La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, se dio esta vez 24 horas para dar una respuesta a la propuesta de subida del salario mínimo interprofesional (SMI) que le presentó el miércoles la CEOE.
Así, Díaz ha planteado este jueves una contrapropuesta que no se aleja demasiado de la CEOE y que puede ser perfectamente asumible por ellos: una subida del 3,7 o 3,8%, en línea con lo que se ha elevado la inflación media este año, frente al 3% que ofrece la patronal.
Esto significa que el salario de los más de 2,5 millones de trabajadores que menos ganan, situado en los 1.080 euros, aumentaría unos 40 euros al mes hasta los 1.120 euros, por 14 pagas.
«El salario mínimo tiene que mantener el poder adquisitivo y la inflación interanual media en el mes de noviembre oscilará entre el 3,7% y el 3,8%. Ante una crisis sin precedentes, sí, vamos a emprender la subida del SMI», prometió la vicepresidenta.
Díaz advirtió que el Gobierno «no quiere una sociedad basada en salarios bajos como tenemos en España, sino que queremos ser europeos también en salarios». Y resaltó un dato: que España se sitúa 25 puntos por debajo de Europa en materia salarial.
La patronal abogó por un alza del 3% que llevaría el SIM a los 1.112 euros en 2024, y otra del 3% en 2025 que lo auparía hasta los 1.145 euros. Sin embargo, los empresarios están abiertos a asumir otro 1% adicional cada año si la inflación es mayor que ese 3%, lo que se asemejaría al 4% que está dispuesta a negociar la vicepresidenta.
No obstante, la negociación –que comenzará «de forma inmediata», según aseguró la ministra– tampoco será fácil. La patronal no ha bajado su hacha de guerra y acusó ayer al Ejecutivo de exigir medidas que luego él no lleva a cabo.
«Tiene poco sentido que el Gobierno nos marque una senda cuando luego él no cumple», señaló Garamendi. Dijo que no es posible que se estén subiendo los salarios en muchas empresas que están en pérdidas, pero, en cambio, el Estado no actualice esos sueldos en los contratos públicos vigentes. «Te invito a cenar, pero pagas tú la cena», bromeó. Y volvió a repetir la condición que exige para aceptar una nueva subida del SMI: que el Estado se comprometa a actualizar la contratación pública.
Los sindicatos también respondieron ayer a la propuesta de la CEOE. CCOO y UGT consideran insuficiente el planteamiento de la patronal, porque el alza debe «proporcionar el mínimo de suficiencia y dignidad» que señala la Carta Social Europea. Es decir, que debe alcanzar el 60% del sueldo medio.
Además, piden que se tenga en cuenta la evolución de los precios de la alimentación, que suben un 9,5%, al ser una parte básica de las compras de quienes suelen percibir el salario mínimo.
El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, se manifestó ayer sobre la reducción de la jornada laboral máxima establecida por ley, y consideró que allanará el camino para que los sindicatos puedan situar en la mesa de negociación de los convenios colectivos la jornada de 32 horas semanales.
En una jornada organizada por el sindicato, Álvarez conideró fundamental que España lleve a cabo un cambio legislativo para rebajar la jornada laboral máxima de las 40 horas semanales en las que se situó hace 40 años. «Pedimos una reducción de jornada general.
Si no, será difícil situar las 32 horas en el ámbito sectorial o empresarial», dijo el líder de UGT. Valoró el acuerdo alcanzado entre PSOE y Sumar para fijar en las 37,5 horas la jornada laboral en 2025, porque «nos abre una puerta, nos da un paso hacia delante muy importante», ya que la media pactada en los convenios colectivos está en 38,1 horas, pero los trabajadores que no están amparados tienen las 40 horas semanales.
