El Banco Central Europeo (BCE) vuelve a bajar los tipos de interés en 0,25 puntos por tercera vez desde junio —y al mismo tiempo desde 2016— y los sitúa en el 3,25%, manteniendo la estrategia de relajación en la política monetaria. La decisión adoptada este jueves por el consejo de gobierno desde Ljubljana (Eslovenia) llega después de que la inflación en la eurozona se situara por debajo del objetivo del 2% por primera vez desde mediados de 2021, dejando atrás el episodio de elevada inflación derivado de la guerra de Ucrania. La rebaja, además, pretende contribuir a acelerar la actividad económica, después de que el BCE revisara a la baja las previsiones de crecimiento del PIB para la eurozona, una actualización motivada en parte por la desaceleración de Alemania.
Además de la rebaja del tipo de interés de referencia —desde septiembre pasado se utiliza el correspondiente al interés que se aplica a las entidades que depositan dinero en el banco central— también se han reducido en un cuarto de punto los otros dos tipos. En este sentido, el tipo de interés básico baja hasta el 3,4%, mientras que el tipo para los préstamos inmediatos pasa al 3,65%. Los cambios, según informa la entidad, comenzarán a tener efecto a partir del próximo 23 de octubre.
Aunque la postura del BCE es la de evitar adelantar acontecimientos, la presidenta de la institución, Christine Lagarde, ya dejó la puerta abierta el mes pasado, ante eurodiputados en el Parlamento Europeo, a una reducción. “Los datos dicen que se alcanzará [el objetivo de inflación] de forma sostenida, un factor que tendremos en cuenta de cara a la próxima reunión”, apuntó.
En el comunicado publicado este lunes, el BCE reafirma sus palabras. “La información más reciente sobre la inflación muestra que el proceso de desinflación se mantiene de acuerdo con lo que estaba previsto; las perspectivas de inflación también se ven afectadas por las recientes sorpresas a la baja en los indicadores de la actividad económica”, indica.
No obstante, la dirigente francesa también advirtió de un repunte “temporal” de la inflación a finales de este 2024, un dato que podría contribuir a mantener congelados los tipos, al menos hasta la próxima reunión del consejo de gobierno de la entidad programada para mediados de diciembre. Al mismo tiempo, sin embargo, el comunicado del BCE también señala que las condiciones de financiación “siguen siendo restrictivas”.
En línea con las decisiones anteriores, el organismo monetario remarca que continuará aplicando un enfoque “dependiente de los datos” para determinar el nivel de restricción de los tipos y su duración. “El consejo de gobierno está preparado para ajustar todos los instrumentos en el marco de su mandato para asegurar que la inflación vuelva a situarse en su objetivo del 2% a medio plazo para preservar el buen funcionamiento de la transmisión de la política monetaria”, resume.
