La industria se juega su futuro

El sector afronta retos internos que requieren eficiencia y diligencia en las soluciones

18 marzo 2022 11:26 | Actualizado a 18 marzo 2022 11:33
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En un entorno de incertidumbre, y en un contexto de mercados globalizados, estamos seguros de que este 2022 tiene potencial para marcar el futuro del sector petroquímico del Camp de Tarragona para las próximas décadas. De cómo se resuelvan diferentes cuestiones que están hoy sobre la mesa puede depender, en buena medida, la supervivencia a medio y largo plazo de la industria en este territorio.

Sabemos que algunas de estas cuestiones son externas: afectan al conjunto del territorio, y dependen de centros de decisión alejados. Muchas se arrastran desde hace décadas, como es el caso de la energía y todo lo que le rodea: desde el precio, actualmente insostenible (desde el sector, a través de Feique, nos hemos adherido a la petición al Gobierno de que se desacople el precio de los combustibles fósiles de la fijación del precio eléctrico en el mercado); hasta las redes cerradas; pasando por la necesidad de mejorar las infraestructuras eléctricas de nuestro territorio, hoy insuficientes, especialmente de cara a los nuevos retos derivados de la transición energética.

Podríamos aquí mencionar otras cuestiones de carácter externo, que también se arrastran desde hace décadas, como las carencias de infraestructuras viarias (como la A-27) o ferroviarias (con retrasos reiterados en el ancho europeo), o determinados marcos normativos que nos sitúan en desventaja competitiva incluso respecto al resto de España.

A pesar de estas debilidades externas, desde el sector estamos decididos a colaborar, mediante pedagogía, y a través del diálogo y la búsqueda de soluciones conjuntas e imaginativas con el resto de agentes implicados, teniendo en cuenta que la situación exige grandes dosis de generosidad y consenso.

Pero no todo está fuera. El sector afronta retos internos que requieren eficiencia y diligencia en las soluciones de cara a evitar deslocalizaciones y reducciones de actividad. Estamos hablando de la transición energética, que se encuentra en lo alto de nuestras prioridades como sector, y que tiene incluso un alcance más amplio, afectando a todo el clúster ChemMed.

No estamos hablando de una moda, ni cumplir una normativa o una obligación marcada por la UE en los horizontes 2030 y 2050, que también; sobre todo hablamos de una convicción en la necesidad de nuestra sociedad para garantizar su sostenibilidad, a la que no podemos ser ajenos.

Todo lo anterior nos obliga más que nunca a trabajar en la formación, atracción y retención de talento, tanto el de aquí como el internacional. Y en innovación, investigación y desarrollo, para seguir consolidando el valor añadido y la diferenciación como vectores de competitividad de nuestros productos.

Sin olvidar el encaje de esta industria en el territorio que la acoge a través del diálogo, la formación, la información, la transparencia, la cooperación... Elementos en los que llevamos años trabajando, aunque somos conscientes de que nunca es suficiente y es necesario seguir potenciándolo, tal y como estamos haciendo.

Todo ello está recogido en la hoja de ruta que para nosotros es el Plan Estratégico AEQT 2021-2023, de cuyo despliegue en este 2022 veremos grandes avances. El reto es mayúsculo, pero lo afrontamos convencidos de que la fortaleza de nuestro sector, y la complicidad del territorio, nos llevarán al éxito y garantizarán que la industria pueda seguir contribuyendo, durante muchas décadas más, a construir un Camp de Tarragona cada día mejor.

Maria Mas, directora gerente de la AEQT.

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