El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico archivará los expedientes de las líneas privadas de evacuación eléctrica proyectadas por la empresa Forestalia entre Valmuel-Begues e Isona-Conca Dellà, tras los informes desfavorables (de carácter vinculante) emitidos por la Generalitat de Catalunya, que rechaza el impacto sobre la biodiversidad y los espacios naturales de estos proyectos.
Se trata de dos trazados pensados para conectar instalaciones de generación eléctrica renovable situadas en Aragón con subestaciones eléctricas en Catalunya. De ellos, el trazado de Valmuel-Begues, con una longitud de 184 kilómetros (de los cuales 154 discurrían por Catalunya), afectaba directamente a diversas comarcas de la demarcación de Tarragona, con impacto en la Terra Alta, Ribera d’Ebre, Priorat, Baix Camp, Tarragonès y Baix Penedès.
Con los informes desfavorables emitidos por la conselleria de Territori, Habitatge i Transició Ecològica de la Generalitat de Catalunya -adelantados por La Vanguardia-, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha confirmado al Diari de Tarragona el archivo de ambos expedientes, dado el carácter vinculante de estos informes, aunque sin especificar la fecha en que se producirá.
Pacto de investidura de Illa
Consultadas por el Diari de Tarragona, fuentes de Forestalia lamentaron haberse enterado por la prensa del envío de estos informes desfavorables, que según relataron se emitieron el 20 de septiembre para el proyecto de trazado Valmuel-Begues y el 7 de octubre para el trazado Isona-Conca Dellà.
«Estamos a favor de la transición energética, pero ordenada, participativa y bien planificada» (Noemí Llauradó, Diputació de Tarragona)
En este segundo caso, destacaron la información publicada por Segre, donde se recoge la celebración, por parte de la regional de ERC de l’Alt Pirineu i Aran, del informe desfavorable a ese proyecto de línea de evacuación eléctrica, asegurando que «en el acuerdo de investidura del president Salvador Illa, el veto de la MAT del Pallars [en referencia a la línea de evacuación eléctrica de Forestalia] era uno de los puntos del pacto entre ERC y PSC».
Evacuación, que no transporte
El Ministerio para la Transición Ecológica quiso aclarar que los dos proyectos archivados son de carácter privado, con lo cual se trata de líneas de evacuación eléctrica, pero no de transporte, puesto que estas segundas infraestructuras (donde se incluyen las líneas de muy alta tensión) son de iniciativa pública y recaen sobre Red Eléctrica.
De hecho, esta filial de Redeia, encargada de la operación y transporte de la electricidad en España, está invirtiendo alrededor de 150 millones de euros en la demarcación de Tarragona hasta el año 2026 (en el marco de la planificación 2021-2026 que aprueba el Consejo de Ministros cada cinco años), con el foco puesto en las perspectivas de incremento de la demanda en el polo petroquímico de Tarragona y Terres de l’Ebre.
Las acciones más destacadas en esta planificación son las nuevas subestaciones eléctricas Francolí y La Secuita, pensadas para atender la demanda de los nuevos proyectos de descarbonización del polo petroquímico de Tarragona, y la renovación integral de la línea de transporte eléctrico entre Magraners (Segrià) y Begues (Baix Llobregat), a su paso por los municipios de Vimbodí i Poblet, L’Espluga de Francolí, Montblanc, Barberà de la Conca, Cabra del Camp, El Pla de Santa Maria, Pont d’Armentera, Aiguamúrcia y El Montmell, además del refuerzo de las subestaciones de Montblanc y L’Espluga de Francolí.
Conectarse a la red
Desde Forestalia, las mismas fuentes consultadas por el Diari de Tarragona aseguraron que las industrias del Camp de Tarragona, en especial las situadas en el polo petroquímico de Tarragona, se habían puesto en contacto con ellos durante el tiempo en que estos proyectos de líneas de evacuación eléctrica han estado vivos, para interesarse sobre las opciones que había para conectarse a estas líneas.
Fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, sin embargo, aseguraron ayer que, al no tratarse de líneas de transporte, sino de evacuación, la conexión de cualquier empresa con estas líneas a su paso por la demarcación de Tarragona no hubiese sido posible, puesto que se trataba de infraestructuras pensadas para alimentar la red a través de la subestación de conexión facilitada por Red Eléctrica, que en el caso de la línea proyectada en las comarcas de Tarragona hubiese sido la de Begues, en el Baix Llobregat.
El reto energético persiste
Noemí Llauradó, presidenta de la Diputació de Tarragona, explica que «estamos satisfechos porque al final todas las alegaciones que presentaron los 38 municipios y siete consejos comarcales han dado fruto. Se ha demostrado que había un error detrás de este proyecto», informa P.J. Armengou.
La presidenta de la Diputació de Tarragona sostiene que siempre han mantenido una posición pública contraria a este proyecto y de apoyo a los ayuntamientos y consejos comarcales, y considera que la propuestas de Forestalia tenía «cuestiones que incumplían la ley del sector eléctrico», que «no había necesidad» de llevarlo a cabo y que tenía «un gran impacto paisajístico».
«Necesitamos energía renovable y potencia, independientemente de quién construya las líneas» (Maria Mas, AEQT)
«Estamos a favor de la transición energética, pero de forma ordenada, participativa y bien planificada», resume Noemí Llauradó.
Maria Mas, directora gerente de la Associació Empresarial Química de Tarragona (AEQT), recuerda que «el sector químico de Tarragona incluye una gran parte de industria electrointensiva, y el consumo actual durante el proceso de descarbonización solo por la electrificación que conlleva se multiplicará por cuatro».
«Por ahora -prosigue Maria Mas-, un 35% del consumo de energía de la AEQT es de origen renovable (con garantías de origen renovable y autoconsumo renovable). Para alcanzar los objetivos que marca el Green Deal, tendrá que ser del 50% en 2030 y del 100% en 2050».
«Cabe añadir que, según el Informe de Energías Renovables de 2023 de Red Eléctrica Española, actualmente el consumo de energía renovable en Catalunya es del 31%», añade Maria Mas.
«Si unimos el crecimiento necesario para la descarbonización industrial, la necesidad de que esta energía sea de origen renovable y el bajísimo despliegue de renovables en Catalunya actual y previsto, parece que todas las opciones de aportar energía renovable al sistema deberían ser bienvenidas».
«Desde el sector -concluye Maria Mas- necesitamos suministro de energía renovable y potencia adicional, en las magnitudes mencionadas, independientemente de quién construya las líneas (ya sean públicas, privadas o público-privadas), y, sobre todo, que sea rápido».