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La guerra desatada para hacerse con Talgo amenaza el futuro de la compañía

El bloqueo de la opa húngara acercaría al fabricante de trenes al colapso y podría abrir una compleja batalla judicial internacional

20 julio 2024 16:39 | Actualizado a 20 julio 2024 16:46
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Ya lo dijo el ministro de Transportes, Óscar Puente, cuando aseveró que el Gobierno «haría todo lo posible» para evitar la compra de Talgo por parte del grupo húngaro Magyar Vagon. El problema es que la pugna se está complicando hasta el punto de comprometer el futuro del único fabricante español de trenes de alta velocidad. Una cuestión que adquiere tintes casi dramáticos y que se resolverá en el próximo mes en un duelo estratégico de despachos que se intensifica estos días.

En el tablero de juego están, además del Gobierno y las empresas implicadas, bancos de inversión, la Comisión Nacional del Mercado de Valores, accionistas, el comprador y un nuevo agente aparecido esta semana: el fabricante de trenes checo Skoda -ajeno a la marca de automoción integrada en Volkswagen-.

El grupo magiar tramita una oferta de compra, una opa ‘amistosa’ pactada con el consejo de Talgo, en la que ofrece 617 millones por la empresa. La compañía cree que es una solución para ampliar su capacidad de fabricación, ahogada por una cartera de pedidos de 4.200 millones. Además, responde al deseo de vender del principal accionista de Talgo, el fondo Trilantic, que lleva tres años buscando comprador.

Pero Moncloa recela de los húngaros por el respaldo que reciben del Gobierno de Viktor Orbán y posibles conexiones con las que ha especulado con capital ruso. Y no es cuestión menor ya que el Ejecutivo tiene que autorizar la operación al tratarse de capital internacional, aunque sea de la UE.

Será una decisión del Consejo de Ministros, pero con el dictamen de la Junta de Inversiones Exteriores (Jinvex). Este organismo técnico analiza desde abril la solicitud de Magyar Vagon y, según los plazos, deberá resolver el 10 de agosto.

Los húngaros han ofrecido dar entrada en el accionariado al Gobierno o a las empresas que este considere. Pero si la operación es denegada, se abriría un complejo escenario. Talgo vería comprometida su viabilidad sin capacidad de abarcar todos los pedidos de trenes avalados, a su vez, por bancos que ejecutarían las garantías a petición de los clientes.

Y, por otro lado, se abriría una batalla legal si las razones para denegar la solicitud no son exclusivamente técnicas. Estas pivotan en tres objetivos: garantizar la competencia, planes industriales sólidos y seguridad nacional. Magyar Vagon ha anunciado que hay vías legales para defender su posición y, aunque cree que «la racionalidad de su propuesta industrial» allanará el camino, no dudará en defenderse si se da el caso.

Irrumpe la vía checa También habría que contemplar las demandas de accionistas de Talgo que sufrirían un severo daño patrimonial al no poder vender sus acciones a un precio de 5 euros.

$!El fabricante de trenes checo Skoda -ajeno a la marca de automoción integrada en Volkswagen-. Foto: EFE

En todo este escenario irrumpió esta semana la checa Skoda. Esta sí, con el visto bueno de Moncloa, pero sin presentar una contraopa, sino una propuesta de «integración de negocios». En su escrito no detallaba precio de pago, ni plan industrial, y el consejo de administración de Talgo le ha dado de plazo hasta el próximo jueves para que concrete si está dispuesta a pagar más que los 5 euros por acción ofrecidos por Magyar y qué proyecto de negocio plantea. La inusual actuación de Skoda en un proceso tan regulado como una opa ha provocado un terremoto en los mercados. Empezaron los analistas el miércoles señalando posibles irregularidades y perjuicios a los accionistas minoritarios, como comunicó JB Capital. Después, el socio principal de Talgo, Trilantic, advirtió de que no analizaría ningún planteamiento que no sea una oferta sobre el 100% de las acciones de la empresa. Un modo de bloquear compras parciales o proyectos de fusión.

Y es que el Gobierno, defendiendo mantener el control de Talgo en España, ha intentado formar varias alternativas con CAF, Stadler,_CriteriaCaixa o la compañía de los Escribano EM&E. Ninguna ha cuajado como opa por falta de capacidad económica o de socio industrial con conocimiento del sector. Solo Skoda ha mostrado interés, pero tampoco tiene dinero. Según ha confirmado este periódico, solo llegaría a 3,5 euros por acción. El plan, explican fuentes conocedoras de la negociación, es esperar a que decaiga la opa húngara o el Gobierno la rechace para ofrecer la fusión como única alternativa a Talgo.

Situación financiera En esta cadena de reacciones, el último movimiento se produjo el jueves. Magyar Vagon envió una carta al regulador, la CNMV, pidiendo amparo para garantizar el procedimiento de la opa y el derecho de los mercados. Intuye que el movimiento de Skoda podría contravenir la ley de opas, manipular el mercado y provocar un perjuicio a los accionistas. Los analistas señalan que las ventajas de Magyar Vagon, en cuanto al desarrollo de negocio, residen en que aporta importantes pedidos y una sólida complementación de plantillas, además de la capacidad de aspirar a contratos internacionales en Egipto, India y Europa del Este. Skoda también tiene complementación en la fabricación, pero pasa por apuros financieros tras el covid con pérdidas de 78 millones el año pasado y, en cuanto a las plantillas, serían necesarios ajustes por duplicarse cuadros de ingenieros.

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