El Banco Central Europeo (BCE) ha reducido el tipo de interés de referencia en un cuarto de punto, situándolo en el 3,5 %. Este recorte, el segundo del año, llega en un momento clave para la economía de la zona euro, que experimenta una ralentización de la actividad económica y una moderación de la inflación. La medida, anunciada tras la reunión de septiembre en Fráncfort, busca aliviar las presiones sobre los mercados financieros y apoyar a los consumidores.
Con la inflación en la eurozona controlada en torno al 2,2 %, el BCE ha optado por reducir el precio del dinero para estimular el crecimiento económico. Esta decisión sigue la tendencia de los últimos meses, donde el aumento del coste del crédito ha frenado la recuperación económica de la región. El objetivo de la institución es ajustar de forma moderada los tipos de interés hasta que la inflación alcance su objetivo del 2 % a finales de 2025, según las previsiones.
El Consejo de Gobierno del BCE, liderado por Christine Lagarde, mantiene su enfoque de depender de los datos económicos para futuras decisiones. A pesar de la reducción en los tipos de interés, algunos analistas creen que la medida es insuficiente dada la magnitud de la desaceleración económica. Se espera que el BCE continúe bajando los tipos de forma gradual en los próximos meses.
El recorte también marca la primera participación de José Luis Escrivá, el nuevo gobernador del Banco de España, en una reunión del BCE. Su incorporación al consejo de gobierno en un momento tan crucial destaca la relevancia de la política monetaria para las economías nacionales de la zona euro
La bajada de los tipos de interés es una buena noticia para aquellos que buscan acceder a créditos más baratos, como hipotecas o préstamos personales. Sin embargo, los expertos advierten que la desaceleración económica podría prolongarse, lo que afectaría el empleo y la confianza de los consumidores en el corto plazo.