El Fondo Monetario Internacional (FMI) ve cada vez menos claro que el crecimiento económico de España para este año sea tan vigoroso como pensaba inicialmente. La institución ha rebajado hasta el 5,7% el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) para este ejercicio, lo que supone un descenso de 0,5 puntos porcentuales con respecto a sus anteriores cálculos, elaborados el pasado mes de julio, cuando estimaba un alza del 6,2%.
España es uno de los países de la zona euro sobre los que estas nuevas previsiones más han afectado negativamente de cara al final del ejercicio.
Solo Alemania ha rebajado también en medio punto sus cálculos de crecimiento del PIB. En otros países, como Francia o Italia, la revisión ha mejorado sus cálculos. De hecho, España ya no será, según el FMI, la economía europea que más crezca en 2021, al ser adelantada por franceses (con un incremento del PIB del 6,3%) o italianos (5,8%).
Para el próximo año, el FMI sí que mantiene sus perspectivas: la economía crecería un 6,4%, la misma estimación que había realizado para este verano. Con estas cifras sobre la mesa, no sería hasta bien entrado 2022 cuando España consiguiera volver a la casilla de salida que tenía antes de que irrumpiera la pandemia en marzo del año pasado. En 2020, el conjunto de la riqueza nacional se dejó un 10,8% del PIB.
El Fondo aclara que prevé una rebaja para el conjunto de la economía mundial de una décima, al estimar un crecimiento del 5,9% para este año, y mantiene expectativas para el próximo, en el 4,9%. De hecho, recorta expectativas en todas las grandes potencias, desde Estados Unidos hasta Reino Unido, pasando por Japón o Canadá.
¿La explicación? La pandemia sigue afectando de forma muy desigual al conjunto de territorios, debido a los diferentes niveles de vacunación administrada en cada país. Además, señala un bache inesperado: «los eslabones críticos de las cadenas de suministro han dado lugar a más irrupciones de las esperadas, alimentando aún más la inflación en muchos países». Es decir, reconoce una crisis de materias primeras ante la fuerte demanda de muchos países en recuperación, lo que impacta en la inflación, aunque por ahora no ve riesgos que puedan afectar a la economía.
En el caso de España, la organización anticipa que acabará el año con una inflación media del 2,2% frente al retroceso del 0,3% que sufrió la cesta de la compra el año pasado, en plena pandemia. Para 2022 ya estima un alza de precios más moderada en el 1,6%. Por su parte, la tasa de paro apenas caería una décima este año al 15,4% de la población activa (un 15,5% del año pasado) y descendería al 14,8% en 2022.
Con estos cálculos, el Secretario de Estado de Economía, Gonzalo García Andrés, apuntaba este miércoles que «el FMI certifica que España liderará el crecimiento económico en 2022». Y que lo hace al «mejorar la previsión para 2022» con lo que España «será el país más dinámico de la UE»; «confirma que la recuperación va de menos a más y se intensificará», y «prevé que se aceleren la reducción del déficit y la deuda».