En ocasiones no somos conscientes de la riqueza, diversidad y potencia de territorio que tenemos. Muchas veces tiene que venir alguien de fuera a alabarnos las bondades, como los incontables turistas que año a año caen rendidos en este pequeño rincón del planeta. Sin embargo, hay ojos que lo miran todo con el prisma adecuado.
Meritxell Omella (Reus, 1980) es un alma libre y aventurera que precisa del contacto con la naturaleza y que disfruta explicando lo que le apasiona. Estudió biología, pero desde pequeña quería ser profesora, porque siempre había tenido «la necesidad de querer transmitir conocimiento». A Omella le encanta pasar tiempo al aire libre y realiza muchas escapadas por las montañas de la provincia; de esta forma fue descubriendo el increíble valor natural que las rodea. Su apuesta firme por el territorio también se traduce en los productos y productores, dándole importancia al comercio local.
Omella también adora generar vínculos humanos, «sobre todo ahora que hemos logrado ser los seres más conectados del mundo y, en realidad, somos los que más desconectados estamos». Y al final su proyecto se traduce en vehicular, de forma llana, todos estos conceptos: «promover las relaciones humanas en un entorno natural» a través de excursiones y distintos planes que sólo se realizan en nuestra demarcación para darlo a conocer en profundidad.

«El Brogit es una empresa de guías locales, senderismo interpretativo y agencia de viajes de ecoturismo y enoturismo que ofrece excursiones guiadas, combinadas con catas de vino, cerveza, comida tradicional, excursiones teatralizadas, fotográficas, entre muchos otros planes, que se realizan exclusivamente por las montañas del sur de Catalunya», define Omella. Nació en 2007 bajo el nombre de Excursions.cat, pero el nombre daba problemas en las búsquedas a los turistas extranjeros y tras participar en un proyecto de las montañas de Prades en 2008, deciden cambiarlo rememorando la ruta del Brogit de la Vall. El proyecto, que surgió como un plan de excursiones, ha ido evolucionando hasta convertirse en lo que es hoy en día. «Detectamos que muchos visitantes, al ser extranjeros, también demandaban alojamientos, restauración... en 2013 nos convertimos en agencia de viajes». Y como estamos en una tierra «que no es salvaje, está cultivada, también decidimos implementar las visitas a los productores, dando valor a su trabajo y la diversidad de productos», porque provoca una transformación: «cada visitante que viene a hacer una actividad nuestra, genera un impacto en nuestro territorio y a su vez logramos un intercambio cultural porque después de las visitas, aprenden y terminan con una visión diferente del lugar».
Turismo de km 0: «Tenemos una gran diversidad de propuestas y el futuro de El Brogit es crecer en volumen»
Otro punto diferencial e innovador de El Brogit son los proyectos de recuperación de caminos históricos, algo en lo que Omella es especialista tras finalizar su master en Teledetección y sistemas de información geográfica. Tras el trabajo documental, de localización y señalización, con entidades colaboradoras y con una de las máximas autoridades en el campo, Xavier Campillo, también organizan rutas para conocerlos. «Es un trabajo de hormiguita» porque aunque «a escala territorial, en un espacio muy pequeño tenemos una diversidad paisajística, cultural, gastronómica y de patrimonio natural brutal, que los turistas alucinan, el sur de Catalunya es un territorio muy desconocido y nos juega en contra».