Condenado a 14 años de prisión por violar y robar a una octogenaria en Barberà de la Conca

La víctima estaba sola en su casa. El acusado, además de agredirla sexualmente, le sustrajo 165 euros, un teléfono móvil y joyas

Un hombre que violó a una octogenaria de Barberà de la Conca ha sido condenado a un total de 14 años y tres meses de prisión: diez por un delito de agresión sexual y el resto, por robo con violencia e intimidación en casa habitada –con la agravante de abuso de superioridad–. Además, durante 15 años no podrá comunicarse ni acercarse a menos de 500 metros de la víctima y también estará cinco años más en libertad vigilada.

La sentencia también recoge que una vez cumplidas las dos terceras partes de las condenas impuestas o bien en el caso de que con anterioridad se le concediera el tercer grado o la libertad condicional, la ejecución del resto de la pena se sustituye por su expulsión de España, país al que no podrá regresar antes de ocho años.

Los magistrados de la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Tarragona han absuelto al procesado de un delito de lesiones. En concepto de responsabilidad civil tendrá que indemnizar a la víctima con 200 euros por las lesiones causadas, 30.000 en concepto de daño moral y 597 por el valor del dinero y los objetos robados.

Inicialmente, el fiscal y la acusación particular solicitaban 15 años por la agresión sexual, cinco por el robo con violencia y uno por las lesiones. Por su parte, la defensa pedía la pena mínima por la apreciación de la eximente completa o incompleta, o bien con la atenuante por consumo de bebidas alcohólicas o de sustancias tóxicas o estupefacientes.

El condenado es un ciudadano de Túnez en situación irregular en España. Hacía apenas dos meses que había llegado al país cuando ocurrieron los hechos. En junio de 2021 residía en Barberà de la Conca, concretamente en un centro de acogida de menores no acompañados. El 5 de junio, sobre las 00.30 horas, el procesado abandonó dicho centro y se dirigió a la vivienda de la víctima, situada a escasos 500 metros.

La víctima contaba con 86 años, tenía movilidad reducida –caminaba con la ayuda de un andador– y vivía sola en la mencionada vivienda. En dicho momento, la víctima estaba sola en el interior de la casa, durmiendo en su habitación, situada en la segunda planta.

El acusado, de 18 años, escaló a través de la fachada de la vivienda hasta uno de los balcones situados en la segunda planta y accedió a la vivienda tras fracturar el cristal de la ventana.

Como consecuencia del ruido provocado, la mujer se despertó. Asustada por lo que podía ocurrir, se levantó de la cama, encendió la luz y se dirigió al comedor para comprobar qué pasaba. En este momento vio al acusado sentado en la escalera interior de la vivienda.

El joven hizo un gesto a la mujer para que guardara silencio, momento en que le arrancó el collar que llevaba en el cuello. A continuación, la cogió de la mano y la forzó a subir a la habitación. Una vez en la cama, la violó. Todo el episodio de naturaleza sexual duró una hora.

A continuación, el acusado hizo un gesto a la víctima señalando que quería dinero. La víctima estaba paralizada por el miedo y el estado de shock, por lo que le entregó un sobre con 100 euros. El encausado le exigió que le diera joyas. Se apoderó de unos pendientes, además del teléfono móvil y de un monedero con 65 euros.

A las dos de la madrugada, el joven se dispuso a abandonar el domicilio, bajando a la planta baja de la vivienda. En ese momento, la víctima aprovechó rápidamente para cerrar con pestillo la puerta de acceso a la segunda planta y llamó varias veces a su hija, que vive a escasos metros de la casa.

Mientras, el acusado salía de la vivienda por la puerta principal de la planta baja tras fracturar uno de los cristales de la puerta. Pero volvió a escalar hasta la segunda planta, entrando de nuevo en la vivienda y en la habitación de la mujer. En ese momento, su hija y su yerno llegaron a la casa.

El joven logró huir saltando por un balcón de la segunda planta y regresó al centro de menores. Nada más legar a él, se duchó y se fue a su habitación. Fue detenido por los Mossos d’Esquadra pocas horas después gracias a la descripción muy precisa de la víctima y de otros testigos. Dos días después, el procesado ingresó en prisión preventiva.