Un detective privado a la caza de los herederos de un convento en Tarragona
Parte de la familia quiere donar el edificio al ayuntamiento pero necesitan localizar a todos los beneficiarios de la herencia
Nunca una donación fue tan difícil. Casi una década de trámites y trabajos en los que incluso ha tenido que intervenir un detective para que la familia Gil Moreno de Móra pudiera hacer efectiva la donación del antiguo convento de monjas carmelitas al Ayuntamiento de Vimbodí i Poblet (Tarragona).
El detective privado ha intervenido en el proceso para reunir toda la documentación necesaria, incluido un estudio genealógico de la familia para encontrar a todos los herederos y para hacer efectiva la cesión, según ha explicado el alcalde de la localidad, Joan Canela.
El proceso de donación fue puesto en marcha en 2014, pero no fue hasta el pasado mes de enero que el consistorio y la familia firmaron el documento de cesión.
Se trata de un edificio de 1.700 metros cuadrados "con mucha carga histórica" y más de cien años de antigüedad, aunque por su deterioro sólo está valorado en 360.000 euros.
Algunos espacios de su interior, como el actual Cinema Foment, ya habían sido cedidos al ayuntamiento de forma previa a la donación definitiva, que fue anunciada a los vecinos en febrero, en una reunión en la que estuvo presente uno de los propietarios del antiguo convento, Gonzalo Gil Moreno de Móra.
Ahora, el Ayuntamiento de Vimbodí i Poblet, en la comarca tarraconense de Conca de Barberà, quiere dedicar el edificio a dar a conocer el legado de la familia Gil Moreno de Móra con un "espacio para la memoria histórica", así como a labores sociales y culturales, "en coherencia con los fines iniciales del lugar".
"Pero, antes, hay que descombrar el edificio y, para ello, pediremos a la administración tanto apoyo como los recursos económicos necesarios", avanza Canela.
Los Gil Moreno de Móra, una familia de comerciantes e inversores establecida a lo largo de la historia en lugares como Barcelona, Mallorca, Cádiz, Francia o Cuba, se dedicaron desde el siglo XIX a construir barcos, llevar la electricidad a las calles de Barcelona o reconstruir espacios como el Hospital de Sant Pau de Barcelona, entre otras labores.
Un miembro de la familia, José Pedro Gil Moreno de Móra, tuvo "una importante correspondencia" con el pintor Joaquin Sorolla, según un documento guardado en la Real Biblioteca, de la que el hijo de José Pedro Gil Moreno de Móra fue el socio número tres.
A mediados del siglo XIX, con la Desamortización de Mendizábal, un proceso en el que se comercializaron bienes y propiedades que pertenecían a la Iglesia, los Gil Moreno de Móra compraron fincas del Monasterio de Poblet y participaron también en su reconstrucción.
"Así fue como llegaron -ha recordado el alcalde- al municipio de Vimbodí i Poblet", donde en 1902 construyeron el edificio que, más tarde, daría lugar al convento de monjas.
Con este edificio, los Gil Moreno de Móra pretendían "poner en valor la cultura y hacer llegar la educación también a las mujeres, que en aquellos tiempos tenían difícil estudiar", ha destacado el alcalde.
"La familia abría una libreta a cada niña y cuando se casaban podían utilizarla y acceder al dinero que les habían puesto", ha detallado Canela.
Más tarde, el convento fue cedido a las Carmelitas Teresianas Descalzas, que desempeñaron labores sociales y educativas hasta la década de 1980, cuando se retiraron a Tarragona, quedando el convento deshabitado, lo que derivó en su deterioro.
Un detective privado contribuye a la donación
"No se sabía del todo a qué miembros de la familia Gil Moreno de Móra pertenecía el edificio porque no existía un testamento", admite Canela.
Durante el proceso de donación, se llevaron a cabo labores de reconstrucción del árbol genealógico de la familia para poder localizar a los descendientes y recopilar toda la documentación requerida para poder hacer efectiva la cesión.
"Han sido ocho años de búsqueda y reconstrucción complicados", dice Canela, porque "había miembros de la familia en muchos lugares: en Francia, en Madrid, en Mallorca...".
Este conjunto de circunstancias ha hecho que fueran necesario contar con los servicios de un detective privado aunque, según asegura Canela, "esta es la parte más anecdótica de toda la historia".
El alcalde pone en valor que el documento de donación pudiera firmarse definitivamente en enero "gracias a la buena voluntad de los Gil Moreno de Móra y al entendimiento entre la familia y el consistorio".
Ahora, el trabajo del alcalde es conseguir los recursos suficientes para rehabilitar el convento donado.