Los alimentos no frenan su escalada. Pese a la rebaja del IVA decretada por el Gobierno desde el 1 de enero, los precios de la cesta de la compra no dejan de subir. En febrero se encarecieron un 16,6%, según el INE. Es un punto más que el alza registrado en enero y se explica fundamental mente por la subida de las frutas frescas, las legumbres y las hortalizas.
La tasa general de inflación se quedó en febrero en el 6%, una décima por debajo de lo adelantado por el INE, la misma diferencia que la subyacente (precios sin contar con energía ni alimentos no elaborados), aunque este índice se situó en el 7,6%, su nivel más alto desde diciembre de 1986 y más de un punto y medio por encima del general.
Ante el alza de la inflación subyacente el Gobierno decidió rebajar el IVA de algunos productos básicos de la cesta de la compra (un 0% para todos los básicos como el pan o los huevos, y un 5% para aceites, entre otros). La medida tuvo un efecto mínimo parcial las primeras semanas, cuando la inflación de los alimentos se quedó en el 15,4%, una tasa que podría haber sido «dos puntos superior» si no se hubiera tomado esta medida, según confirmó el ministro de Agricultura, Luis Planas.
Sin embargo, el mes de febrero ha recuperado su vertiginosa senda alcista y la inflación de los alimentos se ha disparado al 16,6%, con subidas de precio respecto a enero en prácticamente todos los productos con el IVA rebajado. Así, el pan se encareció un 0,8% en febrero respecto al mes anterior, la leche un 1,7%, el queso un 0,5%, los huevos un 0,7% y las patatas un 2,3%. Pero sobre todo destacan las subidas de la fruta un 5,4% y las legumbres y hortalizas un 11,2% más caras que en enero. Y eso que todos estos productos no tienen IVA desde que comenzó el año.
Ademas, los alimentos cuyo IVA se redujo al 5% desde el 10% también presentan subidas en febrero. Así, el aceite de oliva se encareció un 2,7%, el agua subió un 4,4% o el café un 2,3%. Los únicos alimentos con el IVA reducido que bajaron de precio en febrero respecto a enero fueron los yogures (-3,5%) y otros aceites (-2,5%).
Estos incrementos suponen un sobrecoste de la cesta de la compra de 924 euros al año, según los cálculos de OCU, que insta al Gobierno a aumentar de forma «urgente y sustancial» el cheque de 200 euros para familias vulnerables, cuyo plazo de solicitud termina el próximo día 31. Esperar como solución Ante esta coyuntura, desde el Gobierno apuntan a que las medidas para amortiguar el alza de los precios -el IVA y las ayudas al sector agrícola- «tienen recorrido» y que los precios al alza de la alimentación, sobre todo en el caso de las frutas frescas, se debe a que han experimentado en febrero una «reducción puntual de la oferta» por las condiciones climáticas desfavorables en España y otros países europeos. Así, en un comunicado del Ministerio de Asuntos Económicos, señalan que el nivel de aumento ha sido similar al de Francia e inferior al de Alemania.
Así que por el momento no se plantean tomar más medidas. Fuentes del Ejecutivo apuntaban hace unos días a que «hay que esperar» a que las medidas en vigor «se desplieguen por completo» para valorar cualquier actuación adicional. La fecha clave para el Gobierno a finales de marzo, que será cuando el Ministerio de Hacienda cuente con el dato de cierre definitivo presupuestario de 2022. Con este dato, el departamento de María Jesús Montero analizá los registros y valorará cuál es el margen de actuación para poder actuar.
La única posibilidad que se vislumbra en el horizonte son las cestas de la compra anti-inflación, pero de carácter voluntario. Fuentes gubernamentales insisten en que son las compañías las que deben decidir esta acción que ya ha tenido un conato en la política de precios en los supermercados de Eroski.