Así es el nuevo abad de Poblet
El perfil. Rafel Barruè es un artista de amplia trayectoria que expuso sus cuadros en el Port de Tarragona
De un historiador a un artista de amplia trayectoria. El monasterio de Poblet ya tiene nuevo abad. Se trata del castellonense Rafel Barruè (Vila-real, 1966), hasta ahora prior del cenobio cisterciense. Sustituye al nuevo obispo de Girona, el tarraconense Octavi Vilà (1961), que entre otros cargos fue responsable de la hemeroteca de la difunta Caixa Tarragona en su calidad de diplomado en Biblioteconomía, además de Licenciado en Geografía e Historia.
Si el domingo 21 Vilà fue ordenado obispo en una multitudinaria ceremonia presidida por el gerundense Joan Planellas, arzobispo de Tarragona, el lunes 22 Barruè fue escogido abad en otra ceremonia presidida en esta ocasión por el superior general de la Orden Cisterciense, Mauro Lepori.
Poblet sigue así la costumbre de que el número 2 del monasterio (el prior) releve al máximo responsable, el abad. Vilà, entonces subprior, asumió su cargo como abad el 3 de diciembre de 2015 en sustitución de Josep Alegre.
Más allá de su formación religiosa (entró en Poblet en 2000, profesó el 11 de julio de 2005, se licenció en Teología por la Pontificia Universidad Gregoriana en 2009 y se ordenó sacerdote en 2010), Barruè tiene una particularidad: es Licenciado en Bellas Artes por la Facultad de Bellas Artes San Carlos de la Universidad Politécnica de Valencia y ha expuesto su obra pictórica en diversas localidades entre ellas Tarragona.
Hasta ahora el nuevo abad se ocupaba de la formación de los novicios y juniors de Poblet y de la atención a las personas que querían hospedarse en el cenobio. Combinaba así sus tareas educativas con su vocación artística.
En su calidad de prior, fue coguía (junto al entonces abad, Octavi Vilà) del rey Felipe VI y la reina Letizia, cuando los monarcas visitaron Poblet el 20 de julio de 2020, una visita que estuvo marcada por las protestas de grupos de independentistas.
Obra en el Port
El ahora abad expuso entre el 28 de febrero y el 23 de marzo de 2014 en el Tinglado 4 del Port de Tarragona. Bajo el título ‘Paraula’, la muestra, que contó con 455 visitantes, partía de la inspiración de un texto bíblico: el prólogo del Evangelio de San Juan.
Según explica el propio Port, «con toda la poética de la escritura como base de fondo, el artista ha realizado un trabajo cromático a partir de colores primarios y sus combinaciones. Se perciben también algunas insinuaciones de rostros y figuras, todo envuelto en unas veladuras que nos sugieren un ámbito de misterio».
Barruè cedió una de sus obras al fondo de arte del Port de Tarragona. Se trata de ‘Al principi (Sèrie paraula)’, un acrílico sobre tela (146 x 146 cm). El cuadro forma parte ahora del extenso fondo artístico de la institución tarraconense.
En la provincia de Tarragona, Barruè ha expuesto en el Port (2014) y en la hospedería del propio monasterio en 2011. Fuera de nuestra demarcación, ha mostrado sus obras en Vila-real, Castelló, La Vall d’Uixó, Borriana, Pallejà, Campelles y Barcelona.
¿Cómo es la obra del abad-pintor? Según escribió en 2015 el entonces secretario del departament d’Antropologia, Filosofia i Treball Social de la Universitat Rovira i Virgili, Robert Roda Aixendri, en alusión a la exposición ‘Estimar’ ubicada en Vila-real, «el espectador se ve inmediatamente acogido por una cálida luminosidad. El ojo queda fascinado al instante por su belleza y experimenta una sensación de satisfacción, de alegría. Más que ver realzados los objetos exteriores, es como si se velaran, como si se retrajeran, en ese tipo de formas fantasmales a medio camino entre el sueño y la vigilia, la luz y la sombra, como el cuadro del cimborrio de Poblet a la luz de la luna o ese otro donde el monasterio aparece apenas esbozado».
El desde ayer máximo responsable de Poblet lleva la pintura en la sangre. Tal como valoró el experto de la URV, las primeras exposiciones de Barrué revelaban ya «una especial intensidad, una experiencia apasionada, auténtica, expresada de forma sincera y directa, mediante lenguajes de vanguardia que beben del expresionismo y la abstracción».