Barcelona descubre ahora que alimentar a las palomas perjudica a la ciudad
El Ayuntamiento detecta 236 grandes alimentadores de palomas y alerta sobre los riesgos de esta práctica
El Ayuntamiento de Barcelona ha identificado a 236 grandes alimentadores de palomas que diariamente suministran kilos de comida en espacios públicos, alterando las conductas naturales de las aves, generando desnutrición y problemas de salud, y aumentando su reproducción, además de ensuciar la ciudad.
“Hemos detectado también otros puntos de concentración de palomas con alimentadores pasivos, muchas veces personas que están tomando algo en terrazas y dejan comida allí, o alimentadores espontáneos a los que las palomas se acercan para pedir comida”, explicó Carme Maté, directora del Servicio de Derechos de los Animales.
Maté presentó las medidas que, en el marco del Pla Endreça, impulsa el Ayuntamiento para controlar la sobrepoblación de palomas en la ciudad. Según los cálculos municipales, Barcelona cuenta con más de 103.000 palomas, con una densidad de 1.500 por kilómetro cuadrado, cinco veces más de lo recomendado.
Campaña de concienciación
Entre las acciones anunciadas destaca una campaña de concienciación, iniciada este miércoles en 40 espacios de la ciudad, para explicar que “no solo no es necesario alimentar a las palomas, sino que hacerlo no las beneficia ni las ayuda”, afirmó Maté. Subrayó, además, el daño que les causa consumir pan mojado.
Según explicó, las palomas necesitan únicamente 30 gramos de comida al día, y en las zonas de alta densidad de aves no habría ni la mitad si se dejara de alimentarlas. La presencia de alimentadores puede triplicar o cuadruplicar el número de palomas en ciertos momentos en áreas concretas.
La superpoblación genera estrés en las aves por hacinamiento o peleas, facilita la transmisión de enfermedades y supone un problema de salud pública. Además, dejar restos de comida en las calles ensucia los espacios públicos y fomenta la presencia de insectos y ratas.
Alimentadores en 251 puntos
Entre mayo y octubre de 2024, los Servicios de Derechos de los Animales y de Gestión de Conflictos llevaron a cabo una campaña de sensibilización en 251 puntos de la ciudad donde se había detectado la presencia puntual de palomas debido a la acción de alimentadores. En concreto, identificaron a 236 personas que suministraban más de dos kilos de comida al día.
Los datos de esta campaña muestran que el distrito de Ciutat Vella concentra los principales puntos de conflicto, por lo que fue el foco de mayor intervención. Algunos de los espacios destacados son la plaza de la Bella Dorita, la plaza de Folch i Torres, el parque de la Ciutadella y la plaza de Catalunya.
Próximas medidas
Para reforzar el mensaje a la ciudadanía, el Ayuntamiento lanzará próximamente una campaña de comunicación para pedir que no se alimente a las palomas y advertir que su superpoblación puede convertirse en un problema de salud pública.
Además, se estudia extender la campaña al sector de la restauración para evitar que las terrazas se conviertan en puntos de alimentación de estas aves.
En Barcelona está permitido alimentar a los animales en la vía pública, pero se debe evitar ensuciar los espacios públicos, una infracción que puede ser sancionada con multas de hasta 600 euros.
Cabe recordar que en Tarragona la problemática con la superpoblación de palomas también es más que evidente.
El Port de Tarragona és uno de los lugares donde más se alimentan las palomas, un problema que está localizado y sobre el cual se está trabajando.