La energética española Repsol obtuvo un beneficio neto de 1.792 millones de euros hasta septiembre, cerca de un 36 % menos que en los nueve primeros meses del ejercicio anterior, ante los bajos precios del crudo y del gas y unos menores márgenes industriales.
Según ha comunicado este jueves la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el resultado ajustado, que mide específicamente el funcionamiento de los negocios, alcanzó los 2.684 millones de euros, esto es, un 30 % menos que los 3.816 millones de un año antes.
También evolucionó a la baja el resultado bruto de explotación o ebitda, que cayó un 22,6 %, hasta los 5.565 millones de euros, mientras que el ebitda ajustado lo hizo un 18 %, hasta los 6.078 millones.
El resultado neto incluye un impuesto sobre beneficios con un tipo efectivo global del 34 %. Hasta septiembre, la actividad de Repsol ha generado una contribución fiscal en España de más de 6.500 millones de euros, de un total global de 9.462 millones.
A nivel de retribución al accionista, Repsol ha anunciado además que abonará un dividendo de 0,475 euros brutos por acción el próximo enero. En el presente ejercicio, ha desembolsado 0,9 euros brutos por título en efectivo, lo que supone en torno a un 30 % más respecto a 2023.
En total, la energética prevé alcanzar un rango de distribución a los accionistas de entre el 25 y el 35 % del flujo de caja operativo del periodo del Plan Estratégico 2024-2027.
Un contexto de bajos precios
Los resultados se han visto impactados por los precios energéticos, que en el caso del crudo Brent -de referencia en Europa- experimentaron volatilidad en estos tres primeros trimestres, con una media de 82,8 dólares por barril.
Por el contrario, la cotización media del gas Henry Hub -de referencia en EE.UU.- disminuyó un 22 %, hasta los 2,1 dólares por MBtu, y los precios de la electricidad en España fueron un 43 % inferiores a los del año pasado.