Catalunya vive un infierno por culpa de los incendios

Se ha registrado el peor año en cuanto a hectáreas calcinadas desde 2021

Catalunya está afrontando uno de los veranos más complicados del último decenio en la lucha contra el fuego y ya ha sufrido en lo que va de año un total de 459 incendios forestales que han afectado a 6.543 hectáreas, la peor cifra desde que en 2012 las llamas arrasaron 17.922 hectáreas.

Según datos de los Agentes Rurales consultadas por Efe, pese a que la temporada forestal de 2022 aún está activa -y con todas las alertas activadas por las dos olas de calor encadenadas en las últimas dos semanas-, en lo que llevamos de año ya ha habido más hectáreas afectadas que en cada curso a partir de 2012.

Buena parte de culpa de ello la tienen la simultaneidad de incendios de la primera quincena de junio y el gran fuego del Pont de Vilomara, en la comarca barcelonesa del Bages, que ha calcinado 1.743 hectáreas, de ellas 449,69 en el Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l'Obac, y que, según la principal hipótesis con la que trabajan los Agentes Rurales, fue intencionado.

Catalunya tiene unos dos millones de hectáreas forestales -dos tercios de su territorio son bosques-, por lo que, en condiciones extremas como las actuales, con una sequía acumulada de dos años y olas de calor encadenadas, la Generalitat ha tenido que restringir el acceso a once macizos y limitar hasta el lunes por la noche la actividad lúdica y agrícola en el medio natural en 357 municipios de 27 comarcas.

En declaraciones a Efe, el inspector jefe del cuerpo de los Agentes Rurales, Antoni Mur, ha destacado que la mayoría de los ciudadanos son conscientes del riesgo, por lo que de forma mayoritaria se cumplen las restricciones y las apelaciones a la prudencia.

Mur ha precisado que estas restricciones son "medidas extraordinarias" que solo se pueden activar cuando hay motivos que las justifican, como ahora, en que las condiciones son "extremas".

No obstante, ha advertido de que, con el cambio climático, todo apunta a que los veranos serán cada vez más complicados, por lo que, si persiste la sequía acumulada y las condiciones meteorológicas extremas, se tendrán que seguir tomando medidas como las actuales restricciones, ya que nueve de cada diez incendios los causa la actividad humana.

En este sentido, ha destacado que, si hace una década había de media una campaña de incendios complicada cada cinco años, en el último quinquenio en Catalunya ha habido tres: la de 2019, la de 2021 y esta.

La comparativa desde 2012

El último año peor que el actual en Catalunya fue 2012, cuando se registraron 747 incendios que quemaron 17.992 hectáreas -de ellas 15.025 forestales-, empujadas por el trágico incendio de La Jonquera (Girona), del que ayer se cumplieron diez años, que afectó a 10.476 hectáreas.

Este gran incendio, que se expandió durante días en un radio de 18 municipios, causó la muerte a cuatro personas, algunas de ellas por quemaduras y otras porque se tiraron al mar por un acantilado cuando trataban de huir de las llamas.

Unicamente en 2019 se superaron como ahora las 6.000 hectáreas, en ese caso con 6.030 -de ellas 4.838 forestales-, en 545 incendios.

De hecho, en 2019 se registró el segundo peor incendio desde 2005 en Catalunya, que arrasó 5.016 hectáreas en la comarca tarraconense de Ribera d'Ebre y en las leridanas de les Garrigues y el Segrià.

Tras la devastadora campaña forestal de 2012, en 2013 hubo 602 incendios que afectaron a 1.483 hectáreas -1.068 de ellas forestales-; en 2014, 462 incendios con 1.822 hectáreas -1.571 forestales-; y en 2015, 509, con 1.945 -1.602 forestales.-.

En 2016 hubo 560 incendios que calcinaron 2.740 hectáreas -2.011 de ellas forestales-; en 2017, 629 incendios que dañaron 1.983 hectáreas -1.294 forestales-; mientras que en 2018 las cifras bajaron de forma drástica: 312 incendios, con 243 hectáreas calcinadas -141 de ellas forestales-.

Tras un año 2019 complicado, en 2020, un curso marcado por las restricciones por la pandemia del coronavirus, las cifras bajaron a mínimos: 289 incendios, con 209 hectáreas -132 de ellas forestales-.

Finalmente, el pasado año ya se detectó una tendencia al alza, con 607 incendios que arrasaron 3.050 hectáreas -de las cuales 2.422 eran forestales-.

Entre los incendios del pasado año, el de la Conca de Barberà (Tarragona) calcinó 1.702 hectáreas -una cifra parecida a la de Pont de Vilomara de este año- y se situó entre los seis peores desde 2005.

La gestión del bosque

Según Mur, para poder aplicar la máxima de que los incendios se apagan en invierno -con una buena gestión de los bosques-, existe un "problema de fondo", que es la poca rentabilidad de los productos forestales.

En este sentido, el responsable de los Agentes Rurales ha subrayado que la Generalitat y los centros de investigación están buscando soluciones para intentar revertir esta situación.

"Todos tendríamos que contribuir a tener un mejor cuidado de los bosques. Si vamos por este camino (el de la rentabilidad) sería una mejora importante. Pero no será a corto plazo. Son estrategias que se tienen que prever a corto y medio plazo", ha alertado.

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