Jaume Salvat es director de la Oficina Técnica de la Avellana y técnico del Departamento de Innovación Turística de Eurecat.
El pasado 5 de octubre se inició ‘Temps d’avellana’, un conjunto de actos para promocionar el consumo de este fruto seco y para reivindicar el valor social del cultivo. El programa incluye actividades diversas: catas de avellanas, concursos de dibujos, presentaciones de nuevos productos y jornadas técnicas, que se van a prolongar hasta el 9 de diciembre, Día Mundial de la Avellana.
‘Temps d’avellana’ se lleva a cabo en un momento en que el cultivo de la avellana, en expansión en el resto de los países productores, está en franca regresión en el Camp de Tarragona, lo que demuestra las dificultades para poner en valor este producto local tan importante en este entorno con las implicaciones que tiene en el paisaje, la cultura y en la economía.
Esta situación no es nueva, es bien conocida y responde a múltiples factores. En el año 2018, por encargo de los Serveis Territorials del Departament d’Agricultura de la Generalitat de Catalunya en Tarragona, el entonces Parque Científico de Turismo i Ocio, ahora Eurecat, realizó el documento Pla estratègic per la valorització de l’Avellana.
El documento establece una hoja de ruta para situar la avellana como referente de identidad territorial, mantener un entorno y un paisaje productivo de calidad, una estructura social y económica viva que contribuya a la mejora de la calidad de vida a partir de poner en valor el producto y el trabajo de los productores, contando con la complicidad del consumidor.
En este marco se ha creado la Oficina Técnica de la Avellana para dar continuidad a algunas de las propuestas del plan estratégico. La oficina, a cargo del Departamento de Innovación Turística de Eurecat de Vila-seca, con la participación de la Unidad Tecnológica de Nutrición y Salud del centro tecnológico, con sede en Reus, empezó su andadura en julio de este año y finalizará en diciembre de 2021.
El cultivo de la avellana está en franca regresión en el campo de Tarragona.Durante este período se deben impulsar seis acciones: la creación de un panel de cata que permita identificar los perfiles sensoriales de la avellana para poder establecer características de diferenciación útiles para la industria, pero también para la mejora de la calidad del producto; un plan para la mejora empresarial en la adaptación del producto a las nuevas demandas del mercado; el fomento y organización de eventos de valorización de la avellana como es el caso del ‘Temps d’avellana’; el apoyo en el diseño de material para la realización de campañas para el fomento del consumo de la avellana; la divulgación, en las escuelas, de las virtudes del fruto y las características del cultivo, y el respaldo administrativo en la organización del sector para la creación de la Interprofesional de la avellana que tiene que ser el verdadero motor ejecutivo para las políticas de promoción, gestión colectiva y comercialización de la avellana.
Ante las dificultades, hay diversas formas de actuar. A veces es tentador no hacer nada y que suceda lo que se cree inevitable. Pero hay formas de rebelarse y nunca como ahora hemos vivido en un escenario en el que el consumidor reconoce las virtudes del consumo de la avellana y de los productos locales.
La Oficina Técnica es una apuesta de la administración y del sector de la avellana para revertir esta situación. No es suficiente, sin duda, y debe acompañarse de otras acciones, algunas de carácter inmediato y urgente, para responder a los resultados de una cosecha insuficiente que acarreará pérdidas cuantiosas a los productores, pero el camino se hace andando y la oficina es sólo un paso, pero un paso esperanzador donde caminan juntos productores, transformadores, comercializadores, la administración, la innovación y la universidad. Sin duda es el tiempo de la avellana.