Sin centrales nucleares, sin grandes parques eólicos y fotovoltaicos y sin líneas de Muy Alta Tensión (MAT) para traer electricidad desde otras comunidades autónomas como Aragón. El acuerdo de investidura firmado entre el PSC y ERC contempla, en su apartado dedicado a la energía, «continuar la apuesta por el nuevo modelo energético catalán», que rechaza cualquier tipo de infraestructura que no sean pequeñas instalaciones domésticas de autoconsumo y comunidades energéticas.
Además, deposita sus esperanzas en la empresa pública de generación y suministro de energía renovable L’Energètica para la consecución de la neutralidad climática de la Generalitat y su sector público en 2030.
El «nuevo modelo energético catalán» propuesto en este acuerdo entre el PSC y ERC estará basado, según relata el texto, en «la implementación de las energías renovables» y será «distribuido, participado, desnuclearizado y con cohesión territorial». Con estas herramientas, los firmantes de este acuerdo quieren dar respuesta a las necesidades de energía de Catalunya, en «un modelo energético que priorizará el fomento de la generación de electricidad renovable, incluida preferentemente la de proximidad y el autoconsumo».
Es por ello que, con la seguridad de que con ese autoconsumo y esas comunidades energéticas de proximidad será suficiente para atender toda la demanda energética de Catalunya en el proceso de transición hasta el año 2050, «el Govern de la Generalitat se opondrá a aquellos proyectos contrarios a este modelo energético, como son los proyectos privados de las líneas eléctrica de evacuación de Muy Alta Tensión (MAT) de la línea Baix Cinca-Pierola-Rubí, la línea Valmuel-Begues y la línea Laluenga-Isona». Una oposición que, por otro lado, no entra en sus competencias, puesto que es una decisión del Gobierno de España.
