En 13 municipios de la provincia gana el mismo partido desde 1977
CiU domina en seis pueblos del interior mientras que el PSC lo hace en siete, con El Vendrell como gran feudo histórico
Las previsibles elecciones que deben acabar con el bipartidismo podrían terminar también con históricas tradiciones de votos en algunos municipios de la provincia, verdaderos feudos de un color político que ha impuesto siempre su hegemonía. En concreto, en 13 poblaciones tarraconenses ha ganado siempre el mismo partido en las elecciones generales, desde la restauración de la etapa democrática. Desde 1977, año de los primeros comicios, no ha habido ni siquiera alternancia, sino un monocolor imbatible. Por encima de todo, destaca el Vendrell. En la capital del Baix Penedès, la tercera ciudad de la provincia, el PSOE-PSC ha vencido en los 11 envites electorales a las Cortes Generales.
Incluso en el año 2011, cuando CiU se impuso en votos en la provincia y el PP se llevó la mayoría absoluta en España, el municipio vendrellense resistió, de forma que los socialistas se agenciaron el 28,89% de los sufragios, superando por poco a los populares (26,76%). En otras seis localidades el PSC ha sido un monólogo en cada elección al Congreso y al Senado: Benifallet (Baix Ebre), Bellmunt del Priorat (Priorat), Mas de Barberans (Montsià), El Montmell, Santa Oliva y L’Arboç (Baix Penedès).
En seis otros pueblos, también ha habido un único ganador en las elecciones generales: CiU. Vallclara (Conca de Barberà), La Riba (Alt Camp), Masllorenç (Baix Penedès), junto a tres municipios muy próximos del Baix Camp: L’Aleixar, Maspujols y Les Borges del Camp. PSC, PP y CiU se han acostumbrado a repartirse casi el 100% de los diputados por Tarragona, prácticamente en todas las generales, con incursiones puntuales como las de UDC o ERC. En 23 poblaciones tarraconenses más, el vencedor es el mismo desde 1982, los comicios en los que Felipe González llevó al PSOE a sus mejores resultados históricos de la democracia, con el 48% de los votos y 202 escaños.
La Conca, convergente
Desde entonces, los socialistas impusieron su mando y ganan siempre en lugares como Roquetes (Baix Ebre), Sant Jaume d’Enveja (Montsià), Constantí (Tarragonès), Barberà de la Conca (Conca de Barberà) y Cunit (Baix Penedès). El resto de municipios de ese listado es de color convergente desde 1982, hace 33 años. Ahí figuran Colldejou, Riudecanyes, Capafonts o Montbrió del Camp, en el Baix Camp, y un número notable de pueblos pequeños en la Conca de Barberà como Vilaverd, Senan, Forés, Savallà del Comtat, Rocafort de Queralt, Vallfogona de Riucorb, Pontils o Santa Coloma de Queralt.
Otros municipios como La Riera de Gaià o Renau, en el Tarragonès, o Nulles, en el Alt Camp, son históricamente votantes de CiU, un resultado que estrictamente ya no se repetirá este 20-D, habida cuenta de que la federación, disuelta desde hace meses al menos de cara a las autonómicas y las generales, no se presentará a estos comicios. Está por ver si Convergència, que acude bajo la coalición Democràcia i Lliberat, logra perpetuar sus éxitos en esos graneros de votos, o por el contrario es Unió quien se puede hacer con el triunfo. El desglose de esos datos históricos muestra que CiU ha logrado vencer sobre todo en localidades de pequeño tamaño del interior de la provincia.
También está por ver si la irrupción de los dos partidos emergentes, Ciudadanos y Podemos, rompe la hegemonía en aquellos pueblos de la provincia que apenas han mostrado variaciones de voto, al menos en lo que a las generales respecta. En Catalunya, el PSOE, representado por el PSC, siempre venció en un total de 60 municipios en las últimas nueve elecciones generales.
Amenaza de los emergentes
Ahora, la amenaza de Ciudadanos, por ejemplo, se cierne seriamente sobre esas poblaciones, desde El Vendrell y Cunit, hasta los barrios de la periferia de Tarragona, donde en las últimas elecciones autonómicas el partido de Albert Rivera ya le arrebató el triunfo a los socialistas.
Algo parecido puede suceder con el histórico cinturón rojo de Barcelona, que podría pasar a manos de Ciudadanos por primera vez en unos comicios generales. Además de generar la fragmentación del Congreso (por primera vez, la circunscripción de Tarragona podría tener hasta seis fuerzas representadas, según el CIS), estas elecciones pueden arramblar con inercias de voto bien arraigadas en algunas poblaciones. En España, hay 404 municipios donde gana la misma fuerza desde la llegada de la democracia.