Alexis Gutiérrez: 'Reus es cuna de tatuadores'

Entrevista al tatuador en Reus Tatoo

-¿Cuántos años hace que se dedica a los tatuajes?

- Que me dedico a ello de forma profesional, unos quince años. Eso sí, mi padre ha sido una gran influencia. En cuanto salía del colegio me iba a ver a mi padre tatuar en su estudio.

 

-¿Desde pequeño fue de los que se distraían en clase dibujando?

- Siempre. Siempre estaba dibujando. De hecho, una vez me aprobaron un examen de inglés gracias a un dibujo. Querían que me estuviera quieto y les hice una Estatua de la Libertad. Me aprobaron pero se quedaron mi dibujo.

 

-¿Se hacen más tatuajes ahora o antes de la crisis?

- La crisis se nota. La gente se lo pensaba menos antes. Buscan que tenga más sentido.

 

-¿La gente le da mucha importancia al hecho de que tenga un significado o se fija más en la moda?

- Existen los dos perfiles. Las modas nunca van a dejar de existir pero siempre habrá gente que se tatúe el nombre de sus hijos.

 

-¿Qué tatuaje recuerda como el más difícil?

- Una vez hice un Buda, sentado en una flor de loto y con el Taj Mahal al fondo que fue todo un reto. Ocupó casi toda la espalda. También lo disfruté, la verdad, porque me gustan los trabajos detallistas.

 

-¿Existe mucha competencia en Reus?

- Reus es cuna de tatuadores. También hay que tener cuidado. Hay quién se compra la máquina y cree que ya sabe. No por tener un bisturí eres cirujano.

 

-¿Cuál es el perfil habitual del que se tatúa?

- Gente entre los 18 y los 40 años. Tanto chicos como chicas. De hecho, ellas se los hacen más a menudo pero más pequeños. Ellos van más a lo grande, en menor número. También son cada vez más jóvenes; incluso chicos de 15 años vienen con permiso de su padre.

 

-¿La mayor sorpresa que ha tenido en cuanto a un cliente?

- Un hombre de 72 años. Le hice una cabeza de águila en el antebrazo. Había dejado de fumar, y como la mujer quería darle un premio, le dio permiso para hacérselo. ¡Imagínate la de piel que tuve que estirar! Al final quedó perfecto y el hombre se marchó contento.

 

-¿Qué opinión tiene respecto al láser?

- El láser quema. Si te haces muchas sesiones en un mismo sitio, puede llegar a afectar la piel. Yo lo usaría para difuminar y tatuar encima, no eliminar totalmente. Además, duele y cuesta más que el tatuaje.

 

-¿A qué edad se hizo el primero?

- ¡Hasta los 16 no me dejaron! Me hice un duende en la espalda y me lo hizo mi hermano. El siguiente fue un vikingo y mi madre me obligó a no repetir hasta pasados tres años.

 

-¿Cómo se introduce alguien en el oficio?

- Con cursos. En Reus Tattoo hacemos uno de 35 horas, tres al día, para chicos a partir de 16 años. Mi padre enseña lo que ha aprendido durante más de 30 años. Empezando por lo más básico y practicando mucho.

 

-¿Cambia mucho el dibujar del tatuar?

- Sin duda. La piel es más dura, la máquina pesa... Además, un noruego tiene la piel mucho más fina que un africano.

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