La constructora Ferrovial tiene la intención de trasladar su sede social (el domicilio a efectos fiscales, entre otras derivadas) desde España a Países Bajos bajo el argumento de que la mayor parte del negocio ya lo genera en el extranjero.
Así lo va a someter a votación el grupo en la próxima junta de accionistas, que deberá autorizar la operación. El consejo de Ferrovial, presidido por Rafael del Pino, ha realizado esta propuesta al indicar que un 82% de sus ingresos y un 96% de su valor bursátil se encuentra en el exterior. Para realizar este cambio de domicilio, el consejo ha propuesto una fusión entre la matriz y Ferrovial International, sociedad anónima europea neerlandesa que es titular del 86% de los activos de la compañía.
Dar el salto a EEUU
El objetivo formal de Ferrovial pasa por salir a cotizar en Países Bajos y, en un momento posterior, dar el salto a los parqués de Estados Unidos. El grupo quiere «aprovechar la internacionalización, una enorme ventaja de estar en ambos países», explican fuentes de la corporación, que apuntan al objetivo final de cotizar en la primera potencia económica mundial. Aunque este paso «no será tan inmediato», indican las mismas fuentes.
Entre las modificaciones que supondrá el cambio de domicilio se encuentra la relacionada con la tributación. Al trasladar la sede social a Países Bajos, Ferrovial dejará de pagar los impuestos que hasta ahora liquidaba en España, aunque el grupo aclara que no tendrá un «impacto fiscal relevante» ya que supondrá entre un 1% y un 1,5% del pago anual de impuestos; el resto, ya tributaba fuera de España.
Los últimos datos disponibles indican que Ferrovial tiene apenas 15 trabajadores en Países Bajos y una mínima parte de sus ingresos proceden de ese territorio con respecto al total del grupo.
La empresa insiste en que sus sociedades españolas (las dedicadas a la construcción o a las autopistas) «continuarán» en la misma situación que hasta ahora, sin vislumbrar ningún impacto en materia de empleo. Tampoco condicionará -insisten- los planes de inversión en España.
Para la corporación, cambiar la sede social a Países Bajos y cotizar en el mercado de ese país supone «un atractivo» de cara a los inversores internacionales, al tratarse de un país con calificación crediticia máxima, «mejores condiciones de financiación» y «mejor valoración» inversora.