta para la que se podrán tejer alianzas.

Estas son las principales claves para entender el embrollo interno de los republicanos.

Guerra abierta entre Junqueras y Rovira

ERC celebrará este congreso tras cuatro batacazos electorales consecutivos y una guerra interna indisimulada por episodios como la polémica por los carteles denigratorios contra los hermanos Maragall. Ello se suma a la ajustada consulta con la que los militantes decidieron hacer president al socialista Salvador Illa, lo que rompió la política de bloques iniciada con el 'procés'.

Tras el batacazo de las últimas elecciones catalanas se oficializó el divorcio del tándem que durante trece años ha pilotado el partido: el presidente, Oriol Junqueras, que dejó el cargo en junio para intentar volver más reforzado; y la secretaria general, Marta Rovira, partidaria de que caras nuevas tomen ahora el mando del partido.

La relación entre ambos es a día de hoy inexistente, hasta el punto que la última vez que se vieron en persona -y se abrazaron frente a las cámaras- fue el 12 de julio, la mañana en la que Rovira regresó a España tras más de seis años en Suiza para evitar a la Justicia. Precisamente las difíciles comunicaciones entre ambos por la permanencia en prisión de Junqueras y porque Rovira fijara su residencia en Suiza explican, en parte, el fin de este vínculo.

¿Quién está con quién?

Se disputan el liderazgo de ERC tres candidaturas.

La que parte con más opciones es Militància Decidim, con Junqueras al frente y la líder republicana en el Ayuntamiento de Barcelona, Elisenda Alamany, como número dos. De esta lista también forman parte la eurodiputada Diana Riba y Oriol López, uno de los negociadores de la investidura de Illa. Le han mostrado su apoyo el conseller de Asuntos Exteriores durante la legislatura del 1-O, Raül Romeva (que es pareja de Riba); Joan Ignasi Elena y Ester Capella, consellers en el Govern de Pere Aragonès; el portavoz en el Congreso, Gabriel Rufián; y las dos facciones de la federación de Barcelona.

Nova Esquerra Nacional, la apuesta de Rovira, tiene como cabezas de cartel al exalcalde de Vilassar de Dalt Xavier Godàs y a Alba Camps, que forma parte de la ejecutiva saliente. Como vicepresidentas se postulan la vicepresidenta del Parlament, Raquel Sans, y la portavoz adjunta en el Congreso, Teresa Jordà. Aragonès ha mostrado públicamente su apoyo a esta lista, así como el exlíder en el Ayuntamiento de Barcelona Ernest Maragall, la expresidenta del Parlament Carme Forcadell y buena parte del Govern saliente.

Foc Nou pretende hacer que ERC haga tabla rasa guiada por Helena Solà, cuya carrera política está ligada al Ayuntamiento de Cerdanyola del Vallès, y el exconseller Alfred Bosch. Reivindican no contar con ningún miembro de la actual ejecutiva. Otras caras visibles son el exdiputado Jordi Orobitg y el concejal en el Ayuntamiento de Sabadell (Barcelona) Gabriel Fernàndez.

¿Qué diferencias estratégicas tienen?

ERC ha transitado desde la apuesta por la unilateralidad de 2017 hasta la negociación con el Gobierno central como mejor vía para encauzar el conflicto político catalán. En esta estrategia se inscriben las tres candidaturas, si bien con matices.

Junqueras ambiciona que ERC sea el partido socialdemócrata de referencia en Catalunya y ello implica seducir a votantes no forzosamente independentistas, pero sí con la república como objetivo. Lo que él dibuja es por tanto un cuerpo a cuerpo con el PSC para liderar este espacio, lo que no significa romper con los socialistas. Lo demuestra que Alamany, su número dos, apuesta por gobernar con el socialista Jaume Collboni en Barcelona.

La visión de Godàs es algo distinta: sostiene que ERC debe liderar la que llama "izquierda nacional", un espacio en el que también inscribe a los Comuns y a la CUP. Aunque votó a favor de investir a Illa -Junqueras se ha negado a revelar qué hizo él-, ha endurecido el tono con los socialistas y considera que los republicanos no deben formar parte del ejecutivo municipal en Barcelona.

Solà, finalmente, busca agrupar al casi 45 % de militantes que votaron 'no' a la investidura de Illa. Foc Nou no propone romper los pactos alcanzados, pero sí consultar a la militancia en un año sobre si estos se deben mantener o no, en función de los resultados obtenidos.